MY BLOOD

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Mudarse a un nuevo barrio cuando tienes seis años es emocionante y atemorizante al mismo tiempo, emocionante porque vas a tener una nueva casa y probablemente el camión de helados pase por ese barrio más seguido que lo hacía en tu antigua casa, y atemorizante porque tenías que ir a hacer nuevos amigos, ya no podías ir a la casa de al lado y pedirle permiso a la mamá de tu amigo para que vayan a jugar a tu jardín, ahora tenías unas diez casas de completos desconocidos que tenías que conocer y ver si algún niño de tu edad te agradaba lo suficiente como para poder invitarlo a jugar.

O eso le pasó a Josh Dun.

No era un niño muy sociable de todos modos, prefiriendo quedarse en casa a jugar con sus propios juguetes con los pocos amigos que tenía, pero ahora que sus padres decidieron mudarse a una nueva casa ya que el espacio de la antigua casa les estaba quedando pequeño gracias a la pequeña Ashley y al pequeño Jordan; Josh se sentía un completo extraño saliendo con su madre al nuevo vecindario, ella le había prometido que había conocido a una vecina que tenía un hijo de su edad y que sabía que ambos se iban a llevar bien.

Josh se sintió paralizado cuando llegaron a la casa que estaba a la mitad de la calle, su madre tocando el timbre, nunca soltando la mano de su hijo, esperando a que alguien abra.

Y a los pocos minutos una señora de cabello rubio abrió la puerta, una sonrisa en su rostro al reconocer quien estaba frente suyo.

-¡Laura! Hola, viniste-

-Claro que vine, Kelly, y de paso traje a Josh, como prometí- Dijo soltando la mano de su hijo solo para ponerla en su hombro, la mujer, Kelly, observó al niño con una sonrisa cálida.

-Hola, Josh, tu mami me dijo que te estabas aburriendo, ¿Es verdad?- No tanto, estaba disfrutando de colorear un libro de animales antes de que su madre le dijera de que iban a salir, pero de todos modos asintió—pues ahora te vas a divertir, mis hijos están en la sala, ve a jugar con ellos mientras hablo con tu madre-

-Ve Josh, yo no me voy a ir- El niño entró a la sala, encontrando a otros dos niños jugando con carritos, él se quedó parado en su lugar, sin saber que decir.

-¿Quién eres?- Uno de ellos preguntó cuándo levantó la mirada, el otro paró de jugar con su carrito y siguió la mirada del otro, viendo con curiosidad al niño que había entrado.

-Uh, soy Josh-

-Hola, Josh- El niño dijo con una sonrisa—soy Tyler y él es mi hermano menor, Zack- El otro niño saludó con su mano— ¿Quieres jugar con nosotros?- Josh asintió.

Y así fue como se formó un lazo inseparable entre esos dos niños.

Cada día iban a alguna de las casas a jugar, a veces iban al parque o al bosque cerca de sus casas, incluso para cuando sus intereses cambiaron de jugar con autos de juguete o espadas de cartón, ambos seguían viéndose, ambos eran los mejores amigos que todos deseaban tener, se contaban todo, se veían casi todos los días, salían juntos, tenían los mismos gustos, incluso pasaron las fiestas de fin de año con la familia de alguno de los dos unos años.

-Josh- Tyler dijo acomodándose en la casa del árbol que sus padres les habían construido a ellos y sus hermanos cuando eran pequeños— ¿Te puedo contar algo?-

-Sí, claro, suelta la pregunta- Josh respondió, pasando una mano por su cabello rojo, tenía 15 años, sus padres le habían dejado teñirse el cabello por primera vez en su vida.

-¿Crees que es raro que a un chico le gusten otros chicos?- El castaño preguntó nervioso, haciendo que el tintado alce una ceja.

-No, claro que no, ¿Por qué preguntas? - Respondió, tratando de esconder toda la ansiedad que tenía dentro, ¿Tyler se había enterado de que le gusta el chico que se sienta con él en su clase de matemática? ¿Le diría que está mal? De todos modos su familia va a la iglesia y es cristiano y ellos creen que la homosexualidad es un pecado y—

🌻trench     -     joshler🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora