Visitas.

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Es domingo, y eso significa que debo visitar a mi padre, estoy sentada en el último asiento del autobús, escuchando una canción que en menos de un minuto me tiene desganada, I feel like dying de Lil wayne. De hecho creo que la canción va muy bien conmigo en estos momentos, para ser sinceros, no recuerdo la última vez que fui a la casa de mi padre emocionada. Miro por la ventana deseando encontrar una excusa para devolverme, lamentablemente el caso ya estoy llegando a la parada que me corresponde.

Camino a paso lento deseando no llegar, una cuadra más y ya estoy frente a su casa. Es blanca, y grande, y una gran alberca que tengo mucho tiempo sin disfrutar.

No logré tocar el timbre porque la novia de mi padre salió emocionada a abrazarme. Con su panza muy notable..

—Ana!— Llega hasta a mi y me abraza. La miro de reojo sorprendida y enojada. No correspondo a su abrazo —¿Estás bien? Te encuentro más pálida.

¿Por que yo le caiga bien?

—Si gracias— Contesté seco, decidida a entrar a la casa. Busco a mi padre con la mirada pero no lo veo en la sala de estar, siento un olor delicioso proveniente de la cocina, y voy directo hacia ella, y ahí está, con un ridículo delantal color rosa. Me acerco esperando a que note mi presencia, voltea su cara y deja de hacer lo que está haciendo para abrazarme.

¿Hoy es el día del abrazo o qué?

—Mi hija— dice evaluándome de pies a cabeza —Mira lo que estoy haciendo, señala la olla caliente puesta en la estufa —Tus favoritos.— Concluye sonriendo. Me acerco para mirar.

Macarrones con queso.

¿Como sabe que son mis favoritos?

Le sonrío sorprendida por el gesto de recordar algo que me gusta.

—¿Como va la escuela?—Pregunta mientras continúa con su labor. Me hace señas para que le pase la sal que está a mi lado.

—Bien, supongo— Contesto seca. Pasándole la sal.

—¿Que harás en vacaciones?—Pregunta nervioso. Lo miro dubitativa, es raro que pregunte algo así.

—¿Por qué?— Respondo curiosa, me emociono un poco, pues mi cumpleaños es a mitad del verano.

—Bueno...—Comienza a jugar con las orillas del delantal rosa. —Es la fecha en la que posiblemente nazca el bebé y pues...—

Mi emoción se desbarató como los bloques de minecraft. Cada vez que vengo tengo que escucharlos hablar del bebé. es tan exasperante. Ni crean que voy a quererlo y actuar como la típica hermana mayor amorosa. Tal vez solo lo visite en su cumpleaño, si acaso.

—Queremos que estés aquí con nosotros en ese momento tan especial—Concluye. Lo observo, y está tan emocionado que no me atrevo a arruinarlo.

—Y...Como te va en el trabajo?— Cambié de tema. Ya se me ocurrirá una excusa para no estar aquí ese día.

—Me ascendieron—Contesta feliz. —Desde que Tommas llegó a nuestras vida todo a cambiado, a mejorado, es como una bendición—dice risueño.

—¿Quién es tommas?—Pregunto desconcertada.

—Así se llamará el bebé Ana— Contesta la novia de mi padre, apoyada en la entrada de la cocina.

—Margaret, cariño, por qué no le enseñas la habitación de Tommas a Ana?—Lo miro sorprendida, fulminándolo con la mirada. Veo como Margaret se emociona, dicho esto agarra mi brazo para llevarle a la habitación.

Simple Y Complicado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora