Capítulo 1

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Me debatí contra las cadenas en mi tobillo con furia, mientras mentalmente me reprendía por haber sido tan estúpido. No duré ni cinco segundos en mi reprimenda mental, porque no tenía tiempo. Mi cuerpo caía cada vez más profundo en las azules aguas en las que me dejaron caer, y la estúpida cosa en mi pie me empujaba a las aguas oscuras y profundas con ella. Mis pulmones aún no resentían la ausencia de oxígeno, pero pronto lo harían.

Tomé la decisión de intentar calmarme y pensar claramente qué haría. Tenía un par de ideas que guardaba como última opción, por lo peligrosas que eran. Pero el enojarme y luchar violentamente contra las pesadas cadenas solo me cansaría y dejaría sin oxígeno más rápidamente. Intenté centrar mi mente, pero no estaba seguro de que funcionaría.

En un momento de súbita tranquilidad, tan extraña en mi mente, contemplé el paisaje a mí alrededor con evidente admiración. Eran aguas tan puras y prístinas. Las aguas y yo a veces éramos uno, pero en estos momentos estábamos pasando una pequeña crisis matrimonial. Esperaba honestamente que no durase, porque mis resistentes pulmones no iban a estar de la misma forma eternamente.

En la caída, intenté girar sobre mí mismo, tocar mi tobillo mientras seguía cayendo. No estaba seguro de qué haría, ¿tratar de tener la fuerza suficiente como para arrancarlas estando bajo el agua? Pero debía de intentarlo. Me acercaba rápidamente al fondo.

Ante mi consternación y asombro, por poco y no tuve un ataque cardíaco al ver a un tiburón pasar cerca de mi cuerpo. Era enorme, pero por alguna razón me quedé observándolo en vez de debatirme nuevamente contra mis ataduras. Es decir, llevo años sumergiéndome, pero mis más grandes aventuras fueron con peces de colores, y alguna que otra mantarraya, claro, no es que lo hiciera muy seguido ni aventurándome mucho... Pero aun así lo miré embobado. No sabía mucho de tiburones, pero por el pecho blanco, nariz plana y manchas en sus costados... deduje que, o bien era un tiburón tigre, o yo estaba muy perdido por el oxígeno abandonándome.

Empezó a rodearme, o al menos así lo sentí yo, aprisionado por el tobillo, aun cayendo, tan lento y agonizante hasta el fondo. Era como si nunca fuera a llegar, pero mi cuerpo se preparase para un aterrizaje duro. Mis músculos tensos a espera de chocar contra una dura superficie, pero caer y tocar fondo podría ser mi muerte, agregándole... el precioso tiburón que daba vueltas a mí alrededor. Me debatí contra el agarre en mi tobillo, mis pulmones empezando a quemarme por dentro.

Cuando vi algo moviéndose rápidamente en la lejanía, sentí que mi plan Z, se acercaba enormemente.

Enredé la cadena en mi tobillo, y traté de hacer fuerza, aún sin un plan que me diga qué haría. Mi mente estaba muy dispersa, los eventos más recientes me tenían la mente girando sobre cosas que, de seguir en ello, serían mi fin. Pero mi cabeza estaba sobrecargada en problemas, y por largos segundos me debatí mentalmente en si dejarme hundir no sería al menos un buen final. Llevaba luchando contra el mundo durante años, privando a gente de tener su final feliz, solo porque yo no podía tener el mío.

Bueno, en mi defensa, no forcé a nadie en mi travesía suicida.

Y aquí estaba yo, con la profecía cumpliéndose, a pocos minutos de verle el rostro a la mismísima muerte. Y seguía desperdiciando mi precioso tiempo. Quise suspirar, pero desenredé de mi tobillo la cadena, y en un impulso salvaje de mi cuerpo, al ver al tiburón delante, eché rápidamente mi cuerpo para atrás.

No estaba seguro de querer saber si la muerte, a mandíbulas de un tiburón, era más apacible que la alternativa.

Mis pulmones ardían fuertemente, y la pesada bola de metal tocó el fondo, cuando aún me debatía, mintiéndome, con la idea de que podría llegar a la superficie con eso en el tobillo firmemente enganchado.

Bad Luck - JiKook/KookMinWhere stories live. Discover now