La bella durmiente » Adrien no ha visto a Marinette en los últimos tres años. Un reencuentro que parecía ser el comienzo de una normal y tranquila relación sería la puerta a una costumbre inquietante y confusa, llevándoles a dudar de todo lo que con...
Ladybug se destransformó al estar en su casa, estaba abatida. Se lanzó en su cama, mientras su almohada cubría su rostro. Se sentía como la peor persona del mundo.
-Chat me dijo que no me iba a lastimar, pero yo lo acabo de hacer. Soy despreciable Tikki-le dijo aun teniendo su cara pegada en la almohada-si solo pudiera olvidar a Félix...
La Kwami solo podía pronunciar su nombre, no sabía cómo consolarla, porque sabía que ninguna de las palabras la harían sentir mejor. Era su decisión y ya estaba tomada.
-¿hice lo correcto? Pero me sentía mal salir con Chat Noir mientras aún conservaba sentimientos por felix, lo destroce… ¿y si es Akumatizado por mi culpa? ¿Y si va en busca de Félix?
-brigette tranquilízate, eso no va a suceder, no pienses en eso-le intento decir Tikki.
-¿cómo sabes eso?...-le cuestiono mirándola con pequeñas lagrimas que se asomaban por sus ojos, se levantó de su cama y vio el florero en su escritorio, con las rosas que le había regalado Chat Noir, seis porque la numero siete había quedado en la Torre Eiffel, sino fue llevada por el viento.
Otra vez se deprimió, volviendo a mirar las rosas, que ya habían empezado a marchitarse, al menos las primeras que le había dado Chat Noir.
Mientras tanto el susodicho aún no podía asimilar la información recién recibida. Estaba estático mirando la imagen sin parpadear, creyendo que si lo hiciera, su fotografía desaparecería o despertaría. Su corazón latía demasiado rápido, sentía que en cualquier momento se le salía de su pecho, en todo su cuerpo recorría una adrenalina que le ponía la piel de gallina, su rostro estaba colorado y caliente, le temblaban y le sudaban las manos. Nunca creyó que se encontraría de esa forma.
Lo único que su mente repetía una y otra vez era... ¿A Ladybug le gusto?...Sabia que se refería a su forma civil, pero aún sin disfraz seguía siendo el.
Se fue de ahí, sentía que si seguía en ese lugar su taquicardia iba a provocar que estalle su corazón. Misteriosamente llego a su casa. Después de tal descubrimiento, no podía pensar correctamente, no podía pensar en nada, solo siguió sus instintos para llegar a su hogar.
Se lanzó a su cama suspirando como un idiota enamorado y eso que lo de idiota lo tenía, porque era el mismo que había roto el corazón a su amada Ladybug. Eso apenas descubierto llevaba consigo incertidumbres... ¿cómo y cuándo había roto su corazón? No recordaba haber rechazado alguna chica la semana pasada y la única razón de eso, es porque ninguna se le había confesado, entonces ¿cómo pudo romper su corazón?
No importaba cuanto intentara pensarlo, no lo recordaba, frustrándolo cada vez más. Por esa razón, no podía dormir correctamente, como tampoco Plagg que a causa de sus suspiros y resoplidos no podía conciliar el sueño. Por lo tanto el Kwami, se decidió a comer bocadillos nocturnos, sus famosos quesos. Dejando a la doncella enamorada con sus debates internos.
Llego el día de mañana, Félix se fue en dirección al colegio aun medio adormilado luego de su desvelo, ahí vio a su amigo Sebastián y fue como si su cabeza recordara algo, esa conversación que habían mantenido la otra vez con él, exactamente la semana pasada. Él cual le había preguntado si le gustaba Brigitte. ¿acaso ella era...?
Se metió al salón y disimuladamente volteo su cabeza hacia la aludida y vio su cabello, sus ojos azules... ¿acaso era posible? Y la disimulación quedo a segundo plano, ya mirándola fijamente con los ojos bien abiertos, cuando su mente se hizo esa pregunta...
¿Brigitte es Ladybug?
Y de nuevo su corazón empezó a latir desenfrenado.
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