Estaba decidido a terminar su relación con Kathya, Después del horario de oficina, se dirigió hasta la pensión de Doña Estela, donde ella vivia. Al llegar, unos tipos rodearon su auto, y comenzaron a hacerle preguntas y a tratarlo de manera muy violenta. - Sabes que no nos gustan los tipos de saco y corbata como vos- le dijo uno, mirándolo feo. - A mi me ponen de muy mal humor, Javo.. y a vos?- siguió el otro. Javier era el tercero, y el amigo intimo de Kathya. Cuando Samuel quiso zafarse, ya no pudo. Empezaron a golpearlo, hasta dejarlo muy herido. Tuvieron que llevarlo de urgencias a la clínica. Cuando Kathya se entero discutio muy feo con Javier, y dio por terminada su relación con él. Al llegar a la clínica, las enfermeras no la dejaban pasar. En la sala de espera, se encontró con Don Gustavo, quien estaba muy preocupado por su hijo, y con los hermanos de Samuel. Apenas Andrea supo de esto, corrió a tomar un taxi para ir a la clínica, sin importarle los gritos de su tia Blanca, quien no hacia otra cosa más que pedirle que espere. Ella no podia quedarse esperando noticias, cuando sabia que Samuel estaba mal herido en la habitación de una clínica. Nadie podia pasar a ver a Samuel, pero Andrea desobedeció la orden, y se metió en su cuarto. Cuando entro, sintió una punzada en el pecho al verlo allí, tan débil, todo golpeado, y apenas pudiendo moverse sin que eso le llevara hacer mucha fuerza. - Lo lamento tanto- dijo, con lagrimas en los ojos- ¿como puede haber gente capaz de algo asi? Samuel la vio cuidarlo tan dulcemente, y se enterneció. Le pidió que le alcanzara el vaso con el sorbete, pues se moría de sed. Andrea estuvo un largo rato allí cuidándolo, hasta que los doctores la descubrieron y tuvo que retirarse. -Los chicos están dele insistir en la casa que quieren venir a ver a su tío- comento Gigi. -Si pero ya es tarde, y aquí solo van a hacer lío y poner nervioso a tu hermano- dijo Don Gustavo- mejor que vengan mañana, Con suerte ya le darán el alta a primera hora. Afortunadamente está fuera de peligro. -¿¡Quien puede ser tan salvaje como para hacer una cosa asi, por Dios!?- se pregunto Luz Maria, ,aun preocupada. - No se, hermanita- prosiguió Emma- pero no te preocupes que te aseguro que no se va a quedar asi. Pienso poner una denuncia. - No va a ser necesario- lo interrumpio Kathya- digo, esos muchachos no son del barrio. Nosotros no convivimos con gente asi. No tengo ni idea de donde pudieron haber salido y lo más probable es que Samuel ni siquiera los recuerde. - Eso es cierto- concordó Gigi- lo extraño es que la hayan tomado de manera tan brutal con mi hermano, y que ni siquiera le hayan querido robar nada. - Si eso es rarisimo- asintió Emma. Kathya se ofreció a quedarse por la noche cuidando a Samuel, claro que ésta, apenas todos se fueron, fue interrumpida por Javier, quien llego a la clínica a reclamarle y advertirle que no hiciera ninguna denuncia. Lo que Kathya no se dio cuenta era que Andrea todavia seguia ahi, y escucho todo. - ¡Pobre mi principe!- exclamo, apenada- esa Kathya es una... - suspiro. Mientras Kathya se iba con Javo y le pedía a Andrea que se quede con Samuel. Ella no hizo más que preocuparse por él en toda la noche. Ni siquiera durmió, porque todo lo que quería era estar a su lado. Cuando Samuel regreso a la casa, a la mañana siguiente, los chicos no dejaban de tirarsele encima y llenarlo de mimos y abrazos. - Con cuidado con su tío, chicos- les pidió Kathya- que todavia anda dolorido. - A mi no me molestan los chicos- respondió él- todo lo contrario, me encanta que esten aca conmigo. - Con permiso- dijo Andrea, prácticamente empujando- le traje un caldito de pollo al convaleciente. Esto lo va a reanimar, asi que mejor que se lo tome todo- dijo. -Si vos me das la sopa, la tomo. Sino, no- le aseguro.-¡Ay, miren nada más! ¡Pero que chico malcriado me salio!- bromeo, para luego ayudarlo a comer. Don Gustavo se sentía bastante más tranquilo de tener a Samuel con él en casa. Le agradecio infinitamente a Kathya el gesto de haberlo cuidado toda la noche. - Si, seguro- penso Andrea- si la que se quedo con él toda la noche fui yo. Don Gustavo les dijo a Kathya y Samuel que les tenia preparada una sorpresa. Pero que, se las daría, cuando Samuel se sintiera mejor, y estuvieran solos. Más tarde, Don Gustavo les dijo la sorpresa: Había organizado todo para la boda de su hijo con ella. -¿¡Como asi!?- pregunto Kathya, entre sorprendida y emocionada- ¿Usted se hizo cargo de todo?- lanzo una sonrisa de triunfo inmensa. - Claro que si- respondió Don Gustavo- si esperamos a que Samuel comience con los preparativos nos volveríamos todos unos dinosaurios. Yo me atrevía a tomar esa responsabilidad por ustedes. Considerando que siempre están llenos de trabajo- aseguro, acomodándose el saco- la boda sera este mismo fin de semana. Todo estará perfectamente organizado en el jardín de la casa. Me tome la molestia de mandar las invitaciones por ustedes hace ya un tiempo atrás. Espero que no se molesten. Kathya abrazo a Don Gustavo de un brinco, llena de felicidad: - ¡Ay, claro que no nos molesta! ¿Como podria ser eso? Yo por mi parte estoy encantada de poder casarme tan rápido. Eso si me falta todavia elegir el vestido, los zapatos, el tocado... de solo pensar todo lo que hay que hacer me siento estresada- suspiro. -¡Papá! ¿Vos te volviste loco?- protesto Samuel. sin entender nada. Don Gustavo lo miro, muy tranquilamente, y luego de una leve sonrisa, lo palmeo. -Hijo, solo quiero darte un regalo. Se que para vos es un paso muy importante, y que estás constantemente pensandolo sin decirte. A lo mejor necesitabas ese envión, alguien que te ayudara a dar el paso. ¿Y quien mejor que tu papá para estar con vos? Kathya estaba de lo más entusiasmada, y no dejaba de hablar del fin de semana y de todo lo que tenian que arreglar para la boda. Cuando Andrea lo supo, no podia creerlo. - ¡Por fin te das cuenta, Andrea!- decía, para ella misma, mientras barría- te lo tenes bien merecido por ser tan ingenuo. Ahí quedaron tus sueños y tus espejitos de colores- balbuceaba. - ¿Que pasa, Andy?- pregunto Giselle, mientras se sentaba con soltura sobre la mesada de la cocina. -Nada- respondió resignada Andrea- ¿Que va a pasar? Que tu hermano se va a casar con la bruja, eso pasa. A la final, si existía un cuento que la princesa se quedaba perdiendo. ¿Viste? Realidad dicen que se llama. - ¡Ay, Andrea! ¡No seas tan poca luchadora!- le pidió, mientras bajaba de la mesada, y la abrazaba, rodeándola del cuello con su brazo- tenes que darle pelea a la trucha de Kathya, no te podes dejar. - ¿Y vos como sabes que es trucha?- la miro, sorprendida. Gigi se rió: -¡De eso cualquiera se da cuenta!- aseguro- y aunque sea mi futura cuñada- confeso, sorprendiendo a Andrea de alegría- no me gusta como se está portando, ni con vos ni con mi hermano. Andrea la vio raro: -¿Como? ¿Vos sabes lo de Javo?- se puso curiosa. Giselle la miro sin entender nada de eso: -¿Quien es Javo? No, yo hablo del otro con él que Kathya está saliendo. La vi muy bien la otra noche. Yo salia de la pensión, habíamos ido a comer algo con tu tía, y Freddy me acompañaba a la mansión. Cuando salimos y dimos unos pasos, vimos a Kathya bajando del auto de ese. Va, yo la vi, porque Freddy ni se percato. Claro, despues se lo reclame, pero como era evidente me nego que era ella. ¿Que me iba a decir?- le contó. Andrea no podia creerlo, asi que la trucha de su prima era peor de lo que ella suponía. -¿Se lo dijiste a tu hermano?- quiso saber. Giselle se lo negó: -¿Para que se lo voy a decir, Andy? De todas maneras, estoy segura que Samuel no se va a casar. -¿Porque decis eso?- se asombro Andrea. -Porque él no la ama a Kathya, te ama a vos- le afirmo. Y, ni siquiera la dejo hablar, porque cuando Andrea quiso contestarle, ya se había ido. Había pasado una semana, desde entonces. Y en la mansión Mendoza todo estaba organizado para la boda de Kathya y Samuel. Andrea amaneció ese día sintiéndose fatal. Tuvo que salir al jardín desde temprano para ayudar con los últimos detalles de la organización. Todo estaba armoniosamente decorado, las grandes mesas y sillas con sus cubiertas blancas, los arreglos florales con tonos pasteles. El altar, bellisimo. Los invitados iban llegando, y el metre comenzaba a dirigir la ceremonia y fiesta. La novia se encontraba en una de las habitaciones de la mansión. Siendo ayudada por su madre y demás empleadas, en terminar de vestirse y arreglarse. - ¡Estás tan hermosa, hija!- exclamo Blanca, toda emocionada, y entre lagrimas- ojala tu padre te viera. Estaría tan orgulloso de vos. Mi hija, que seas muy feliz, mi amor- le deseo sinceramente, para luego fundirse con un fuerte abrazo. Kathya la empujo y se la quito de encima, molesta: -¡Por favor, mamá! No seas fastidiosa. Sabes muy bien que no me agradan para nada las cursilerias. Deja de ser tan zalamera, ¿queres?- le pidió, con desagrado. Blanca suspiro: - Kathya, solo espero que el amor te cambie ese carácter tan feo que tenes- rogó, sinceramente. Todos estaban en sus puestos, y Don Gustavo tuvo que insistirle a Blanca para que se sentara junto a él en la mesa. - Por favor, Blanquita. concedeme ese privilegio- le pidió. -Es que no está bien que yo me siente en la mesa de los patrones- aseguraba modestamente, ella. - Es la boda de nuestros hijos, los consuegros tienen que sentarse juntos. Es la etiqueta- le informo, para luego aclararle al oído- aunque yo me sentaria en una mesa con usted de todas formas. Para mi seria un honor, de todos los invitados a esta fiesta, usted es la mujer más sincera y de el más grande corazon. Blanquita le sonrió a su patrón, la había convencido. -Veni, Blanquita, aca al lado mio- la invito Emmanuel, gustoso. Giselle se sentó junto a Freddy en la misma mesa. La marcha nupcial comenzó a sonar. Y Samuel esperaba a Kathya en el altar, vestido de smoking, se veía realmente muy guapo. -¡Todo un principe!- suspiro Andrea, mientras no podia evitar derramar lagrimas sobre sus mejillas. Lupita nuevamente la abrazaba, al verla llorar, contemplando desde la ventana de la cocina, lo que pasaba a lo lejos. Kathya se iba acercando, del brazo de Don Gustavo, cuando de repente, se escucho un ruido, y se sintió como las rejas se abrieron, dando paso al sonido de una moto. -¿¡Que haces acá!?- pregunto Kathya, sorprendida. Mientras el muchacho se sacaba el casco y Gigi podia comprobar que era el mismo chico con él que la había visto llegar a la pensión la otra noche. -¡Vos no te podes casar, Kathya!- le afirmo- ¡Sabes muy bien de quien sos! Kathya estaba atónita, y Samuel muy serio, sin poder creerlo. -¿Que significa todo esto?- pregunto, sintiéndose ofendido. Kathya lo miro una vez más a los ojos, para luego ver al motoquero. No sabia que hacer, hasta que puso su ramo en las manos de él. -Perdoname, Samuel- le dijo, al tiempo que salia corriendo, y se subia a la moto de aquel sujeto, para escaparse a toda prisa con él. Nadie podia creer lo que veia. La novia se había marchado en plena ceremonia. - Novia Fugitiva- bromeo Freddy, para luego llamarse al silencio ante las miradas serias de todos. Blanquita no podia creerlo. Casi se desmaya y Emmanuel tuvo que atajarla. Cuando todos voltearon a ver al novio, él ya no estaba, se había ido. Don Gustavo quiso saber que pasaba. -¿No es evidente, papá?- respondió Luz Maria- la novia se canso de mentir y aparentar. Y lo bien que hizo.