Té de jengibre, previene las gripes y atrae el amor.
Mi madre había sido una obsesionada por la mitología griega desde siempre, mi casa está llena de cuadros que representan a los dioses, nos contaba mitos griegos en vez de los típicos cuentos Disney. Las salidas de los fines de semana solían ser a museos en lugar de zoológicos o el cine, cada Halloween nos disfrazábamos de algún dios o diosa griega, no es extraño que mi madre nos haya puesto nombres de dioses. Con mis hermanos habíamos cargado con la mitología griega desde el vientre. Mi hermana mayor se llamaba Venus, mi hermano mellizo (tengo la desgracia de tener un mellizo) Ares, mi hermana menor Dafne y yo Atenea.
Al parecer mi mamá no había tenido otro nombre menos cliché y predecible en mente, por su culpa me había tenido que tragar burlas de los niños en preescolar porque mi nombre era extraño, bueno, los suyos eran malditamente corrientes y había al menos tres Carlos en el mismo salón de clases. Con el tiempo me acostumbré, incluso había aprendido a darle una utilidad, ya que era perfecto como nombre artístico.
Diecisiete años habían servido para aprender a querer un poquito mi nombre, mi mamá siempre me había dicho que mi nombre era diferente al de los demás porque yo era diferente, pero a veces no se daba cuenta de lo difícil que era ser diferente, algunas veces realmente deseaba poder camuflarme y acoplarme a los estándares que la sociedad nos impone desde pequeñas.
Mi alarma comienza a sonar y resoplo, demasiado temprano como para hacer un resumen de mi patética vida.
-Es hora de que te levantes, melocotón-ese es Ares, al que odio desde que éramos unos espermas en el escroto de mi papá. Ugh ¿han pensado alguna vez que ustedes nunca van a decir cierto tipo de frases hasta que terminan hablando del escroto de su padre? Realmente asqueroso.
Siento como algo se mete por debajo de mis mantas y se engancha a mis piernas, es Psique, mi perro. Cuando hablo de una obsesión con la mitología griega, hablo en serio.
Mi madre se encontraba cargando a mi hermana de dos años, todavía estaba dormida y un hilo de saliva caía en el hombro de mamá.
-Hola, Nea ¿estás lista para tu último año de escuela? Ay, mis tesoros, cada vez están más grandes-sonrió y besó la mejilla de mi mellizo y la mía-. Perdón, estoy demasiado sensible. Ahí tienes tu té de frutos rojos con jengibre, Nea, y leche de chocolate para Ares. Es su primer día, así que los quiero consentir.
Negué con la cabeza, demasiado temprano para la alegría de mi mamá.
Demasiado temprano para vivir, en realidad.
-Má, solo iniciamos las clases, no es algo que nunca hayamos hecho-Ares sonrió y negó con la cabeza. Después de diecisiete años nos acostumbrábamos a las lágrimas sin motivo alguno.
-Basta de ser tan insolentes y vistanse, el transporte público no los esperará.
Odiaba el transporte público, en serio lo hacía, es decir, no lo odiaba en sí, odiaba a la gente que no se lavaba las axilas y ocupaba el transporte público, también odiaba a esas señoras velociraptors (así les decíamos Ares y yo), aquellas que pasaban por encima de ti y ocupaban los asientos con la excusa de que ellas son mayores.
Iba sentada al lado de mi hermano y un señor que roncaba, mis auriculares iban reproduciendo algún anuncio que aparecen en las aplicaciones de música, desventajas de ser pobre.
Bajé un poco más mi falda y con un resoplido me saqué un poco de pelo de la cara, me había crecido en el verano y ya no lo aguantaba. Faltaban unas pocas paradas para llegar al instituto cuando la vi, iba sentada frente a mí y se había subido la parada anterior, tenía el cabello largo, demasiado diría yo, con ondas castañas que parecían de alguna dama victoriana, las cuales caían sutilmente, se iba quedando dormida. No pude evitar reír bajito, al parecer no lo suficiente porque abrió sus ojos y me miró.
Me paralicé, sentí como mi rostro se sonrojaba, instintivamente bajé la mirada. Mi hermanome preguntó que qué me pasaba, negué con la cabeza.
No la volví a mirar en todo el camino.
los capítulos van a ser super cortitos y la mayoría van a ser super soft y todo muy gay *scream in gay* eso, lean y sean felices, chau
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té y café
Teen Fictionsolo otra historia de amor {necesitaba escribir algo soft y sin dramas}