Yui POV
Y, de nuevo, estaba en un avión.
Me senté sola al final de los asientos, dejando mi bolso a mi lado antes de sentarme a la ventana. Era de noche en Londres, más de laa tres de la madrugada, y el viento corría con fuerza en el aeropuerto. Los árboles se sacudían con violencia. ¿Así será el clima para siempre? ¿Lúgubre y penoso? ¿O es que, ante mis ojos, se ve así?
Vi que Raito estaba despierto en su asiento, sentado en flor de loto mientras veía por la ventana. La sangre de Adrianne le había permitido estar despierto todo el camino hasta el aeropuerto. Tenía los ojos opacos y llenos de niebla gris, ocultando el color verde que solía ser tan característico de él - había cambiado. Ya no era el mismo de antes, aunque quería creer que era porque seguía algo débil o aún no había pasado suficiente tiempo desde que despertó. Él suspiró y apartó la mirada, girando antes de apoyarse en el asiento.
- ¿Con ganas de volver a casa? - le pregunté, tratando de subirle el ánimo.
Me inspeccionó con la mirada.
- Con ganas de volver a mi antigua vida - susurró antes de darme la espalda y ver por la ventana.
No supe que decir, así que decidí no decir nada. Mi labio tembló mientras me levantaba de mi asiento, avanzando por el pasillo hasta encontrarme con Reiji. Metía cosas a las gabetas de sobre los asientos cuando se percató de mi presencia; soltó un suspiro antes de cerrar las gabetas y sonreír. Intenté devolverle el gesto pero no salió más que una mueca extraña de mis labios.
- ¿Falta mucho para irnos? - le pregunté mientras me deshacía de la mueca.
- Supongo que no. Falta que ella llegue y decida dónde sentarse, cual princesa mimada que es - su voz empezó neutra, pero terminó enojada y gruñona.
¿Porqué la odia tanto? Son hermanos, ¿no deberían...? ¿Pero qué idioteces pensaba? Si él no se había llevado bien con Shu siendo hermanos directos, ¿cómo se llevaría bien con la nueva integrante de la familia? Asentí torpemente antes de girarme sobre mi talón y caminar de vuelta hacia mi asiento, dejando a Reiji atrás. Sentía su mirada en mi espalda, igual que el día en que atacaron a Shu; penetrante, dura, pero desgraciadamente seductora.
Llegué a mi asiento y Akia llegó poco después. Usaba una chaqueta de cuero y jeans, un polo de color turquesa con tres cruces que leían "Grace", "Love" y "Mercy" en cada una. Dejó caer sus cosas en el asiento delante mío y se inclinó hacia el frente, enterrando su rostro entre sus manos pálidas.
Kuro venía en el avión también. Adrianne igual. La castaña usaba una falda blanca y medias negras, unas botas de invierno hasta la rodilla con detalles dorados y un suéter blanco y negro. Llevaba una bufanda cubriendo su cuello y el cabello suelto y cayendo sobre su espalda en pequeñas ondas - se sentó al lado de Akia, que sacó el rostro de sus manos antes de sonreirle. Kuro, por su parte, usaba un abrigo azul y una bufanda negra, sus lentes de sol clásico y guantes. Se sentó en una de las primeras filas.
Poco sabía en ese entonces sobre lo importante que serían ambos.
Reiji pareció a mi lado segundos antes de que el avión comenzara a moverse. Me sorprendí al verle llegar sin aviso, dando un salto en mi asiento. Él me inspeccionó con la mirada; sus ojos se veían agotados y tenía orejas, pero no al nivel de las de Kanato.
- Es extraño, ¿sabes? - me dijo, clavando sus ojos en el asiento de Akia -. Tener a alguien que jamás habías visto en tu vida entera tan cerca a ti, que nunca habías escuchado hablar y que, de un momento a otro, tiene que estar a tu lado siempre.
- Acabas de describir perfectamente cómo pensaba yo cuando llegué a su mansión - murmuré, y despegamos -. Dale una oportunidad. Es tu hermana.
- Es mi hermanastra - gruñó entre dientes -, no tengo hermanas. Sólo un hermano.
- Pues tu hermanastra - hice un par de comillas en el aire -, no te ha hecho nada malo.
- Ya basta, Yui. No estoy de humor para discutir sobre la nueva.
Me giré y lo fulminé con la mirada. Él también se veía enojado, hasta indignado, pero no tanto como lo estaba yo. No tengo hermanos ni hermanas, y él al tener ambos no sabía apreciarlo. Malagradecido, pensé mientras apartaba la mirada de él.
- Pues vete, entonces.
Le oí gruñir una maldición, y al girar de nuevo no estaba.
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Akia POV
Eran las once de la mañana cuando aterrizamos en Japón. Jamás había estado ahí y poco sabía de su cultura, lugares famosos y ese tipo de cosas. Aún así, no me importaba mucho.
Adrianne estaba profundamente dormida a mi lado, suspirando entre sueños mientras se removía un poco. Sentí pena por ella. Padre la ha querido... Dios, ¿y si ya lo había hecho antes? Un escalofrío recorrió mi espalda y aparté la mirada de la castaña. El capitán nos dio la típica bienvenida a Japón, y mis hermanos fueron despertando uno a uno, junto con Adrianne y Kuro; apenas el avión se detuvo cada uno tomó sus cosas y bajaron, excepto un pelirrojo de ojos verdes y sombrero. Era quien no fue al baile - no había podido hablar con él y no sabía su nombre.
Sus ojos estaban opacos y se tambaleaba un poco al caminar, llevando una mochila al hombro. ¿Le habrá pasado algo? me pregunté mientras bajábamos del avión sin decir nada.
El ojilila, Kanato, se cruzó conmigo mientras salíamos del aeropuerto. Llevaba al osito marrón con el parche en su brazo derecho, y con el izquierdo arrastraba una maleta negra por el suelo blanco del aeropuerto repleto de gente.
- No creo que te guste mucho nuestra mansión - comentó mientras avanzábamos -, es muy pequeña a comparación de la tuya.
- No me molesta, creo. - solté un suspiro -. Oye, gracias.
Ladeó la cabeza, confundido y sus ojos en blanco. Sonreí un poco, intentando no darle a notar que no había dormido en todo el vuelo, y devolví mi vista al frente.
- Eres el primero de ustedes que se digna a hablarme - susurré, tan bajo que solo él pudo haber escuchado.
No respondió.
Estaba muy atónito viendo, a los lejos, una columna de humo negro que se levantaba sobre el aire. Negra y de color azabache, se mezclaba con el horrible clima de Japón mientras se elevaba. Kanato tenía los ojos bien abiertos.
- ¡Shu! - gritó, corriendo hacia el rubio.
No entendía nada, pero todos se quedaron viendo la columna con ojos asombrados y llenos de terror, contando a la rubia. Kuro, Adrianne y yo no entendíamos nada.
- No puede ser - oí decir al chico del sombrero -. Esa no es, ¿verdad?
Silencio.
- Sí es - Ayato retrocedió unos pasos.
- ¡Esto no puede estar pasando! - rugió el pelinegro.
- ¡Pero está pasando! - le respondió el peliblanco, Subaru.
- ¡La mansión...! - sollozó la rubia.
¡Oh, demonios!
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Creo que es más que obvio qué está pasando :'( Holi :3 Pos el festival de ayer fue alucinante, y aunque no encontré nada de DL, conseguí cosas de Pokémon, The Walking Dead, Sailor Moon y me hicieron un retrato chibi *^* Pero volviendo al fic... LA PRIMERA PELEA ENTRE YUI Y REIJI, GENTE. Ya era hora, ¿no creen? :'v Pues ya saben, voten, comenten, y hasta el siguiente cap ♥
-TheGirlNextDoor (La que ya no tiene cien soles, pero sí comics y felicidad~)
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Pesadillas e Ilusiones [Secuela de Soñando con un Final Feliz]
Fiksi Penggemar"Tal vez no te vea, te sienta o te recuerde, pero siempre te seguiré amando." Apenas despertó, puede ver cosas que nadie puede. ¿Es eso bueno o malo? Raito no está seguro, y con la llegada de un miembro más de la familia, ¿qué puede hacer? Yui tampo...