MUÑECOS ROTOS [+18]

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Zoe ya se había calmado un poco, pero hacía gestos de dolor al intentar tapar esa herida fea y sanguinolenta con maquillaje. Le resquemaba demasiado y tenía todos los alineados dientes de Dallas marcados. Se había pasado mucho, nunca pensó que pudiera hacerle daño físico de esa manera pero si había algo que le dolía realmente era que él pensara que le había faltado el respeto por no parar cuando la advirtió. ¿No comprendía lo difícil que era para ella resistirse y no poder tocarle? En ningún momento lo había hecho con mala intención, por supuesto que le respetaba pero con cada encuentro las ganas de tenerle dentro y sentirle aumentaban sin control.
Y ahora su deseo hacia él le había hecho perder dinero y probablemente tampoco la tomarían con seriedad si se corría la voz.  Zoe entró en el reservado dando por seguro que Nathaniel ya no se encontraría allí.

El chico estaba muy enfrascado comiéndose las tetas de una de las chicas de Dallas pero eso no le impidió girarse hacia ella y preguntarle si ya se encontraba mejor.
El lobo había dado la cara y le había ofrecido a una sustituta debido a que Dama se encontraba enferma. Por supuesto corría por su cuenta debido a las molestas.
La chica negó con la cabeza y se disculpó saliendo del reservado, ya no quedaba casi nadie en el local.
Fue a los vestuarios para cambiarse y entró cabizbaja, el lobo justo salía y chocaron con los hombros. No se disculpó ni se dignó a mirarla, Zoe sabía que nuevamente no la esperaría y por una parte se sintió aliviada pero por otra le hubiese gustado pedirle perdón de camino a casa. Aunque lo que él había hecho no tenía justificación a su entendimiento ella si que se sentía mal por haber jugado sucio.

Yoonhori la miraba apoyado en un tocador. Llevaba unos vaqueros y una camiseta sencilla de manga corta. No había ni rastro de su caracterización, parecía un chico normal con la costumbre extraña de rascarse a zarpazos.

— ¿Estás bien?

Taeh inclinó la cabeza sin perder sus habituales gestos. La chica estaba consiguiendo que se angustiara solo de verla, estaba pálida y tenía los ojos enrojecidos. Se abrazaba el cuerpo de manera protectora, parecía muy frágil.

— Si.

Vio como sonreía sin mirarle. Era tan mala mintiendo como él, estaba seguro de que Dallas le había hecho algo.

— ¿Quieres que te acerque a casa?

— Gracias pero cogeré un taxi.

— ¿Por qué? A mí no me importa— dijo Tae sonriendo.

— No quiero darte problemas.

— ¿Temes que Dallas se entere? No hay ninguna regla que impida que no te pueda llevar asique... ¿qué es lo peor que puede hacer? No creo que haya nada más cruel que acostarse con alguien por obligación y eso lo hacemos mucho, princesa.

Zoe sintió al fin que alguien la entendía. Taehyung también parecía tener sus propios motivos para hacer lo que hacía y no había duda de que no era por placer. Asintió con la cabeza y salieron juntos del local. El aire en la cara le sentó bien y también su compañía ya que no dejaba de hablar de cosas sin importancia.

— ¡Y entonces me dijo que le chupara un pie!— dijo el chico sin dar crédito levantando los ojos de la carretera para posarlos en ella.

— ¡A mí también! ¿Se lo chupaste?

— ¿Bromeas? Le dije que mejor me chupara él a mí el rabo. Seguro que está escupiendo pelos dos semanas —Zoe se rió al darse cuenta de que no había pensando en ese rabo— No me digas que te comiste su queso.

— ¿Qué? ¡No! Yo también me libré.

— ¿Cómo lo hiciste?— preguntó el castaño.

— Pues yéndome del cuarto y volviendo más tarde con un plan— Zoe enrojeció y evitó hablar del encuentro con el lobo— No le di tiempo a reaccionar solo le dije que me había masturbado pensando en él y le metí la mano entre mis piernas.