Capítulo 15

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Segundos, la vida se nos va en cuestión de segundos, tan frágil...ni los dedos más ágiles y finos la pueden sostener.

Edrei había terminado atragos su lata, sin siquiera saber su contenido, cerrando los ojos para lamer las orillas, parecía incluso que estaba apunto de llorar y yo tambien.

No solo no era capaz de alimentar a mi hermano correctamente, si no que ni siquiera era capaz de dejar de temblar ante mi lata de comida tibia.

-Se acabó- informó con tristeza Edrei, inclinando la lata, tomándola con ambas manos incapaz de creer que se haya acabado tan rápido despues de devorarla con tanta rapidez-.

Edrei intentaba guardar la compostura pero en sus ojos marrones era latente la necesidad de su cuerpo por más comida.

-Toma- la voz del castaño resonó por todo el abandonado teatro, tendiendole a Edrei su propia lata de comida, sorprendiendolo de golpe- yo no tengo hambre-.

Edrei miraba la lata añorador, entre el querer y el deber, incapaz de decidir si aceptar el regalo de Tom y echarse a llorar en sus brazos aparentemente amables, o rechazarla y mantenerse al margen.

-Anda, yo no tengo hambre- insistió Thomas persuadiendo con tanta intensidad a mi hermano que este se vio obligado a mirarme con su ceño fruncido a la espera de mi aprobación, la cual le di apenada- solo come despacio, no quedras que te duela el estomago-advirtió divertido a lo que Drei asintió con la cabeza tímidamente-.

La comida pasó en un silencio indefinido, donde de vez en cuando se escuchaba como alguno de los presentes tragaba su comida mientras que Thomas jugaba con su cuchilla entre sus dedos incapaz de verme a los ojos.

En otros términos hubiera aprovechado al máximo la comida delante de mis ojos, pero mi cabeza era asediada por un dolor que se recorría hasta mi estomago, cerrandome la garganta por completo.

-Esas cosas...sin piel y sin ojos ¿que eran?- escupí al fin, captando la atención del pelirrojo que despegó su lata champiñones de sus labios, dejando en la comisura rastros de salsa de alcachofas de los mismos-.

-Los llamamos Skinned- respondió Tom, atorando su dedo en el mango del cuchillo, dándole vuelta con agilidad- son aquellos infectados que tuvieron contacto directo con el virus, pacientes primordiales, aquellos que lo llevaron en su forma alfa y brotó monstruosamente...rasgo los tejidos, rompió los huesos, los órganos y la piel mueren y comienzan a deshacerse, los globos oculares se pierden entre la mohosidad de la tráquea, no tienen visión pero sus otros sentidos están firmemente agudizados, tienen un extraordinario y sensible oído, una nariz magnífica...ellos huelen la sangre a metros de distancia-comentó con tanto conocimiento que por un momento me llegué a cuestionar si tal como dijo Edrei una vez, Tom había sido capaz de domesticarlos para su propio bienestar- tú- dijo señalándome con su cuchillo, posando directamente sus ojos sobre la herida embadurnada sobre mi hombro- les llamaste la atención poderosamente-.

-Tu sangre los volvió locos, llamó la atención de media ciudad- respondió con obviedad Paddy relamiéndose los labios para sacarse los restos de comida-.

-Entonces este sitio no es seguro...les vi romper paredes enteras, es-esto no va a ser nada para ellos- respondí con nerviosismo, dando cavidad a mi cerebro para que ideara un plan de ataque-.

-En realidad lo estamos- dijo Tom completamente relajado, guardando su cuchilla entre el hueco de sus botas militares- te dije que tenía un magnífico oído...el cual es incapaz de tolerar sonidos fuertes, agudos o frecuencias altas, eso los fastidia en extremo, los ataranta y hace que se ataquen entre ellos-.

Survive (Tom Holland y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora