RAZONES

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Seguía clavada en el suelo como si mi vida dependiera de ello, mi cuerpo no respondía a las órdenes de mi cabeza, estaba aun más allá de desesperación. La decepción que podía ver en su rostro me destruyo de una forma increíblemente dolorosa; pude ver la distintas emociones fluyendo a través de ella: sorpresa, dolor, decepción incluso  el odio estuvo presente justo ahí, en ella. Me hizo sentir aun más miserable de lo que ya era.

Se acerco lentamente como una fiera que estuvo años enjaulada  y hoy al fin le estaban permitiendo salir a cazar, yo era su presa y pronto ella me tragaría entera, de la  forma en que  es famosa en hacerlo. Me sentí encerrada justo como en mis peores pesadillas solo que esta era realidad. Cada vez más cerca con paso decidido, completamente firme y  con la cabeza en alto se acerco a nosotros, disolviendo la distancia que nos mantenía separados a los 3,  y con ello acabándome una vez y otra más.

Se detuvo justo frete a mí, fulminándome con la mirada, mi corazón iba a mil por hora, creo que ella era capaz de oírlo, mi respiración era entrecortada como si hubiera estado corriendo un maratón antes. Jeremy poco a poco fue soltándome, procurando dejar una distancia entre nosotros considerable, fue extraordinariamente torpe al hacerlo pero ya no lo tenía tan cerca así que fue un respiro, de  cualquier forma no podía moverme, estaba paralizada, sin poder decir una sola palabra.

—Así que desapareces…y regresas bien acompañada—Comento ella con ironía.

—No lo hice—Respondí en  un hilo de voz.

— ¿No? —Repitió incrédula—No te veo desde ese día en la cabaña, me volví loca llamándote… ¡nunca respondiste! —Su voz subió  una octava— ¡Uno, uno solo maldita sea! —Algunas lagrimas corrían por sus mejillas—Y ahora estas aquí—Hizo un gesto vago hacia el patio—Tan feliz—Añadió sarcástica.

Volteo el rostro hacia Jeremy, que la miraba con la cara  en blanco, se limpio las lágrimas y lo miro decepcionada, volvió a fija su vista en mí, soltó una risa amarga sin rastro de humor, fue tétrico, ella ya se había expresado, poniendo todas sus cartas en la mesa, pero de igual forma no obtuvo nada de mí, seguí ahí parada como estatua, paralizada ante su  presencia sin poder siquiera hablar, temía decir algo incorrecto y empeorar las cosas aun mas, llevarlas a un nivel mayor, simplemente no pude, pero no debía dejar que ella siguiera sacando conclusiones erróneas o se siquiera planteando razones  equivocadas, no debía permitirlo.

Aun ella esperaba por  una respuesta de mi parte,  aunque no sabía cómo dársela, no estaba al tanto de si verdad me escucharía, un mundo de posibilidades se extendió ante mí, pero no tome ninguna opción. Estaba paralizada, pero reuní un poco de coraje que me sirvió  para poder decir.

— ¿Crees que mi vida es un sueño? —Sorprendentemente mi voz sonó dura— ¿Piensas que no me afecta esto?

—Ya no me importa—Escupió con odio—Veo que no te hacemos falta de todos modos.

— ¡Déjalo de una maldita vez! —Intervino finalmente Jeremy— ¡Ella no ha hecho nada malo, yo no he hecho nada!...tu eres la equivocada aquí.

—Pero…

— ¡No! —Su voz se elevo aun mas— ¡No es lo que crees! —Grito por encima del ruido inexistente, no había nadie más que nosotros en el patio.

— ¿Quieres saber realmente que paso? —Dijo secamente.

—Sí, quiero saber qué diablos pasa aquí— Respondió del mismo modo Daniela.

—Le pedí perdón a Eli por lo estúpido que fui…me aleje de ella y de todos por idiota…aun cuando sabia que las necesitaba, herí a mi mejor amiga y estoy tratando de remediarlo.

Para Lo Que SeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora