Dicen que los ojos oceánicos deben ser azules,
pero los tuyos tienen otro color y son más oceánicos,
que el mismo azul rey.
Pues tus ojos me conducen a tu alma,
más profundos de lo que puede conceder la calma.
Me conducen a mi misma,
a una paz que parece infinita.
Me transportan y tan solo con verlos ya no tengo prisa.
Cruzamos miradas y el amor en mi habita.
Sin contento por la vida, los miro y mi alma respira.