One-Shot

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-Entonces, Romeo bebió el veneno y murió a lado de Julieta que iba despertando de aquel sueño inducido. Su corazón se rompió tras ver a su amado frio, sin vida. No dudo en tomar la daga que yacía entre medio de los dos. Beso por última vez a su amado y atravesó con ella su cálido corazón. Esa fue su última despedida, pero sería momentánea puesto que sabía que en su otra vida se iban a encontrar.- Jimin, al terminar de leer su libro, bajo del taxi en donde viajaba, dejándolo en el asiento trasero.

-¡Joven, su libro!- Jimin visualizo aquello que sostenía el hombre con total sobriedad.

-Puede quedárselo.- Jimin siguió caminando sin importarle lo que había dejado atrás. Otra vez.

Pensó que Rome y Julieta sería una buena historia para volver a pensar en el amor. Se equivocó. Y es que si él hubiera estado en el lugar de Julieta, hubiera dejado en aquel ataúd a Romeo y aprovecharía la ocasión para escapar de su cruel y obstinada familia. Él, no hubiera muerto por nadie.

Jimin termino de subir al elevador. Las puertas iban a cerrarse hasta que una mano con dedos largos y piel blanquecina interrumpió el cierre. Los ojos de aquel chico se posaron en él. Ese color avellana lo estaban comiendo de pies a cabeza.- ¿A qué piso?- Dijo para hacer que el chico marcara un poco de pudor.

-Séptimo piso.- Su voz salió un poco ronca y tuvo que aclararla después de hablar.- ¿También vas a la boda?- Jimin entrevió a su acompañante y asintió a la pregunta.- ¿Amigo de la novia?

Jimin rio con ironía. La verdad, aquella perra lo había invitado porque quería restregarle que se iba a casar con alguien de dinero.- Algo así, ¿Y tú?

El chico rasco su cabeza. Jimin camino cerca de él esperando su respuesta con los brazos cruzados.- ¿Amigo del novio?- Lo ojos de Jimin ahora eran los que lo evaluaban haciéndolo tensar.- ¿Tengo algo en mí para que me veas así?-

-¿Lo tenía yo hace un momento para que me vieras de la misma forma cuando subiste al elevador?- Jimin se empezó a acercar más haciendo tragar en seco al chico. Solo que Jimin acabo su acto acomodándole la corbata que tenía torcida.

El elevador paro y abrió sus puertas anunciando la llegada al piso. Jimin le dio una leve sonrisa al joven y bajo sin esperarlo a pesar de que iban al mismo lugar.

Entonces, recordó otro libro de amor que había leído tres días antes. -El príncipe se enamoró de Blanca Nieves debido a su canto y belleza. Ella, se asustó y corrió debido a que aquel extraño se atrevió a acercarse a su choza sin el permiso de nadie. Pero como el hombre era apuesto, Blanca Nieves, cayó en sus encantos.-

-¡Oye, espera!- Jimin paro, dejando que el apuesto joven del elevador lo alcanzara, justo como Blanca Nieves había engañado al príncipe con su dulzura.- ¿Cómo te llamas?- Jimin le dio una leve sonrisa al de tez pálida y cabello negro.

-Jimin.- El azabache sonrió con cierto coqueteó.

-Soy Yoongi.-

-Bonito nombre.- Jimin no dijo nada más y siguió caminando mientras Yoongi lo seguía.

-¿No pareces muy convencido de ir a esa boda?- Y no lo estaba, realmente no quería ir. La novia, anteriormente era su mejor amiga, pero debido al poder que tenía su novio, empezó a cambiar tratando a todos como perros que podía domesticar si les daba premios caros. Y para desgracia de él, se llevó la peor parte de aguantar su nuevo carácter debido a su cercanía. Fue entonces que su cabeza lo llevo a la historia que había leído seis días antes: Cenicienta. Quería entender el estúpido comportamiento de su amiga comparándolo con el de las hermanastras, pero descubrió que las hermanastras eran más inocentes que su amiga, y aun así, aquellas chicas sufrieron peor destino que su amiga. No podía sacar de su mente como las hermanastras cortaron sus pies para que les quedara la zapatilla de cristal. Y por si fuera poco, las aves le quitaron los ojos. Jimin comprendió entonces que el amor también podía llegar a ser extremista, a tal punto de dañarte por ser amado.

Una historia que no es de amor -ONE SHOT-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora