Piedra, Papel y muchas Tijeras

Introducción: Sitio Nuevo, Chica Nueva

Desde que era muy pequeña siempre escuchaba a mi madre decir que la gente que vive en el campo tiende a ser un tanto extraña. Yo por otro lado, pensaba que las personas del campo eran personas interesantes. Eso teniendo en cuenta de que la única persona de campo que conocía era mi padre. Él solía venir a visitarme a la ciudad en las vacaciones. Es un hombre fascinante, responsable y trabajador. Lo admiro mucho. Es una lástima que mi madre se haya divorciado de él.

Hace poco cumplí 15 años. Es una edad muy importante para mí, ya que mi familia y yo habíamos acordado que cuando cumpliera esa edad (que también era cuando comenzaban mis vacaciones), mi iría a vivir con mi padre. Tuve miedo, pero a la vez estaba entusiasmada. Y aún hoy, una semana después de mudarme, sigo intentando acostumbrarme a este nuevo lugar. Aún sigo sintiéndome una chica de ciudad. Mi padre estuvo toda esta semana enseñándome a hacer los quehaceres, ya que mañana comenzará a trabajar en una pequeña fábrica que está a unos 20 kilómetros de aquí, y quiere asegurarse de que no tendré problemas aquí. Y estoy segura que no los tendré.

El día lunes, después de almorzar (mi padre ya se había ido en su todo-terreno al trabajo), me subí al techo de la gran casa en la que vivo para apreciar el paisaje. La parte de atrás de la casa estaba llena de girasoles que miraban directamente al sol. Intenté hacerlo yo también, y me quedé ciega por unos segundos. Cuando mi vista regresó, vi a dos caballos acercándose lentamente a mi casa. Estaban llevando a dos personas. Sé que tengo vecinos, pero entre una casa y otra hay una separación de casi un kilómetro. Pude distinguir que se trataban de un chico y una chica. Supongo que ellos serán mis primeros amigos en este lugar. Oh! Esperen... Se... Se acaban de dar un pequeño beso. Serán novios? No. Tengo que bajar, arreglarme y presentarme. Deseenme suerte.