Navidad se acerca, por lo que Naruto y Sasuke, han preguntado a su primogénito Menma, qué quería de regalo.
El menor lo pensó minuciosamente, pues para ser sinceros, no había nada que él no tuviera. Tenía de todo, videojuegos, consolas, tablet, juguetes, juegos de mesas... Hasta tenía un perro robot. Al ser hijo único, tanto sus padres como sus abuelos e tíos, lo consentían mucho y le daban lo que él pidiera. Menma era un buen chico, sacaba buenas calificaciones, era bueno en deportes, se portaba bien, era ordenado. Era el orgullo de sus padres, y su bebé.
El menor se preguntaba que querría esa navidad, y pidió algo que venía deseando desde hace tiempo, así que consideró que ya era tiempo de pedirlo. Un hermanito, Anhelaba un hermanito. Ya tenía su regalo de navidad, tan sólo faltaba que sus padres se lo dieran.
Ya había amanecido, por la ventana del pequeño cuarto del azabache menor, entraba la fina luz del sol, al ser ya invierno, la nieve ya caía por la ciudad de Konoha, se podía observar las calles cubiertas por mantas de nieve, algunos niños ya habían echo sus muñecos, otros se encontraban jugando a hacer ángeles, jóvenes venían con sus patines para ir a la pista, adultos siendo despedidos por sus esposas para irse al trabajo.
Sasuke entró a su habitación para despertarlo, su hijo parecía un bello angelito durmiendo tan tranquilo y calmado, aún recordaba cuando su pequeño nació, fue un momento tan bello, que siempre lo llevaría tatuado en su memoria y corazón.
Sonrió al estar recordando aquello, y sin más, con cautela para no hacer ningún ruido, se acercó a su hijo rozando su nariz con la de él, a Menma le encantaba que su madre viniera a despertarlo por que siempre lo hacía de una manera dulce y lo mimaba, el pequeño reaccionó al tacto de su madre de inmediato y soltando una pequeña risita, abrió sus ojos, aquellos hermosos ojos azules como el cielo, que a Sasuke le encantaban, ya viendo a su hijo despabilarse, le revolvió el cabello y besó su mejilla.
-Buenos días, bebé. ¿Has dormido bien?-Fue al armario a sacar la ropa de su hijo, mientras éste se sentaba en su cama y tallaba sus ojitos.- Sí mami, he dormido bien, ¿cómo lo hiciste tú? Ayer escuché ruidos en la habitación tuya y de papá.
Las mejillas de Sasuke tomaron un leve carmín, el estúpido del dobe ayer se había excedido y a pesar de que intento contener su voz, fue en vano. Ya le daría un castigo a su esposo por calentón. Mientras, dejó en la cama del pequeño, un pantalón de mezclilla y una camisa manga larga azul.
-Lamento mucho que hayas escuchado ruidos nene, pero dormí bien, tal vez haya sido algún mapache queriendo entrar a casa y eso fue.- Su hijo asintió y se bajó de la cama al fin, miró su ropa y fue al baño, Sasuke se levantó y le miró.- Cuando termines de cambiarte baja a desayunar, ¿si? Te estaremos esperando.- Le dió otra sonrisa más, antes de abandonar la habitación e irse a la cocina a regañar a Naruto.
Cuando Menma bajó, ya cambiado y arregladito, saludó a su padre y se sentó en la mesa. Naruto estaba leyendo el periódico y mirando el trasero de Sasuke de vez en cuando, también intentaba meter mano al desayuno y se ganaba un golpe por parte de su esposo.
-Hey, campeón. Buenos días.- El rubio era un padre muy cariñoso, amaba a su hijo al igual que Sasuke, Menma nació cuando estos eran muy jóvenes, apenas estaban en preparatoria cuando se enteraron de la gestación de éste, cuando le contaron a sus familias obviamente no se lo tomaron bien, pero aún así, Sasuke había tomado la decisión de tenerlo aunque estuviera solo, sabía que Naruto nunca lo dejaría solo, menos en ese estado pero por si acaso, más valía prevenir. Sasuke al ser muy joven su matriz no estaba del todo madura, le dijeron que su embarazo sería de alto riesgo y que le afectaría a él en su salud. Eso no le importó a ninguno de los dos, y ambos trabajaron duro para tener a Menma con ellos, sus padres que les decían que era una carga muy pesada y era mejor darlo en adopción lo adoraban, amaban a su nieto y lo consentían mucho, Sasuke algunas veces tenía problemas debido a que tanto Kushina como Fugaku, querían llevarse a Menma los fines de semanas a distintos lugares, el azabache mayor tuvo que organizar una agenda para su suegra y padre, así acabando con sus infantiles peleas.
-Buenos días papá, sabes... Ya se acerca navidad.- Sacó tema de conversación mientras tomaba una tostada con mermelada, Sasuke le puso a su lado un batido de chocolate, y unos ricos waffles, para después sentarse con ellos y prestarle atención a su nene.
-Eso es cierto, hoy por la tarde iremos de compras. También por el árbol, ¿Te parece pequeño?- Ver a su hijo emocionado con la idea y asentir rápidamente le hizo reír y acercarse para limpiarle la boca al mancharse del batido. Naruto también se emocionó por lo que dió sus ideas, empezar la decoración navideña en familia, y en eso, aprovechó para preguntarle a su hijo que quería de regalo.
-Oye Menma, sólo para ir preparando tus regalos, ¿qué te gustaría pedir está vez?- Por fin, su padre había dicho la tan ansiada pregunta que él esperaba. Este año y los demás estaba con la idea de tener un hermano, pues a pesar de tener a sus padres y su demás familia, se sentía solo algunas veces, cuando sus padres se iban a cenar, o cosas así. Quería alguien que le hiciera compañía y estara con él ahí para jugar o hacer otras cosas. Rápidamente, sin perder tiempo contestó un tanto nervioso, pues no sabía si a sus padres les agradaría la idea.- Sobre eso... Quiero pedir algo diferente, pero a la vez quiero hablarlo con ustedes, pues no sé su opinión y le gustaría que me la dieran, no quiero ser muy egoísta...-
-Adelante cariño, dinos, sabes que tu papá y yo haremos nuestro esfuerzo por ello.- A Sasuke le picó la curiosidad, observó el repentino cambio de humor de su hijo, estaba preocupado y quería saber la razón, Naruto estaba igual.
-Bien, yo... Quiero un hermanito.- Simple y directo, se preocupó aún más, al ver a su rubio padre escupir el café y estarse ahogando con el waffle. Sasuke le levantó golpeando su espalda y así evitar que se muriera.
Una vez logrado que el rubio estuviera bien, volvieron a sentarse y mirar a su hijo, ambos estaban sorprendidos con aquél pedido.
-Cariño... ¿Estás seguro? Puedes pedir otra cosa, algún juguete o algo así...- Anteriormente dicho, el embarazo de Menma no había sido fácil, Sasuke no negaba la idea de tener otro hijo, pero la última vez que lo había intentado, abortó a las 11 semanas, fue un abortó espontáneo, sufrió mucho por aquello y desde entonces; él y el rubio habían decidido no intentarlo por el momento. Naruto miraba a su esposo, sabía lo difícil que era para él, más sin embargo tenían que darle una respuesta a su hijo.- Menma... Es algo complicado eso... Así que, te pediré un poco de tiempo, ¿si? Tu mamá y yo tenemos que pensarlo y decidir bien, el pedir un hermanito es algo hermoso de tu parte, pero también es algo difícil ya que no se logra de la noche a la mañana conseguir un bebé, ¿estás dispuesto a esperar? Lamento decirlo hijo pero... No prometo decirte que sí lo tendrás... Veremos qué hacer.
Menma se desanimó un poco, pero entendía a sus padres, por lo que asintió, terminó su desayuno y se retiró a cepillar sus dientes, iba salir a jugar con sus amigos, su madre le dió permiso y lo abrigo correctamente. La familia salió afuera para despedir al rubio, ya era hora de que se fuera a trabajar, Sasuke le despidió con un beso, muy avergonzado, Menma reía por aquello e igualmente lo despidió, cuando se fue, un grupo de niños lo esperaban fuera.
-Tus amigos te esperan hijo, ve con ellos, ten mucho cuidado.- Besó la frente de su hijo y miró como se reunía con los niños, saludó a sus vecinos y se metió a su casa a realizar sus deberes. Mientras estaba pensativo, ya que regresara Naruto iban a hablar mejor del tema de Menma, no quería desilusionar a su hijo, por lo que decidido, le iba dar un hermanito, tendría que esforzarse mucho, pero lo haría con gusto. Una sonrisa adornó sus labios y con eso quedó tranquilo.
ESTÁS LEYENDO
¡Quiero un hermanito!
FanfictionNavidad se acerca, por lo que Naruto y Sasuke, han preguntado a su primogénito Menma, qué quería de regalo. El menor lo pensó minuciosamente, pues para ser sinceros, no había nada que él no tuviera. Tenía de todo, videojuegos, consolas, tablet, jugu...