"Te amaré hasta el fin de los tiempos, te esperaría un millón de años, pero promete que recordarás que eres mía. Nena, ¿Puedes ver a través de esas lágrimas? Te quiero más que todos esos idiotas que estuvieron antes. Di que lo recordarás, di que lo recordarás, nena. Te amaré hasta el fin de los tiempos."
***
Habían sido tres años, tres eternos años que se le habían escapado de las manos, lejos, para no volver nunca más hacia él. Su tiempo se había perdido para siempre y no existía posibilidad de recuperarlo, no había a quién reclamárselo, y no tenía más opción que acostumbrarse a esa idea que tanto lo espantaba. Con el paso de los días, las semanas y los meses, el semblante de aquellos traviesos orbes esmeralda se había visto enormemente opacado por la infinidad de experiencias que había enfrentado a tan corta edad, por lo rápido que tuvo que crecer, por lo repentino que fue el dejar de ser un torpe adolescente y convertirse en un verdadero hombre.
Y aún así, a pesar de todas las consecuencias, no se arrepentía de ninguno de sus actos, y si hubiese tenido que repetir la historia, sabía bien que el desenlace habría sido exactamente el mismo. Mas había un detalle que sí lamentaba, un detalle que lo había estado atormentando cada miserable día de su patética vida y que no lo dejaba dormir tranquilo durante las noches; su conciencia seguía torturándolo por haberla dejado. Creía no haber tenido alternativa, debió abandonarla con tal de que no sufriera junto con él por su propia causa. No fue capaz de confesarle lo que estaba sucediendo, tenía miedo de que los ojos enamoradizos de su rubia cambiaran esa expresión de amor por una de pánico, de asco. No le importaba que el resto del mundo lo viera como lo que era, como un monstruo, un asesino. Lo único importante era que ella siguiera viéndolo con la imagen de antes. Ella lo conocía bien, se había adentrado a su mundo como nadie, su amor se había convertido en la sangre que corría por sus venas y en el aire que llenaba sus pulmones. De modo que antes de ser visto como un criminal, prefería que lo mirara como un idiota, un hijo de puta que la había abandonado en el momento en que más lo necesitó; el mismo que le prometió el cielo, la luna y las estrellas, para luego dejarla con los restos de sus sueños rotos entre sus manos.
Siempre preferiría ser odiado antes de temido.
Irina Holmes era su obsesión, la única esperanza que lo había alimentado esos años. Sin ella, la vida habría perdido todo sentido y el paso de los días habría carecido de significado. Fue así que la locura terminó consumiéndolo, quemándolo; llevaba su nombre tatuado en su corazón, su imagen hecha una película permanente en sus ojos y su melodiosa voz grabada en sus oídos. Ella era el centro de su universo, lo más relevante de su vida, lo más preciado, y lo que más le había dolido perder.
De cualquier forma, todo plazo se cumple y todo pecado termina por pagarse, ya sea en vida o durante la muerte. Afortunadamente, él creía haber pagado la gran mayoría de estos dentro de esa inmunda celda, y ya por fin podía declararse nuevamente libre. Una vez más, se le habrían las puertas al mundo para regresar, para salir de la asfixia constante del encierro. Tenía una nueva oportunidad que no iba a desperdiciar, y aunque tal vez no recuperaría el tiempo perdido a su lado, lucharía hasta las últimas consecuencias con tal de recuperarla a ella.
¡Hola! estaré subiendo este maravilloso fanfic de harryscinnamon, diosa de las historias.
Dejen sus votos y comentarios :D revisen mi perfil para encontrar más de las historias que pude recuperar.
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Blu3 Jeans » Harry Styles » Zayn Malik
Fanfiction❝ Te amaré hasta el fin de los tiempos, te esperaría un millón de años, pero promete que recordarás que eres mía. Nena, ¿Puedes ver a través de esas lágrimas? Te quiero más que todos esos idiotas que estuvieron antes. Di que lo recordarás, di que lo...