panic room;; renmin

único;; panic room

Renjun contuvo el aliento.

Pudo ver la sonrisa socarrona de Donghyuck mirandolo desde la otra punta del cuarto, ignorando la charla que le estaba dando un universitario con el que cogería más tarde y burlándose completa y totalmente de él.

Pero eso no era lo peor, no. Porque había una sonrisa muchísimo peor en esa habitación llena de adolescentes hormonados y música al tope.

A ver, Renjun no era la clase de persona que iba a lugares así. Normalmente sus sábados en la noche consistían en ver videos de aliens de baja calidad (y credibilidad) en youtube. A veces se levantaba para comer, a veces. Pero cuando su mejor amigo entró a su cuarto con una patada y gritándole que si no iba a aquella fiesta nunca más le prestaría sus peluches de moomin de cuando tenía cinco años, no tuvo otra opción. En ese momento realmente no sabía por qué Donghyuck haría algo así, pensaba que era para tener a alguien con quien volver luego de que todos los chicos lo rechazaran brutalmente. Pero en ese momento, con el calor del ambiente y la escazes de luz, Renjun había entendido la razón, y juró dentro de si que nunca más iba a dejar que moomin lo convenciera de nada.

Quizá estaba exagerando demasiado, pero el ver a Na Jaemin mirandolo como si él fuera el centro del mundo lo estaba poniendo incluso más nervioso de lo normal, y el chico era bueno para ponerlo de esa manera, si que lo era.

Renjun nunca se había puesto a pensar si le gustaba alguien. Tenía dieciocho años, una sexualidad más o menos definida y notas estables. Lo máximo que se acercaba al amor era cuando Donghyuck se ponía a llorar porque Mark nunca le hizo caso y era él quien tenía que apoyarlo. Por eso no entendía lo que le pasaba cada vez que Jaemin, de la clase 3-b,y uno de los chicos más lindos de su año, se acercaba. En realidad sí sabía. Le sudaban las manos, los pies, temblaba y su respiración se volvía pesada. La conclusión más lógica a la que había llegado (sin contar la que dice que el menor es un alien que vino a abducirlo) era que entraba en total pánico. Pero algo dentro de sí le decía que ese momento era diferente, porque le estaba sonriendo, a él, y se alegró de que estuviera lo suficiente oscuro y la gente se moviese tanto como para que no notara lo sonrojado que estaba.

Mientras Jaemin se acercaba cada vez más a él y Renjun se quedaba parado en el mismo lugar, mirándolo como idiota, repensó todas las cosas que sabía del menor, lo cual era tonto, pero por alguna razón lo ayudaba cuando se sentía mal, o raro. Sabía que su color de pelo natural era el negro, que era adicto al café e intolerante a la lactosa, que era muy cariñoso con quien quisiera y que le gustaban tanto los muñecos como le gustaban a él. Sabía todo eso porque no era la primera vez que notaban la presencia del otro y hablaban. Simplemente hablaban. Esos pensamientos le hicieron ponerse incluso más nervioso.

Y sabía, perfectamente, que si Na Jaemin venía con esa estúpida sonrisa hacia ti, debías entrar en pánico.

Renjun era tonto, muy tonto. Un idiota que nunca iba a aceptar su papel como idiota. Pero aunque no podía pensar bien se dio cuenta de que eso era un beso, su primer beso, por Jaemin. Por el chico que le gustaba. No era como esos que Donghyuck se daba con cualquier ebrio que encontrara, era dulce, tierno, incluso olía a café.

Jaemin y su sonrisa deslumbraban, simplemente brillaban.

"Me gustas, en serio, tonto" salió de sus labios y volvieron a besarse. Sus piernas se volvieron gelatina y su estómago dió vueltas.

Jaemin le besó la mejilla y Renjun se lo devolvió.

ㅡ ¿Estás bien? ㅡdice el menor con su estúpida sonrisa, hay demasiado ruido pero lo escucha perfectamenteㅡ Parece que estás a punto de desmayarte.

Renjun no le contesta, y lo besa una vez más.