¡¡ Gordon Benett !!
Absolutamente yo siempre pertenecí a este país... y por supuesto a Brewster. Un ómnibus rojo fue lo primero que tome al llegar y poder recorrer todo. El Bing Bang, conocida también como torre del reloj, torre de Isabel -por la Reina Isabel II- el nombre se le otorgo por el que comenzó su construcción o un boxeador famoso en la época en que lo levantaron, quien sabe, de los británicos se puede esperar cualquier cosa. El Palacio Westminster. El palacio de Buckingam. La Torre de Londres. Volví a pensar ahora en Ana Bolena. Me la imagine con sus vestidos gloriosos, luego la sangre que corría por aquellos diamantes, al ser ejecutada. En su época yo hubiera terminado de la misma manera.
La Abadía de Westminster. ¡Dios! Cuantos siglos se demoraron en terminar esa majestuosa obra de arte. Bueno en realidad cinco años, pero fue consagrada quince años después. No recuerdo el año de reconstrucción. También visite la Iglesia.
El segundo día fui al Museo Británico. Solo ocupe este día entero en el museo. Es gigantesco, estaba en el paraíso, lleno de cultura, historia, arte, arqueología. ¡Qué maravilla! Me perdí definitivamente cuando encontré la sala de lectura. H.G. Wells, Karl Marx y otros pocos conocidos por mí como Vladimir Lenin o George Bernard Shaws. El segundo lugar fuer fue cuando vi nombres de pintores conocidos como John Millais, John Constable y Joseph Turner, entre otros. Creo que definitivamente amare vivir en Londres y este será una de mis perdiciones.
El tercer día me perdí en el Museo de Victoria y Alberto. Es arte por todas partes, arte en las paredes, arte en el piso, en el techo, arte en cerámicas, en telas, ropa, cantantes, arte oriental, fotografías, podría seguir, pero no quiero aburrirles. Solo iría corriendo donde Mark Jones a felicitarle.
Al cuarto día no quise visitar mas museos, me sentía una ignorante de la historia británica, solo pensaba en pasar al menos dos semanas metida en la laptop para ponerme al día con todos los acontecimientos, e historia de cada edificio. Pero sé que si mi proyecto funciona, tendré años, para saber algo de cada edificio en Londres.
Decidí llamar a Bryce. Cerca de dos horas hablando mientras tomaba mi moka, le comente de todos los viajes, los lugares que visite, las palabras que aprendí, le enviaría fotografías al terminar la conversación.
- ¿Qué hiciste esa noche en España? -pregunto Bryce, cuando comente el aterrizaje forzoso.
Inconscientemente lleve la mano a los muslos, agache los ojos y recordé mis manos aferrándose a sus rodillas, su rostro sudado. Invente que había googleado unos cafés y recorre cerca de tres para ver cuál era mejor, luego que había ocupado el gimnasio del hotel. ¿Por qué no quiero que Bryce sepa del tipo de la disquera? Al rato de terminar hablar, Bryce me deseo mucha suerte en la búsqueda del apartamento, me recomendó ir al Harrods y que siguiera disfrutando. Me sentaba muy bien el aire ingles. Corte, dejando que esa última frase llenara aun más mis expectativas por mi nueva vida, ohne sex.
Al segundo de cortar, una docena de autos arribaron a la calle. De un ostentoso auto salieron tres sujetos, los paparazii corrian tomando fotografías. El sonido de los flashes, me recordó cuando Elliot quiso que lo acompañara a los Billboard Music Awards 2011 en Las Vegas. No recuerdo todos los artistas, pero si recuerdo bien que de fondo sonaba S&M de Rihanna con Britney Spears mientras Elliot me follaba, apoyada en el lavamanos de hombres, el me azotaba con el cinturón, y con mi vestido ato mis muñecas. Me reía mientras lo hacíamos, la canción venia perfecto con nuestras personalidades, el dolor era nuestro placer, látigos y cadenas nos excitaban. Cinco minutos luego de llegar a nuestras sillas Elliot volvía a levantarse para recibir un premio.
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I Can't Stop
RandomTuve la suerte de ser arrojada bruscamente a la realidad —Anne Frank Al comienzo, cuando todo terminó cada vez que leía está frase las lágrimas llegaban a mi, preguntándome ¿Por que yo? pero luego pensé ¿Por que no yo? Una chica de trece años, judí...