Jayce parte 4

31 1 0
                                    




Jayce se dio cuenta de que, a pesar de lo despectivo que había sido con sus colegas, ninguno de ellos se había rendido. Ninguno había cejado en su afán por las cosas que definían a Piltover misma: El progreso. El descubrimiento. Si ellos no se habían rendido, se dijo Jayce, él tampoco lo haría.

Y, tal vez, tampoco fuese a morirse por ser algo más amable.

Tal vez.

Jayce enfocó el problema desde un ángulo completamente distinto. En lugar de tratar de experimentar con todo el cristal, se preguntó, ¿no podría manipular con más intensidad un fragmento del mismo? Jayce desprendió un trozo del cristal y lo suspendió en una aleación líquida. Al someter el metal líquido a una corriente voltaica, los tímpanos de Jayce casi se hicieron añicos ante la estruendosa nota de barítono emitida violentamente por la esquirla. El cristal desprendía calor y, con un relampagueo, brilló hasta casi dejarlo ciego. Aquello no se lo esperaba. Y era potencialmente peligroso. Pero era un progreso. Jayce no pudo borrarse la sonrisa de la cara durante sus experimentos esa noche, en la que trabajó hasta el amanecer.

Al día siguiente, se sorprendió de hallar frente a su puerta a su viejo amigo Viktor. Alertado por la formidable descarga de energía del cristal, Viktor tenía una proposición sencilla.

Desde su expulsión de la comunidad científica de Piltover, Viktor había iniciado un proyecto secreto en Zaun. Había averiguado por fin cómo cumplir su sueño; cómo erradicar la enfermedad, el hambre, el odio. Si Jayce se unía a él, entre los dos lograrían lo que nadie en Piltover o en Zaun hubiese soñado jamás: salvar a la humanidad de sí misma.

Jayce ya había escuchado soliloquios semejantes por parte de Viktor. Nunca le había gustado a dónde conducían.

League of Legends historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora