Espero a Lía apoyado en el coche y sonrío cuando ella aparece. Observo su atuendo cómodo y se acerca a mí, colgando bien la pequeña mochila en su espalda. Se acerca a mí y rodeo su cuerpo con uno de mis brazos y beso su coronilla.
— ¿Preparada para ir a disparar?
— Por supuesto.
Sonrío y le abro la puerta para que entre, sabiendo que dije que no volvería a hacerlo. Cierro la puerta y rodeo el coche para montarme. Había esperado la noche anterior hasta que ella se durmiera y había estado nervioso porque sí, ese hombre podía denunciarme y no me convenía tener una denuncia. Había escuchado la voz de Lía mientras la esperaba en el portal y miré indeciso el coche hasta que me acerqué porque sí, era ella.
La sangre me había hervido y había intentado no perder los papeles delante de ella. Un día por Snapchat le dije que siempre la protegería de quien intentase hacerle daño, y ahí estaba dos años después.
Aunque quizás quien terminaría haciéndole daño sería yo.
— ¿Has dormido bien? —Le pregunto.
— Sí, gracias por quedarte ayer.
— No tienes que darlas. Me encanta como hablas en inglés, recuerdo cuando por Snapchat apenas te entendía.
— Bueno —se ríe—. He tenido que ponerme las pilas si quería sobrevivir.
Sonrío y me coloco las gafas de sol. Hoy hace un buen día y sé que lo pasaremos bien. Le enseñaré a disparar, tomaremos unas cuentas cervezas y comeremos algo. Quería que ella se despejara y también quería pasar tiempo con ella ya que hoy no trabajaba. Lía baja la ventana y saca su mano. El viento entra y hace que su pelo se mueva y su perfume me llegue.
La música suena y doy golpecitos en el volante al ritmo de la canción.
— Ojalá con un coche descapotable.
— ¿Te gustaría?
— Sí. Sentir el viento en mi cara mientras una canción apropiada para el momento suena en la radio.
Sonrío y niego con la cabeza.
— ¿Demasiadas películas? —Pregunta.
— Demasiadas películas, ángel. Pero podríamos alquilar un coche descapotable e ir a algún lado.
— Yo podría conducir —sugiere.
— No sé si me sentiría a salvo contigo en el volante.
— ¡Conduzco muy bien!
— Te creo, pero comprobarlo con un coche alquilado... —Lía me mira mal y me río— Es broma, es broma.
Lía se pone en posición y me pongo detrás de ella haciendo que se ría.
— No estás colocando las manos bien —le digo poniendo sus manos mejor—. Tienes que tener fuerza y aguantar el arma, ¿Vale?
— Vale.
— Apunta y dispara, ángel.
Tiene unas gafas de protección y muerde su labio con fuerza, apuntando. Dispara y veo que le ha dado al objetivo. Alzo mis cejas impresionado y ella sonríe abiertamente.
— ¡Le he dado! —Grita emocionada.
— ¡Lo has hecho! Me has dejado impresionado.
— Lo sé, soy impresionante.
— Continúa, venga.
Lía sigue disparando y acertando y me pongo a disparar con ella, haciendo una competición.
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Goodnight and go (Disponible en Dreame)
Novela JuvenilNunca lo entendí. No llegué a saber qué quería, cómo se sentía. Era un misterio. Ese chico alto y moreno de ojos azules y verdes, era un enigma. Su corazón lo era.