Simple Y Complicado.

Ana y Daren.

Miro por la ventana mientras juego con mis dedos, estoy nerviosa y él lo sabe, pues lo veo reírse cada que me mira, Señor odiosín se está riendo conmigo, o de mí, whatever. Me dedico a mirar el auto, veo una fotografía que cuelga del retrovisor, para darme cuenta que es la misma foto familiar que vi en su instagram. Cansada de este silencio me animo a buscarle conversación.

—¿Es tu familia? —Pregunto aun mirando la fotografía.

—Aja. —Responde sin mirarme.

—¿A donde vamos? —Pregunto nerviosa.

—Definitivamente no a tu casa. —Dice mientras entra por una carretera que desconozco totalmente, me tenso plasmando imágenes en mi mente de un Daren psicópata que intenta enterrarme viva en algún sitio lejano. Decido no hablar y solo esperar que al final del camino no decida matarme.

Después de diez minutos de recorrido, detiene el vehículo, entrecierro mis ojos debido a la luz del sol, y lo que veo me sorprende bastante, es prácticamente un panorama de la ciudad, me bajo del auto para admirar más de cerca, no me acerco mucho pues me doy cuenta que estamos en lo que parece, la parte más alta de la ciudad, pero la vista es hermosa, puedo ver todo desde aquí.

Si esto no es el fin del mundo, es el comienzo.

—Es mejor de noche, por eso de las luces de la ciudad. —Dice Daren parándose a mi lado.

—¿Cómo descubriste este lugar? —Pregunto sin dejar de mirar el paisaje.

—Es terreno familiar, así que...

—Entiendo. —Dije mirando el suelo. Siento que es el momento de hablar con él, con respecto a Heather así que inhalo profundo para hablar, pero Daren me toma la palabra.

—Con respecto a la pregunta que me hiciste. —Levanto mi vista para mirarlo, sin tener idea de lo que habla.

—Si, he dejado de querer de un día para otro, pero supongo que varios factores intervienen en ese hecho. —Me asombra saber que él aún recuerda eso. Asiento en respuesta. Aprovecho el momento.

—Q-quería decirte que... —Los nervios me traicionan al hablar. Él solo se limita a mirarme. Me siento en el pasto, Daren repite mi acción. Lo poco que queda del sol nos ilumina.

—No tengo ninguna intención de arruinar tu relación con Heather y... —Lo miro y su cara es un completo signo de interrogación. —Yo no quiero meterme en su...

—¿Ella te dijo algo? —Me interrumpe cabreado.

—NO! —Respondo al instante levantando mis manos en forma de defensa. —Solo he visto que están distanciados y ella m-me mira mal... o tal ve es mi imaginación, pero se que es tu novia...

—Ya no es mi novia. —dice resignado. —Terminamos hace un tiempo pero... ella solo es mi amiga ahora.

—Entiendo—Susurro. ¿Está mal sentirme feliz por lo que acaba de decir? —Estuve sintiéndome culpable todo este tiempo para nada. —digo sonriendo —Ella solo está...

—Celosa. —Termina él.

Yo iba a decir dolida.

—¿Celosa? —Pregunto sorprendida. —¿Celosa de que? —Daren sonríe. Se está burlando de mí.

—De ti— Concluye.

—¿Por qué estaría celosa de m...— No termino la frase ya que un sonido de un celular nos interrumpe, Daren atiende inmediatamente alejándose de mi lado, disfrutando que evidentemente lo tenía muy cerca. Lo veo desde lejos poner su cara muy serio. Me levanto y sacudo mi falda escolar del pasto, me acerco a su vehículo esperando que termine de hablar mientras veo como el sol se termina de ocultar. Y sin poder evitarlo me dedico a observarlo mientras camina de un lado para otro, ¿como es posible que un uniforme le quede tan bien a una persona? Sonrío sin poder disimularlo, porque definitivamente si.

Me gusta Daren.

Llegamos a mi hogar, y no se por qué pero no quiero ni bajarme, sigo sonriendo como estúpida.

—Okay me estás asustando. —Dice Daren bromeando.

—Si, yo también me estoy asustando. —Susurro más para mi que para mi compañero. Trato de buscarle conversación. —Si sigues trayéndome a casa te convertirás en mi chófer personal. —Intento bromear. Al parecer resultó, es muy raro verlo reír, pero esta vez lo hizo para mí.

—Adiós. —Me despido saliendo del auto. Lo veo hacer nuevamente la seña del marinero, mientras veo como se aleja. Me quedo ahí parada, como una estúpida.

Una estúpida feliz.

Y que no sabe exactamente por qué.

***

Tanteo las hojas del libro mientras Elena se sienta a mi lado con un libro en la mano. La biblioteca se ha convertido en un lugar fijo para Elena y para mi.

—¿Y qué? ¿Se besaron?—Susurra Elena a mi lado.

—Claro que no! —Digo un poco sobresaltada para luego recibir un reproche de la bibliotecaria—.Solo charlamos, así nomas.—No puedo evitar sonreír al recordar.

—Ya con eso te emocionas? —dice Elena formando una mueca. —Que simple eres. —Dicho esto se mete una golosina a la boca procurando no ser pillada por la bibliotecaria que nos mira de vez en cuando.

—Que tal si vienes a mi casa hoy en la noche, vamos a celebrar tu soltería.

—No sé donde vives. ¿Que quieres decir con eso? —Digo bromeando.

—Te envío la dirección después.

—SHHH! —Dice la vieja bibliotecaria por quinta vez y nos echamos a reír disimuladamente mientras me disculpo.

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