Cuando Yoongi llega a casa ya es casi la hora de cenar, ayer me dijo que después del trabajo tenía una reunión y que llegaría tarde. Cómo este es el primer día que pasamos como compañeros de piso he decidido preparar una cena especial, así que cuando él llega ya está la mesa puesta y la cena preparada.

- O dios mío Hye - dice nada más llegar -, no tenías porque preparar todo esto.

- Bueno, quería celebrar que ya se ha acabado la mudanza, hoy es nuestro primer día oficial como compañeros de piso.

- Sí, pero no tenías porque esforzarte tanto.

- Que va, no te preocupes, me gusta cocinar.

- Pues muchísimas gracias, otro día te tengo que cocinar yo algo especial.

- ¿Te gusta cocinar?

- Sí, de vez en cuando, tampoco me pasaría todo el día cocinando.

Se rie y eso hace que yo también me ría. Cuando se descalza y deja las cosas nos sentamos en la mesa y empezamos a cenar.

- Esto está riquísimo, nunca había probado una sopa así, ¿de qué es?

- Es sopa normal, solo que la pasta es en forma de caracola, así se puede rellenar con carne.

- ¿Y cómo lo haces?

- Bueno, es como hacer una sopa normal, solo que rellenando la pasta. Primero coges carne picada y la condimentas a tu gusto, yo siempre le pongo un poco de trufa porque me encanta. Después rellenas cada caracola de pasta con un poco de carne, intentando no romperlas, y al final lo cueces como una sopa normal.

- Parece un trabajo largo.

- Un poco, pero me gusta mucho, de pequeña solía hacer esta sopa con mi madre.

- Pues está deliciosa, enhorabuena.

- Gracias.

Me sonrojo un poco, no me esperaba que le gustara tanto.

- Por cierto, se me olvidó darte las gracias por llamar a tu hermano para ayudarnos. Gracias, es muy divertido y simpático y nos ayudó mucho con las cajas.

- Me alegra que os llevéis bien, pero no te enamores de él, no quiero que te rompa el corazón, no le va eso de estar en una relación.

Cuando se ríe casi escupe la sopa y eso le da aún más gracia.

- Vale, prometo no enamorarme de tu hermano.

- Una promesa normal no me vale.

Rápidamente extiendo mi dedo meñique en su dirección, él entiende la indirecta, me sonríe y entrelaza el suyo para que después juntemos nuestros pulgares.

El resto de la noche pasa con tranquilidad, hablamos de nuestro día y de cómo le ha ido su reunión, de como organizarnos las tareas y de nuestros gustos. Él me dice que le encantan las películas de miedo, yo le digo que lo paso muy mal cuando las veo. Al final me acaba convenciendo de ir ese sábado a ver una película que de miedo le han recomendado.

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La sala ya está oscura y han empezado los trailers, no estoy segura de querer seguir con esto. Me giro hacia Yoongi y le susurro.

- Creo que voy a irme, voy a pasar demasiado miedo y me siento desprotegida en este asiento tan grande.

- Hye no te vayas por favor, no quiero estar solo en el cine.

- Pero esque voy a pasar mucho miedo, no sé cómo me convenciste de que viniera a ver esta película.

- Venga, si te quedas luego te invito a cenar al restaurante que tu quieras.

- ¿En serio?

- Sí, solo quédate.

- Esque no sé...

- Por favor, si tienes miedo yo te puedo proteger, mira.

Se gira un poco de manera que queda su cara cerca de la mía, mira hacia abajo y levanta el posa brazos que hay entre nosotros hasta que queda vertical y nada nos separa.

- Este es un cine antiguo, mi padre me contaba que antes en todos los cines se podía hacer esto. Ahora sí te asustas puedes abrazarme.

Me sonríe y un rubor se adueña de mis mejillas.

- Vale, me quedo, pero solo porque después me vas a llevar a cenar a un lugar donde hacen un sushi riquísimo.

El se ríe y levanta su brazo para que pueda acercarme a él, cuando estoy a su lado ciñe su brazo a mis hombros y me dice al oído:

- No te preocupes, estoy aquí para lo que necesites.

Una sonrisa se escapa de entre mis labios cuando la película empieza.

Los límites de la amistad {Suga}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora