ocho; estoy just aquí, carmen

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Carmen examinó el revólver negro, el mismo que utilizó para matar al Dr. Hughes. Sintió un fuerte nudo en el estómago. No quería recordar el día en que mató al terapeuta.

―No, Luke. No los voy a matar ―dijo.

Puso la pistola en la mesita de noche. Sacó la botella de píldoras de su cajón y devoró las pastillas que tenía que tomar con agua.

Se sentía extraño cuando se tragó las píldoras. No había estado tomando las pastillas, pero sentía como si debiera comenzar a tomarlas.

¿Qué quiere decir 'no'? ―oyó decir a Luke, después de unos seis minutos de espera para que él respondiera. Cuando levantó la vista él no estaba allí.

Luego apareció justo en frente de ella y luego desapareció.

No sabía lo que estaba pasando. Eso por lo general nunca sucedía.

―¿Luke? ―llamó, mirando alrededor de la habitación. No había ni rastro de él. Carmen empezó a entrar en pánico.

Luego apareció justo en frente de ella. Estaba sentado en la cama, jugueteando con sus pulgares. Un hábito que él y Carmen tenían.

Eran prácticamente gemelos. Eran tan parecidos que de verdad daba miedo.

Carmen, solo hazlo. Simplemente mata a tus padres, se va a sentir bien―entonces, Luke desapareció.

Las palabras se repetían en su mente, mientras Luke seguía desapareciendo y reapareciendo.

Se sintió como si fuera a perderlo.

Se abrazó a sus piernas y colocó la cabeza en sus rodillas. Oyó las palabras que Luke murmuraba a su alrededor, pero cuando levantó la vista él no estaba allí.

Ella comenzó a gritar, sin saber qué hacer. Sus gritos eran una especie de grito sordo pero eran lo suficientemente claros para que sus padres adoptivos la pudieran oír.

Seguía gritando mientras se cerraba los oídos con sus dedos.

Sus padres adoptivos entraron, mirando a Carmen, que estaba temblando y gritando. Siguió estremeciéndose y sonaba como si estuviera llorando.

―¿Qué está mal conmigo? ―susurró, pero sus padres adoptivos no la oyeron. Sentía como si se fuera a desmayar.

La voz de Luke estaba a su alrededor, pero él no estaba allí.

―¡Luke! ―gritó y sus padres adoptivos corrieron hacia ella, haciéndola sentarse recta.

―¿Qué pasa? ¿Estás bien? ―le preguntó su mamá adoptiva, con su voz quebrándose. No le gustaba ver a Carmen llorando.

―No lo sé ―dijo, mirando alrededor de la habitación.

Su madre adoptiva le preguntó que si ella había estado tomando su medicación y Carmen le dijo que sí.

Los padres estaban confundidos. No sabían qué hacer ni qué decir. La situación fue traumática.

―¿Dónde está Luke? ―preguntó Carmen. Los padres se miraron, sin saber qué decir. Ambos sabían que Luke no era real.

No querían decirle a Carmen. Se sentiría devastada.

Después de todo, le resultaba difícil diferenciar entre lo que era real y lo que no, así que si ellos le decían que Luke no era real se sentiría abrumada.

―¿Dónde está? ―preguntó de nuevo y ellos no tenían idea de qué decir en absoluto.

Estoy aquí, Carmen.

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schizophrenia ☹ l.h. (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora