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Yoongi era un hada mala.

—¡Que no lo eres, Yoongi! ¡Ay, que insistencia! —Se ofuscó un rubio teñido aleteando como colibrí alrededor de un depresivo Yoongi sentado en una roca, el rubio se abanicaba con un pétalo de girasol que había cogido del jardín dorado.

—Jimin, cállate que no es contigo con quien quiero hablar —le advirtió Yoongi.

—¡Pero si no hablas con nadie! A mí me preocupa que te haya a pasar algún despiste con lo descuidado que eres se te olvida volar ¡y te mueres! O te quedas dormido, no, no, no, no quiero que caigas en ningún hueco.

—Que tonto eres —dijo Yoongi jalándolo del pelo para esconderlo en el agujero de un árbol.

—¿Qué haces? Mira que si te gusto no tienes que secuestrarme —Intentó zafarse del agarre de Yoongi que le dirigió una mirada odiosa.

—Cállate, mocoso, hay alguien en el bosque y si no dejas de gritar nos va a encontrar.

Jimin siguió forcejeando con Yoongi para asomarse a ver por el agujero. En el momento que sacó la cabeza una mano le intento atrapar de las piernas, pero Jimin podía volar rápido y logró escabullirse sin darse cuenta que la mano había atrapado a Yoongi de los pelos.

—Agh… cuando te ponga un dedo encima te mató. —Se revolvió Yoongi del agarre. Jimin gritó tan agudo que casi le daña los tímpanos.

Jimin se tapó los ojos con las manos para no ver como la mano zarandeaba a Yoongi.

—Anda —decía una voz grave—, que ya sé que vosotras las hadas podéis haceros grandes, hazte grande o te como de un bocado.

Jimin salió disparado para picarle los ojos al hombre, casi le captura también así que voló más lejos para buscar ayuda. Yoongi le miró con los ojos entrecerrados.

El tipo que lo tenía cambió el agarre y le jaló las alas tan brusco que Yoongi sintió un miedo que nunca había sentido.

—Que te arrancare las alas si no haces lo que te digo —Le amenazó. Yoongi volteo el rostro—. Mira que sois necias.

Yoongi sintió el desgarre de piel en su cabeza cuando el hombre le arrancó las alas, su cuerpo se agrandó al instante y cayó al suelo en un golpe seco.

—Ahora te toca buscar al mismo mago que a mí y deberás llevarme si quieres tus alas de vuelta —concluyó el hombre molesto.
Yoongi gruñó desde el suelo.

—De una te digo que no doy ni un pelo en tu ayuda.

—Ya diste las alas y vosotras os morís en un rato sin las alas así que más te vale apurarte. —Yoongi intentó levantarse con las manos, la humedad del suelo le hizo resbalar—. No tienes fuerza ni para ponerte en pie, déjalo, que te cargare.

—No se te ocurra levantarme que te mato… —dijo antes de sentir como el hombre se lo echaba al hombro.

—¿Y en qué condiciones estas para amenazarme?

Yoongi se mareó estando boca abajo cuando el hombre corrió tan rápido que en un segundo estaban frente a una tiendita de campamento. Al bajarlo sobre un tronco le vio con otros ojos.

—Eres un vampiro —mencionó encogiéndose.

El hombre asintió.

—Soy Kim Taehyung, necesito que me digas como llegar al mago del bosque.

—Yo que se —dijo Yoongi apartando la mirada.

—Si lo sabes, solo las hadas saben cómo llegar —le miró de frente arrodillado cerca de Yoongi—, por favor, yo no quería arrancar tus alas, pero no me ibas a ayudar.

134340 • TAEGIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora