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Estaba cansado, harto. Su pareja ya apenas aparecía por casa por las noches. Su relación ya no era lo que fue, ahora siempre que hablaban - algo que ocurría escasas veces - siempre lo hacía de mala gana, sin haberle reprochado Jeongin nada.

Sabía que su novio tenía un amante, y eso más que molestarle, le dolía, pues pensaba que había hecho algo mal y que no era suficiente para él. Sin embargo, nunca le sacaba aquel tema. Tampoco sabía por qué su pareja seguía con él si había encontrado a alguien mejor.

Y una noche, agotado, decidió hacer lo mismo que su novio, para ver cómo se sentía serle infiel a su pareja. Se vistió con su mejor ropa para salir de fiesta y fue a una discoteca que no quedaba muy lejos de su casa. Estaba a unas dos manzanas de ella.

Entró en el lugar, sintiendo el calor que desprendía y el olor a alcohol, perfumes y sudor mezclados. Fue hacia la barra, sin saber qué pedir. Casi nunca tomaba alcohol y tampoco conocía muchas marcas, así que pidió la misma bebida que tenía un chico que se encontraba sentado a su lado. Este lo miró y esbozó una sonrisa de lado.

- ¿Podrás beber eso? - Preguntó burlón. Jeongin lo miró confuso, pues no esperaba que le hablasen.

- Sí, supongo. - Le sirvieron la mitad de un vaso y el chico articuló un gracias.

- No pareces estar acostumbrado a beber.

- Y es verdad. - Cogió el vaso y dejó que el líquido cayera por su garganta hasta vaciarlo. Frunció la nariz y cerró con fuerza los ojos, sintiendo ardor. El chico rió ante la expresión de Jeongin.

- Qué reacción más linda - comentó sin pensar, sintiéndose avergonzado después. El menor lo miró y sonrió mostrando sus hoyuelos.

-  Gracias - respondió, sintiendo sus mejillas arder.

La verdad era que aquel chico era bastante atractivo.

- Soy Hyunjin, ¿y tú?

- Jeongin.

- Encantado de conocerte - esbozó una de sus mejores sonrisas y el menor lo imitó. Segundos después, volvió a hablar -. ¿Estás solo?

- Sí.

- Yo también... Si quieres podemos hacernos compañía lo que queda de noche. - El menor asintió con una sonrisa que hacía que el corazón del mayor se detuviera.

Y tras esto, después de haberle contado su desastrosa y casi inexistente relación amorosa con su pareja debido a que el mayor le preguntaba la razón por la que estaba allí constantemente, estuvieron hablando de cosas triviales, hasta que Hyunjin quiso ir a bailar y a pesar de que a Jeongin no le agradaba la idea, fue convencido por él. Salieron a la pista de baile e Hyunjin comenzó a moverse al ritmo de la música. Lo hacía realmente bien.

- Bailas muy bien - le dijo admirando sus movimientos.

- Me he especializado en el baile.

- Vaya... Yo ni siquiera sé bailar - soltó una carcajada por su respuesta.

- Si quieres, te puedo enseñar algún día... - Se ofreció el mayor, mirando hacia otro lado mientras hablaba. - Lo que implicaría que me dieras tu número... - Jeongin sonrió avergonzado.

- Está bien. - Hyunjin hizo un gesto que indicaba que había logrado su objetivo.

- Venga, bailemos y luego me lo das.

Al principio Jeongin bailó torpemente, con movimientos suaves. Pero luego se animó gracias al mayor y terminó haciendo movimientos más exagerados. Hyunjin cada vez más se acercaba a él, hasta que quedaron en frente de cada uno, con tal cercanía que sus respiraciones se mezclaban. Jeongin en ese momento no pensó en nada, incluso se acercó aún más. Y entonces, Hyunjin juntó sus labios con los del menor, quien sin esperárselo, se quedó estático.

"피곤한" ««Tired»» [HyunIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora