«No lo puedo evitar, yo no te dejo de pensar.»
—¡Matteo! ¡Me da cosquillas! —decía entre carcajadas, yo sólo seguía haciéndole cosquillas.
—P-para —dijo con la voz agitada, y yo me rendí.
—Después no te vas a escapar de mí, cariño —le guiño el ojo y ella rueda los ojos—. Chico fresa, ni lo sueñes —se fue de ahí tirandome un beso y yo sólo reí.
Ese recuerdo quedará grabado en mi mente.
«Y las noches son frías, si tu no estás.»
—Luna, te extraño —hago un puchero, aunque sé que no me está viendo.
—Ya lo sé, Matteo, yo también te extraño. Pero necesitábamos volver a México, te prometo que estaré allí la próxima semana.
—¿Lo prometes? —sonrío bobamente.
—Lo prometo —la oigo reír—, ahora me tengo que ir, hablamos luego, te amo.
—Yo también te amo, Luna.
Ella es el amor de mi vida.
«No lo puedo entender, cómo no te has dado cuenta, como te pienso no es normal.»
Aún sigo teniendo en mi mente la imagen de ella, durmiendo junto a mi, tan plácidamente. ¿Cómo es que ella me hizo esto? Me dejó totalmente loco por ella, sus ojos verde esmeralda, me tienen totalmente hipnotizado. Su lindo cabello castaño teñido de rubio, amo tocarlo. Me encanta escucharla reír, podría estar miles de horas escuchándola reír a carcajadas. Su mirada, me hace sentir en la luna. Ese acento mexicano que tiene, me derrite. Definitivamente, estoy enamorado de Luna.
Jamás olvidaré todo nuestros momentos.
«Pero tengo miedo de pensar, que no te vayas a enamorar, y que me digas que te olvide, que es complicado intentar.»
—No, no, no Matteo —se tomó su cabello entre los dedos—. ¿Por qué? ¿Por qué justo ahora?
—Luna, yo te estoy confesando lo que siento, y vos reaccionas así —niego con los ojos cristalizados.
—¡Es que Matteo, entiendeme por favor! —grita y solloza.
—¿¡Qué querés que entienda?! ¿¡Preferís al imbécil de Simón? —dije con rabia y dolor.
—¡Claro que sí, él es mi novio! —respira profundo—, p-pero, tú, me confundes Matteo —suspira.
—No podés estar con él si sentís algo por mí —la tomo de las manos y ella niega—. Por favor Luna, dame una oportunidad, danos una oportunidad.
—No Matteo —a ambos nos empiezan a salir lágrimas—. Y-yo, intentaré olvidarte. Espero que tú también lo intentes —y se fue de ahí, dejándome totalmente destrozado.
Creo que ese fue nuestro peor momento.
«Quiero verte sonreír, quiero verte junto a mí.»
—¿Sabes? Cuando nos conocimos, pensé: Uy, este chico es demasiado fresa, espero no volver a encontrarmelo nunca. ¿Y qué paso? Aquí estamos, juntos —lamió su helado.
—Bueno, al menos no te equivocaste en pensar que era fresa —ella ríe.
—Te amo, mi chico fresa —dice y mi corazón empieza a palpitar a mil.
—Yo también, mi chica delivery —me acerco a ella, y sonríe—. Amo verte sonreír, y más si es por mí —baja la mirada riendo nerviosamente y me besa de repente.
Jamás olvidaré ningún momento que viví con ella.
𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐬𝐨𝐧𝐫𝐞𝐢𝐫.
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𝐐𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐬𝐨𝐧𝐫𝐞𝐢𝐫.
Fanfiction»Quiero verte sonreír, quiero verte junto a mí, no puedo ya no quiero, no es fácil aceptar que no te tengo.«