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Señoras y señores: Estoy un poquito borracha

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Señoras y señores: Estoy un poquito borracha.

Bueno, no tan poquito, pero prometo estar lo suficientemente cuerda. Hoy JB organizó una fiesta, justo una semana antes de comenzar el segundo lapso de clases, por lo que muchos alumnos de mi Instituto se encontraban presentes en la marea de personas.

Rosé y yo nos encontrábamos acompañadas, justo en la barra de bebidas, por las siete chicas con las que me había unido bastante durante el año, junto a otros adolescentes hormonales. Taehyung hace rato desapareció con Jungkook (qué sorpresa), y Rosé estaba haciendo una competencia de shots con Jihyo frente a mí. Yo apoyaba a Jihyo sólo para molestar a la pelirosa (lo cuál fomentó a que Rosé me dijese con su fuerte acento australiano "fake bitch" durante toda la noche).

Nayeon era actualmente sostenida por Jeongyeon y Mina porque se quería desnudar (supuestamente quería dejar a "sus melones ser libres"). Momo insistía en morder las mejillas de Dahyun, y Chaeyoung intentaba separarlas gritando algo sobre cierta "infidelidad".

Era, en resumen, un desastre.

Por un momento dejé de hacer porras para observar el lugar, Félix supuestamente iba a traer más vodka. En mi recorrido visual distinguí a Jennie y Lisa en una esquina, todas acarameladas mientras hablaban con dos pelinegras universitarias quiénes también parecían pareja (Irene y Seulgi, según las presentó Nayeon), y una pelirroja que luego de observarla por un rato entendí el porqué me era tan familia. Joy, si no me equivoco, era la chica con la que vi a Sana en la fiesta de Jackson meses atrás.

Y nuevamente volví a pensar en ella.

Sacudí mi cabeza. No caería en esos pensamientos hoy, simplemente no. Me inquietaba un poco el porqué no la había visto durante toda la noche cuándo sus mejores amigas estaban aquí, pero eso no me convenía en absoluto.

- ¿Buscas ésto? - volteé a ver a Eunwoo con una botella de vodka saborizado alzado su mano izquierda. Dí un gritito de felicidad al ver el alcohol.

- ¡Mi salvador! Sirveme. - el mayor virtió el contenido en mi vaso, era bastante concentrado pero, ¿me importa? Nop.

- Estás hecha una alcohólica, Tzu. - rió el mayor antes de tomar de su vaso nuevamente, luego comenzó a hablar de algo a lo que sinceramente no presté la debida atención.

Bloqueé por un momento lo que decía Eunwoo, y escuché como Nayeon gritó a mis espaldas. Eso no tenía nada fuera de lo común, digo, es Nayeon, pero luego escuché como la misma dijo en voz alta lo que más temía que pasase ésta noche.

- ¡Sana, viniste!

Mi corazón literalmente se paralizó al igual que el resto de mi cuerpo. En pánico, miré los ojos de Eunwoo y vi cómo el chico me miraba entre confuso y preocupado por mi repentina parálisis, así que sin ninguna otra idea coherente en la cabeza, tomé su mano y lo llevé hacia el piso de arriba.

Dios, ¿Por qué vino? ¿Vino con alguien? ¿Me habrá visto? Digo, estaba literalmente a espaldas de Nayeon, quizá no me reconoció... Bueno, pero y si sí lo hizo, ¿qué me importa? No debería de afectarme, ¿cierto? ¿Tenía esa maldita bebida cocaína o alguna otra droga? Porque literalmente me sentía peor que antes.

Al salir de mis pensamientos me dí cuenta de que estaba en una de las habitaciones de la casa, Eunwoo a mi lado tratando de llamar mi atención. El cuarto era un poco pequeño, parecía una habitación de esas designadas para invitados. Sacudí nuevamente mi cabeza e intenté escucharle.

- ...¿Me escuchas? Tzuyu, ¿estás drogada?

- Sí. - al ver la cara de horror del muchacho, corregí. La verdad no sé porqué dije eso - D-digo, no. Un poco ebria nada más.

La verdad amo mi auto control y mi manera de actuar "natural" a pesar de los niveles de alcohol en mi sistema. Soy muy diosa.

- Ah... Yo también estoy un poco ebrio, supongo. - rió nervioso el más alto. Ante su repentina tensión corporal me di cuenta de la cercanía entre ambos.

Eunwoo dejó de sonreir para luegor mirar detenidamente a mis ojos con intensidad, lo cuál me sorprendió ya que él chico era siempre dulce y cálido. Su mirada pasó entonces a mis labios, y allí supe que ésto no tendría buen pie.

No pude reaccionar lo suficientemente rápido cuándo sentí sus manos posarse en mis mejillas y luego besarme, impetuoso. Sus labios no eran delgados pero sí un poco ásperos, al igual que sus manos, y cuándo sentí su lengua infiltrarse entre mis labios decidí que no quería que eso continuase.

Posé mis manos sobre las suyas para intentar separarlo, pero el chico sólo las redirigió a mi cintura, y aferrándose con fuerza a la misma me empujó contra el pequeño escritorio diagonal a la puerta. Me quejé ante la brusquedad del golpe, cosa que sólo incitó al mayor a comenzar a descender besos hacia mi cuello.

- E-Eunwoo, basta. - coloqué mis manos en sus hombros y empujé, cosa en vano ya que el chico era mucho más fuerte que yo. Mordí mi labio ante el dolor que sus dientes inflingían sobre mi piel, era muy tosco. Él era muy alto, demasiado directo y simplemente...

Simplemente no era ella.

Ese pensamiento me molestó. En éstos meses he besado a distintas personas en reitaradas ocasiones, y a todas las termino comparando con Sana. No tengo porque compararlo a él con ella, porque él sí ha sido un amigo para mí y ella no. Cerré mis ojos e intenté dejarme llevar por un momento, ¿Por qué no puedo simplemente disfrutar como lo hacía antes?

Un jadeo casi inaudible emanó desde la puerta a mi lado derecho, Eunwoo no pareció haber escuchado al éste estar muy ocupado dejándome el cuello lleno de marcas. Abrí mis ojos a pesar de lo pesados que se sentían y allí en la puerta, a unos metros de mí con sus ojos avellanas vidriosos y su boca ligeramente abierta, estaba Sana.

Sabía que ella estaba viendo todo pero el alcohol no me dejó reaccionar como lo haría normalmente, estando en mis cinco sentidos probablemente me hubiese sonrojado a más no poder mientras separaba rápidamente al chico de mí. Sin embargo, sólo me quedé allí, observándola con mis párpados casi cerrados, y mis manos aferradas a los hombros del mayor. Una mordida bastante fuerte del muchacho aferrado a mí desprendió un quejido involuntario de mi garganta, lo cuál supongo los otros dos presentes en la habitación asumieron cómo uno de placer cuándo no era el caso. Sana entonces frunció sus labios y apretó su mandíbula a más no poder, una mirada tan torrida y abrumadora poco característica de ella en sus órbitas avellanas.

Luego de ello simplemente tomó de la manilla y cerró la puerta con fuerzas, me sorprendería sino rompió el marco de la misma ante el impacto. Eunwoo se sobresaltó ante el sonido y finalmente salió de su estupor lujurioso al separarse de mí. Volteó hacia la puerta confundido y preguntó, arrastrando sus palabras.

- ¿Qué fué...? - al voltearse a verme, con los labios hinchados y el cuello seguramente bastante decorado, abrió sus ojos comicamente y tomó mis manos, un poco desesperado - ¡Tzu! Mierda, disculpa. No me controlé, yo...

- Está bien, tranquilo. - le sonreí a medias y acomodé mi blusa dentro de la falda nuevamente - ¿P-podrías llamar a Rosé? No me siento muy bien.

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satan is a woman  ↟  satzu  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora