Dos amigas en una plaza

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-¿De qué te querés morir?- pregunta repentinamente una joven a su amiga.

-¿Eh?

-Que de qué querés morirte.- insiste la primera con tono de exasperación.

La segunda la mira extrañada, están sentadas en el banco de una plaza, tan improvisada fue la salida que hasta se olvidaron del mate, de espaldas a ellas, unos cuantos autos recorren la avenida, un bondi deja bajar a unas cuantas personas. Frente a ellas, un grupo de nenes juegan a la pelota, mientras un hombre que tranquilamente podría estar vistiendo un pijama, se cruza paseando a su perro.

-¿Qué es esa pregunta?- cuestiona la segunda, dándose cuenta de su error inmediatamente: "No se contesta una pregunta con otra pregunta" era la respuesta evidente.

Pero la primera la sorprendió una vez más:- Es una pregunta, ¿La vas a contestar o no?- la impaciencia era cada vez más evidente en su tono.

La segunda duda.- No se... ¿De cáncer?

Cara de asco de la primera:- ¡¿De cáncer?! ¡¿Vos estás loca o qué?! ¿Querés pasar meses sufriendo en una cama de hospital mientras todos los que te quieren te miran sin poder hacer nada?

-A ver, decime de qué te queres morir vos, si la tenes tan clara.- esta vez la exasperación estaba presente en la voz de la segunda.

-Es obvio, de alegría.- el tono sabelotodo de la primera enervó a la segunda.

-¿De alegría? ¡De alegría! Esa no vale, la gente no se muere de alegría.

-¡Sí que vale! Yo te pregunte de qué te querías morir, no cómo te querías morir.

La segunda abrió la boca para responder, pero después la cerró: la primera tenía razón.

A un nene se le escapa la pelota, las dos hacen un amague taciturno de alcanzarla, sin éxito, un chico que caminaba por ahí con auriculares puestos y una mochila en la espalda se la devuelve en la mano.

-Bueno, entonces me quiero morir de amor.- concluye la segunda, después de ese breve instante en donde no se escuchó más que los reproches de los otros nenes y el ruido de los autos.

-¿De amor?- la cara de asco estaba de vuelta, si la segunda no fuera tan paciente, la primera ya habría recibido más de un golpe.- Pero vos vas de mal en peor, ¿Quién se quiere morir de amor?

-Yo quiero.- se defendió la segunda con aire ofendido.- ¿Qué tenes en contra del amor?- cada vez que la conversación se acaloraba, ambas subían de tono, esta vez perturbando a una señora que pasaba por ahí con una cartera marrón colgando del brazo izquierdo y una bolsa de una zapatería en la mano derecha.

-Y, que de amor es una de las peores formas de morirse, mirá a Romeo y Julieta, ¿Te parece que terminaron bien?

-Terminaron igual que vamos a terminar todos: muertos. La única diferencia es que ellos son mucho más conocidos de lo que cualquiera de nosotros vamos a ser.

-¿Entonces es por la fama?- insistió la primera.

La segunda rueda los ojos, un grupo de palomas sale volando tras ser molestadas por una niña y un niño de alrededor de cinco años.- Obvio que no es por la fama, vos entendiste a qué me refiero. Además, si todos vamos a morirnos, ¿Por qué no morirnos con una historia que todos se van a acordar? Si al fin y al cabo, cuando te morís, te morís, y lo único que queda de vos es lo que se acuerdan los demás.

-Qué poco trascendental que sos.- suspira la primera.- Con esas esperanzas me dan ganas de morirme, pero de un tiro.

La segunda la mira perdiendo la paciencia, se escucha un bocinazo y unas cuantas puteadas.-"Poco trascendental"- bufa.-¿ Y a ver vos, que tan trascendental sos?- la desafía con tono irónico.

La primera piensa, siguen pasando los autos, una paloma se para enfrente del banco, las chicas la espantan.

-Y, yo creo que algo hay. No sé, un cielo o algo así.

-¿Cómo los cristianos?- duda la segunda.

-No sé si como los cristianos, viste que la religión nunca fue mucho lo mío, la verdad que nunca la entendí, pero sí pienso que hay algo.

La segunda niega con la cabeza, los nenes se alarman cuando pegan un pelotazo a un farol.- Me gustaría pensar como vos, pero no puedo, creo que la vida es esto y nada más.

La primera se encoge de hombros.- Qué sé yo, a lo mejor es un flash mío, aunque es bastante poco esperanzador lo tuyo.

Dos perros se pelean en la esquina mientras sus dueños tratan de separarlos, la amigas miran con parsimonia, distrayéndose del tema en cuestión.


Cuentos de mate y bizcochitosWhere stories live. Discover now