El Despertar Del Caballero Dragón (Pausada)

Capítulo 3: La Familia Astalor y la Amenaza Fantasma

Inframundo - Territorios Astalor

Los integrantes de la familia Astalor y Azura ya se encontraban en los territorios Astalor del inframundo, dejando sin habla a Corrin por la inmensidad del lugar, incluyendo un gran castillo que le daba al sitio un toque medieval, aunque por dentro era otro cuento.

Al acercarse a la entrada, los guardias abrieron las puertas, dejando ver un lugar sumamente lujoso, con grandes candelabros, un montón de escaleras que daban a distintos puntos del lugar y una sala principal bastante amplia.

Al entrar, se pudieron ver a dos chicas que llegaban corriendo, una era una rubia de ojos color gris, que llevaba un atuendo de maga aprendiz, mientras que la otra tenía el cabello blanco con un único mechón de color lila, que vestía ropas de chica de pueblo, salvo por una capucha color rojo que llevaba puesta en su cabeza, que terminaba en una capa. -¡Llegaron!– exclamaron ambas chicas pasando a los lados del peliblanco, abrazando a Camilla y Elise, gesto que las mencionadas imitaron, abrazando a las chicas.

-Mírate, has crecido mucho– dijo Camilla con cariño hacia la pequeña albina, quien sonrió ante la caricia de la peli lila sobre su cabeza.

-¡Ophelia-chan, mírate!, ¡Eres toda una señorita!, ¡Jeje!~– exclamó muy feliz Elise abrazando a la chica rubia.

-Elise, Camilla. ¿Me podrían decir quienes son ellas?– preguntó curioso el peliblanco mirando a la albina y a la rubia. -Oh, cierto. Casi lo olvidamos, ella es mi hija Velouria– respondió Camilla sorprendiendo a Corrin. -Y ella es mi hija Ophelia– respondió con su clásico tono animado Elise sorprendiendo aún más al peliblanco.

-¡No era en broma!– Pensó Corrin ante la declaración de la rubia de coletas. -Mamá, ¿él es el tío Corrin?– preguntó inocentemente Velouria mirando interesada al peliblanco. -Sí, chicas, él es Corrin– respondió esta vez Elise causando algo de emoción en las chicas.

-Eh...hola chicas, soy Corrin...aunque creo que ya saben eso, jeje. En todo caso, soy su tío al parecer, así que espero que podamos llevarnos bien– dijo algo nervioso el peliblanco con una sonrisa, recibiendo un abrazo por parte de Velouria y Ophelia.

-Hola papá– dijo otro chico rubio llegando al lugar, saludando a Xander. -Eh, hola Siegbert. ¿Dónde estabas?– respondió el rubio mirando a su hijo, a la vez que el chico volteaba a ver a Corrin, encontrándolo siendo abrazado por la albina y la rubia, causando algo de risa en él.

-No es nada importante, de todas formas. Bienvenido, tío Corrin, soy Siegbert, tu sobrino por parte de Xander– dijo Siegbert presentándose ante Corrin, quien le extendió la mano en respuesta para saludarse.

En eso, una explosión se escuchó a las afueras del castillo, alertando a todos los presentes y a los guardias.

-¡¿Qué demonios fue eso?!– exclamó alarmada Azura volteando a la entrada del castillo, viendo que una especie de niebla entraba por dicho sitio, y unos samuráis extraños rodeados de una especie de aura de fuego oscuro y con sus ojos brillando de rojo entraban al lugar, alertándolos aún más.

-¡No lo se!, pero no quiero esperar a averigüarlo. ¡Al ataque!– exclamó el peliblanco entrando a la zona de los espectros, golpeando a uno en el estómago, para luego saltar encima suyo y hundirlo en el suelo con una patada de hacha.

-Corrin, usa esto– dijo Azura apareciendo un circulo mágico, de donde se invocó una espada de color dorado, con una empuñadura color negro y algunas gemas en la misma.

Azura lanzó la espada hacia Corrin, quien la atrapó perfectamente con un salto y cayó al suelo empuñandola.

-Creo que es hora de ponerme serio– dijo divertido Corrin desapareciendo de la vista de los presentes, apareciendo detrás de los espectros y propinándoles una serie de cortes y estocadas que los vencían rápidamente.