Tengo ganas de matarme

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Que linda se ve el agua del río hoy, pensaba Julieta mientras la observaba. Que linda se ve para ahogarse. La castaña se queda perpleja en su lugar por culpa de la idea que acababa de surgir en su mente. Ella nunca había tenido pensamientos suicidas, que de la nada aparezca su voz en su cabeza diciendo eso la dejó anonadada ¿De dónde había surgido aquel pensamiento tan raro? Vuelve su vista al río. Aunque la verdad se vería tan bien morir allí  ¡Basta! A su lado unos ojos negros la miraban intrigados.

"¿Entonces? ¿Qué pensás?" Le pregunta el pelirrojo que se hallaba sentado a su lado.

"¿Qué pienso de qué?" De repente, Julieta, sintió un extraño nerviosismo correr por su cuerpo ¿se habrá dado cuenta de lo que planeaba?

"Porque me parece importante tu opinión" El muchacho la mira "¿Me escuchaste por lo menos?" inquiere. 

"Lo siento, pero no, no te escuché" Responde sincera ya que lo considera la mejor opción.

"Está bien, no pasa nada ¿Qué es lo que te mantiene tan ocupada?" El muchacho le sonríe dándole a entender que en verdad no había problema alguno.  

"No. No es nada nada, unas cosas cosas del colegio" La sinceridad ya no era la mejor opción ahora. 

"Date un descanso. Un día por lo menos." La mira con burla en los ojos. "O aunque sea para prestarle atención a tu amigo cuando te habla" Bromea tratando de hacerla reír.

"En serio, lo siento mucho, Mateo" No había hecho contacto visual con él hasta que levanta sus ojos y lo mira fijamente para decir "Perdón"

"No, sinceramente me siento muy ofendido, no creo que pueda soportar un segundo más en tu presencia" Se levanta fingiendo irse, pero con una pequeña sonrisa en la cara haciendo ver que todo era solo una broma. 

Julieta ríe un poco. Voltea la vista de su amigo hacia la canasta a su izquierda. Es Sábado y habían ido de picnic. De repente se interesa en el contenido de la canasta y una manzana junto a un cuchillo saltan en su vista. Julieta se queda mirando el segundo fijamente. Es un cuchillo muy filoso como para usarlo solamente para cortar una manzana, pensaba mientras lo seguía observando. Tal vez sería mejor si lo utilizo para... ¡NO! ¿Qué le estaba pasando? ¿De dónde provenían aquellas ideas extrañas? Ella nunca tuvo depresión, ni alguna crisis emocionales, tampoco estaba pasando un mal momento. No encontraba motivo lógico por el cual esos pensamientos irrumpían en su cabeza. 

"Juli ¿Por qué mirás tanto el cuchillo? Pareces una psico killer ¿Tendría que correr? Exclama en broma Mateo

"¿Qué? ¡No! ¡Claro que no!" afirma alterada con pánico cubriendo sus ojos.

"Ya sé que no pensabas hacerme nada. Era solo un chiste" Su amigo la mira con extrañeza dándose cuenta que definitivamente pasaba algo extraño. Levanta la vista hacia sus ojos negros y los puede observar preocupación en sus ojos.

"Creo que el colegio te está alterando. Lo que necesitás es un abrazo"  Mateo camina hacia ella y se agacha frente a su espalda para luego rodearla con sus brazos. Julieta ríe y le da las gracias. Distraída de sus raros pensamiento baja la vista a las manos de su amigo. Una imagen fugaz pasa por su mente. Mateo la estaba estrangulando y ella lo disfrutaba.

"¡BASTA! ¡BASTA!" Se levanta bruscamente de donde se encuentra  y pone las manos en sobre cabeza como si con eso pudiera extraer esos pensamientos de ella. 

"¿Julieta? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Estás bien?" El pelirrojo la observaba asustado y a la vez preocupado. No entendía el comportamiento de su amiga. Nunca la había visto de esa manera.

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