¿Será enserio?

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Llegó un momento, en donde Andrew comenzó a ponerse raro e inmaduro. Se portaba distante, la verdad, yo no sospechaba nada. "Tal vez está en sus días, como yo también aveces estoy en los míos", eso me decía cuando lo veía y ni me saludaba. También me hacía bromas cuando hablábamos por el celular como:
"Creo que lo nuestro no está funcionando" o "Deberíamos darnos un tiempo", y cada vez que terminaba esa frase, decía:
"Jajaja, era broma!"
En lo personal yo no creía que fueran bromas, pero Andrew siempre me aseguraba que sí lo eran. Le dije que parara de hacer esas bromas, y como siempre, el me decía que sí.
Todo esto siguió por un largo periodo de tiempo, y yo no veía ningún cambio en su actitud, así que decidí volver a hablar con él y decirle como él me hacía sentir cuando me hacia esas broma.
Fue un martes. Se lo dije en la escuela, en la hora de almuerzo.
-Oye, tenemos que hablar- Yo le dije.
-Dime, ¿Qué pasa?-.
-Andrew, tú sabes que a mi no me gustan las bromas qué haces cuando hablamos por el celular-.
-Sí, lo sé, ¿Y?-.
-Mira, si no paras de hacer ese tipo de bromas, creo que lo nuestro es muy inmaduro para seguir-.
-¡¿Me estás diciendo inmaduro?!
-No solo...-.
Andrew me interrumpe.
-¡Cállate, ya no quiero nada contigo!, ¡Esto se acabó!-.

101 días con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora