La despedida. [Ruggarol]

Parte 1.

Lunes 19/11/2018, Estadio Luna Park.

Visualiza al chico italiano intentando controlar su cabello mientras se mira en un pequeño espejo. Baja la mirada y cruza por delante de él para ponerse en posición junto a Michael y salir a cantar el último "Eres".

No puede oír debido a los in ears, pero ve al público gritar y sabe que Ruggero ha aparecido en el escenario cuando su voz aparece en sus oídos.

Los sentimientos están a flor de piel y en lo único que puede pensar en este momento es en que no la eligió, en que no lo verá nunca más.

Su cuerpo se posiciona tras el Karol y sus brazos la rodean. "Eres tú bella sonrisa la rima y el alma"; Sus ojos se cierran sintiendo la canción en lo más profundo de si, disfruta de su abrazo y recuerda la paz que solía traerle en sus momentos de caos. No puede más y siente como una pequeña lágrima empieza a caer por su mejilla recordando aquello.

[...]

- Sólo uno más. - Murmura el castaño cerca de mis labios.

Se encontraba sobre mí y nuestros cuerpos desnudos hacían contacto entre sí. Sonreía ampliamente y por Dios, juro que amo que me sonría así.

- Ya vístete y vete, tenemos entrevistas en un rato. - Le ordeno con ternura mientras con mis pocas fuerzas intento que se levante, pero es en vano.

- Dame un beso más y me voy. - Murmura mientras sus labios juegan con mi cuello haciendo que por inercia cerrara los ojos disfrutando de su acto.

Mis manos acarician la parte baja de su espalda con lentitud y suben hasta quedar en su nuca.

Chile, mi mejor recuerdo queda aquí.

- Uno y ya. - Le digo riendo.

Se separa apenas de mí y lo atraigo a mi boca para que mis labios hagan contacto con los suyos por unos segundos.

Me abraza con fuerza al igual que yo a él mientras nos besamos, con lentitud, delicadeza y... amor.

Cuando lo creo prudente me separo de él y le sonrio ampliamente.

Es paz en mi caos.

Me enamoré.

- Te quiero. - Me dice de repente viéndome a obligada a volver a la realidad.

Me besa la puntita de la nariz y se levanta de la cama para después empezar a vestirse.

"Me quiere, él me quiere." Me repito a mi misma.

Me sonríe desde la punta de la cama mientras abotona su camisa blanca. Le devuelvo el gesto y se acerca a mi para besar mi mejilla.

- Nos vemos más tarde, hermosa. - Me dice a modo de despedida.

Suspiro.

- Yo también te quiero, Ruggerito. - Le confieso sin más.

[...]