PARTE TRES.

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Harry sigue con sus palmas sudorosas y las limpia en sus jeans, saltando arriba y abajo con nerviosismo. La guitarra está en su estuche, apoyada contra la pared, y él no puede quitar los ojos de encima de ella. Mientras tira de las solapas de su chaqueta, él oye a alguien detrás de él.

─No está bien si estás tan nervioso.

─Gracias por señalarlo, Gem. ─Harry responde con sarcasmo, mirando por encima de su hombro.

Gemma se encoge de hombros. ─Sé que va a estar bien. Basta con pensar en por qué lo estás haciendo.

Harry asiente, sintiéndose un poco mejor por las palabras de su hermana hasta que hay un golpe en la puerta.

─Mierda, mierda, mierda. ─Harry susurra, comenzando a moverse hacia arriba y hacia abajo en sus dedos de los pies de nuevo. Él oye a Gemma murmurar algo a lo largo de las líneas de: ─Abre la maldita puerta entonces. ─Antes de que ella la abre por sí misma.

Esconderse detrás de la planta en maceta en la esquina suena como una buena idea en este instante.

Louis estaba en la puerta, luciendo como un dios, con su cabello en un copete y una sonrisa enorme en la cara, por lo que sus ojos se arrugaban en las esquinas. Un jumper borgoña junto con un abrigo negro cubre su mitad superior, pantalones grises ajustados están en sus piernas, y un par de Vans negras están en sus pies.

─Hola Gemma. ─Dice, sonriendo más amplio - si es aún posible─. ¿Cómo estás?

─Bien, gracias, Lou. Espero que tengas una velada fantásticamente romántica planeada para mi hermano pequeño. ─Gemma responde, dejando a Louis entrar a la casa.

─Voy a hacer mi mejor esfuerzo. ─Dice, y sonríe cuando ve a Harry de pie por las escaleras─. Hola, Harry.

─Hey, Lou. ─Harry puede sentir la sonrisa automática que aparece en su cara que él consigue siempre que está alrededor de su novio.

─ ¿Estás listo para ir? ─Louis pregunta y Harry asiente, cogiendo su guitarra y haciendo su camino fuera de la puerta. Ellos se despiden, y Anne sale de la sala de estar para recordarle a Harry que él tiene que estar de vuelta antes de la medianoche.

Louis hace una broma acerca de la Cenicienta, una vez que están fuera del alcance de que los oigan y jala de Harry bajo su brazo, mientras caminan de regreso a su casa (Louis siempre se queja de no tener un coche, pero su madre no le permitirá tener uno hasta que esté seguro de que valdrá la pena). Harry envuelve su brazo alrededor de la cintura de Louis, mientras él está sosteniendo el estuche de la guitarra en la otra mano, y charlan cómodamente, compartiendo el calor entre sí en la noche fría de enero.

En el living de Louis, los sofás han sido empujados a un lado otra vez, y una mesa para dos se ha establecido en el centro de la habitación. Ha sido establecida a la perfección, con brillantes cubiertos y un puñado de flores rojas colocadas en un florero en el centro de la misma.

Harry apenas se da cuenta de eso, sin embargo.

La habitación está llena de velas.

Cada superficie está totalmente cubierta en ellas, y toda la habitación apenas brilla intensamente a causa de ello. Luces de colores blancas cuelgan a través de cada pared, algunas de ellas parpadeantes de vez en cuando. El árbol de Navidad se encuentra todavía en la esquina, y las luces de colores colgadas en él están brillando suavemente.

Es simplemente hermoso.

Harry se siente completamente abrumado, sin poder creer que tiene esto en frente de él. Si alguien le hubiera dicho hace unos años que iba a tener un novio que sería lo suficientemente romántico para hacer esto por su aniversario, se habría reído.

My Only SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora