CAPITULO ll

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Desperté por la turbulencia que se presentaba al momento del aterrizaje, ya habíamos llegado a Nueva York y estábamos aterrizando, mi madre me miraba con una sonrisa y yo por auto reflejo, le sonreí de igual manera. Ella sabía el miedo que me daban los aterrizajes por eso su sonrisa; terminando el aterrizaje, nos piden desabrocharnos el cinturón de seguridad para poder bajar del avión tranquilamente.

Ya bajando del avión nos piden de nuevo nuestros documentos, que son la visa y el pasaporte, pasamos por una puerta, donde los de seguridad nos revisan y nos dejan pasar para poder dirigirnos a la salida y poder ir por nuestras maletas. Terminando de recoger nuestras maletas, nos disponemos a ir a la salida del aeropuerto y tomar un taxi que nos pueda llevar a nuestro hogar; el lugar es simplemente hermoso, durante el viaje en taxi, pude ver varios vecindarios hermosos y llegando ya a mí casa veo que está hecha de madera y es de dos pisos.

Bajando del taxi, entre junto con mis maletas y fui a escoger mi habitación, escogí la habitación del fondo, que tenía un balcón y una vista hacia el parque, simplemente a mi gusto, voy acomodando mis cosas de mi maleta en sus respectivos lugares, y me recuesto en mi cama.

Estaba tan concentrado en mi celular, cuando mi mama me llama a cenar, yo bajo corriendo y me siento en el comedor, mi mamá me da un plato de panqueques con miel de maple y moras, mis favoritos, junto con una rica tasa de cocoa.

- Esta delicioso mamá, gracias. – mi madre sonríe por mi cumplido y se sienta a mi lado con un plato igual al mío, y nos disponemos a comer; ya terminando la comida, nos disponemos a recoger los platos y tasas y los colocamos en el lava bajillas y nos vamos a acostar, ya que mañana tendremos todo el día para acomodar todas las cosas, ya que no han llegado los muebles de la mudanza, y llegan hasta mañana.

Me dispongo a ponerme el pijama y me acuesto en mi calientita cama para luego quedarme en un profundo sueño.

En la mañana...

- Hijo, despierta, tenemos que acomodar todas las cosas... Min ho.- Me despierto por la dulce voz de mi hermosa madre me despertó, como siempre.

- Voy mamá, solo dame 5 minutos más.

- Nada de 5 minutos más, vamos hijo, entre más pronto mejor.- Me levanto de la cama y me dispongo a ir al baño para poder hacer mis necesidad eh ir a darme una ducha, salgo con una toalla enredada a mi cintura y me dispongo a salir del baño y a buscar mi ropa para poder cambiarme a gusto; terminando de cambiarme, me dispongo a salir de mi cuarto eh ir directamente a la sala para empezar a acomodar todo.

Terminando de acomodar todos los muebles y decoraciones de la casa, me dispongo a ir a mi cuarto para poder tomar una ducha, terminando mi ducha me pongo un short color blanco y una playera negra delgada y unas Vans negras y me dirijo para las escaleras para poder ir a correr un rato y conocer todo el lugar.

- Mamá iré a caminar un rato.

- Con cuidado Min ho ¿llevas tu celular?

- ¡¡Sí mamá!! – salgo de la casa y comienzo a caminar, es muy lindo este lugar, mus casas están muy hermosas, y el parque ni se diga, amo este lugar, me dirijo a una cafetería y pido un café capuchino y un biscocho, me siento en una mesa y empiezo a checar mi celular y a tomar mi capuchino y me como mi biscocho, checaba cada publicación que publicaban mis amigos, todas muy graciosas.

Terminando mi café y mi biscocho, me dispuse a salir de la cafetería y me dirijo a mi casa tranquilamente; llegando a mi casa, mi madre me dice que por que tardé tanto, le explique que me entretuve en la cafetería y me dice que dentro de 1 semana inicio mis clases en la nueva preparatoria que me inscribió, yo le dije que si con una sonrisa, pero por dentro estaba que me moría de los nervios ¿Y si son como en mi anterior colegio? Ojala y no.



A LOS OJOS DE MI ALFADonde viven las historias. Descúbrelo ahora