Atrapados

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- Cobarde! ¿No piensas salir?  - William seguía gritando sin parar. Al parecer estaba dispuesto a encontrarlos a como diera lugar.

- ¿Y ahora? - susurró Natalia mientras Saúl ideaba algo

- Siganme! - esta vez quien susurró fue Saúl

Saúl se dirigió a la ventana, lentamente fue saliendo de ella, aunque al ver abajo le dio un pánico, el piso estaba muy arriba. Con mucho cuidado fue conduciendo a sus tres amigos a una ventana que por suerte estaba abierta. Entraron, pidendo disculpas a las personas que estaban dentro, corrieron, abrieron la puerta de aquella habitación, y entraron rápidamente al ascensor. Bajaban en él, vieron la salida y se apresuraron a ella.

Sentían la victoria, sentían que todo aquello ya había acabado.  La salida estaba ahí, les faltaba poco por llegar, caminaban más y más fuerte. Juntos sin separarse corrían.  Hasta que por fín salieron el primero fue Saúl, de pronto varios hombres se les pusieron en frente, uno de ellos fue Alejandro. Sacó un teléfono y dijo

- Baja! Ya los tenemos

Era imposible huir. Saúl trataba de idear algo nuevamente para huir, pero estaban totalmente rodeados de hombres muy altos y fuertes. Definitivamente era imposible escapar de esos hombres.  Saúl echó un vistazo a aquella noche horrenda. En la acera habían varios automóviles negros , no dudo en suponer que eran de esos hombres. 

- ¿Intentando huir? - continuó diciendo Alejandro- No podías escapar de nosotros, Saúl

William ya había llegado aún con mas hombres.

- Muchachos ya saben a donde llevarlos

Los hombres empezaron a tomarlos a la fuerza, y metiéndolos a un auto, un hombre empezó a conducir otro los había sedado. ¿En serio?  ¿Sedante? Eran nuevos en esa ciudad, los secuestraban y ni siquiera dejarían saber el camino. Definitivamente no lo podían creer, ¿Así sería su muerte?

Al abrir los ojos se encontraban en una habitación rodeado de varios hombres, esa habitación era muy elegante.  Tenía un escritorio en donde estaba sentado William,  a su lado estaba Alejandro y otro hombre desconocido, en la puerta habia dos hombres armados en protección, en las ventanas había dos cortinas que llegaban hasta el piso. Cada uno se encontraba recostado en un sillón.

- Despiertos... ¿Eh? - empezó a hablar William- chicos les quiero presentar a mi otro socio- señaló al hombre que estaba a su  costado- Emmanuel

- Mucho gusto - contestó Emmanuel

- ¿Saben? No fue tan difícil encontrarlos

Los cuatro se mantenían en silencio, pero Saúl no podía permitir que poco a poco los fuese insultando, se sentía culpable por haberlos llevado a aquel lugar.

- Adivinó,  lo hicieron ilegalmente - continuó Saúl

- No juzges nuestro trabajo - contestó Alejandro

- Gracias a tu bocota - William se dirigió a Saúl- El gobierno de Ámsterdam nos prohibió salir de allá. Pero la hermana de Alejandro trabaja en el aeropuerto preguntamos donde se encontraba Saúl Evans Walker, nos proporcionó la información, Emmanuel sabe manejar aviones no fue nada difícil

- No pedí explicaciones

- Pero apuesto que te morias de la curiosidad por saberlo

-No. La curiosidad mató al gato

- De todos modos tu morirás, claro, acompañado de tus amigos, para que veas que si tenemos corazón

- Ja! No se vayan a morir por tener tanto corazón

Natalia le mandó una mirada asesina a Saúl, quería que ya no diacutiese.

- Pues creeme que por eso no exageramos

- No me sorpende viniendo de ustedes

- ¿Acaso somos las peores personas del mundo?

- No del mundo, pero si de mis conocidos

- Cree lo que quieras. Nosotros nos largamos

Alejandro y Emmanuel salieron detrás de William los dos hombres armados permanecieron del otro lado de la habitación.

Ese silencio desgarrador.  Aquella discusión con William fue fingida, no estaba tan fuerte como le había aparentado. Se sentía derrotado. Sus amigos estaban igual que él ¿Una linda aventura? Ni dudarlo. Experimentó muchas cosas a su lado, aunque quería continuar, no debía de terminar todo ahí sabía que en algunos minutos, horas o días sería su muerte.

- Lo siento...-logró decir mientras un nudo en su garganta se aproximaba. No podían ser así las cosas. Sus amigos no tenían la culpa de aquello. ¿Cómo hacer que no los matarán?  ¿Sería otra cosa imposible?  Ellos no informaron nada. Si tan sólo lo hubiese dejado en Ámsterdam, pero de todas maneras William los  habría encontrado y los hubiese torturado hasta que le dijesen donde se encontraba el.

- No fue tu culpa Saúl- contestó Natalia

- Claro que lo fue. Si tan sólo yo nos hubiese dejado en Mmm Ámsterdam

- El pasado es pasado, ahora vive el presente. No tienes idea de cuanto tiempo estaremos aquí, de cuanto tiempo estaremos juntos y en lugar de disfrutarlos con risas y abrazos lo desperdicias lamentandote cosas, así no vas a lograr nada! - contestó Isashi. ¿Enserio? ¿El chico bromista, infantil, berrinchudo, peleonero y de en más estaba regañando al tipo más maduro de ese pequeño grupo? Todo cambiaba rotundamente.

Siempre Estaré A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora