Capítulo 2: En mi corazón

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Ella tenía toda la razón, tenía que ir por mis metas que las trazé desde pequeño. Pero el dolor de dejarla ir me partía el corazón, sintiéndolo em ese pensamiento; vacío, sin señal de vida, sin ningún aire de ella que me vuelva a unir junto a ella. Así viviría?, No, pero tuve que aguantar esa idea para poder complacerla.

—Mira cariño que hermoso ¿no? —preguntó

Lo cierto es que fuimos de compras, a pedido suyo ya que según ella necesito de tantos cuidados para que este bien. Estaba echado en el sillón de la tienda, con unos lentes de sol para que no viera que estaba dormido, pero aun así lo notó.

—James! ¿Me estas escuchando? —en efecto, gritó

—Lo siento cielo, es que estaba un poco desconcentrado. —me defendí

—Si es por el dinero, ya sabes que yo puedo pagártelo -,dijo con un énfasis

Lo había olvidado, ella tiene unos padres de tipo "clase alta", su padre es el dueño de una empresa grande de construcciones, tiene el cabello castaño, con algunos cabellos blancos, unos ojos Hazel que apenas los ves y sientes que te persiguen. Su madre es un poco mas agraciada que su esposo, tiene una cabellera larga pelirroja, unos cálidos ojos de color verde y una sonrisa tan hermosa como la de su hija. Finalmente su hermano, quien había heredado el cabello pelirrojo de su mamá y los ojos Hazel de su padre, con unas pecas en los costados de su nariz y unos pómulos sonrosados. La Familia D'Bian es una de las familias mas influyentes en la región, eso me hacia sentir como un pequeño gusano dentro de una familia de mariposas gigantes, ellos eran diferentes a mi familia, no eran tan divertidos, tenían estrictas reglas, casi no sonríen a excepción de Lorein, la madre.

—Si, pero sabes que mi beca me cubre todos los gastos. —respondí

—Igual, yo solo hago por tu bien y... —contestó minuciosamente. Lo hago para que no me olvides.

—Yo nunca, pero nunca te voy a olvidar, eres lo mas importante que tengo, como crees que te olvidaré. —toqué su mejilla y la acaricié

—¿Lo juras? —puso los ojitos tan adorables que nadie se negaría

—No te lo juro, te lo prometo.

Mis brazos rodearon su diminuta cintura, enredé mis dedos en su hermoso cabello castaño, puse mi nariz en la suya y seguidamente la besé tan dulcemente que la misma miel es.

*****

Eran las 2:35 y llegamos a mi casa, rápidamente fui hasta mi cuarto, dejándola a ella en la sala. Saqué mis maletas, empaque toda la ropa que pude incluso la ropa que ella me compró, finalmente agarre el recuadro donde aparecía ella y yo. Nos lo habíamos tomado cuando ella y mi familia fuimos de camping al bosque, fue un día muy divertido, Luna estaba entretenida jugando con Perlu, la cachorrito de Katie, Marcus casi se quema la camisa por creerse "valiente" quemando también los malvaviscos que habíamos traído.
Una lágrima salió de mis ojos, aterrizando en el vidrio del retrato, al rato sonó la puerta.

—Adelante

—¿Éstas bien? —sonó preocupada-

—Si —limpié mis lágrimas con mis manos. No te preocupes, estoy bien.

—Se que es difícil, también para mi, pero yo solo quiero tu felicidad y se que parte de ella la encontrarás en New York.

—Pero la tengo aquí, está al frente mío -la tomé de los brazos- tu y mi familia son mi felicidad, no estando con ustedes, toda esa felicidad se esfumará. —defendí

—No lo hagas mas difícil, se que me amas, amas tu familia, pero si te quedas, destruyendo tus sueños solo por un capricho, destruirás nuestro futuro, imagina los dos con nuestros hijos, tu graduado de aquella universidad, trabajando con grandes exponentes de la moda, del arte, de la música. Y yo trabajando en una importante agencia de turismo. ¿Lo ves? Seria increíble ¿verdad?

—Si, es increíble —la solté

En eso ella tenía razón, yo quiero darle un gran futuro conmigo, así le demostraría a sus padres, lo gran hombre que soy y así ella y yo seríamos felices.

—Bueno, ¿estas listo? —preguntó, limpiándose algunas lágrimas de sus ojos.

-Si -expiré- ya estoy listo

Bajamos de las escaleras rumbo a la puerta, todos fueron a despedirme, Marcus, Luna, mi madre y Katie.

En el aeropuerto...

Pasamos rápidamente hacia la puerta del aeropuerto, mientras esperábamos saqué una pequeña hoja de papel donde escribí unas cuantas palabras para todos.

—Iré por un capuchino —se levantó mamá

—No, mamá espera —la detuve

—Que pasa hijo.

—Estuve escribiendo esto justo cuando preparaba todo para irme —Saqué el pequeño papel y lo di a mamá. Quisiera que lo lean todos juntos.

Luna, Katie y Marcus se aproximaron junto a ella para leerla. De unos cuantos minutos Marcus se acerco a mi.

—No pensé que nos estimarías tanto hermano —me dio una palmada en la espalda- Se que te quité a tu exnovia y destruí ocasionalmente un peluche tuyo, por eso te perdono.

—¿Espera que? —lo aparté. Ya, olvídalo.

—Hermanito, lo siento por los problemas que te puse, sabes que soy algo hiperactiva. —dijo Luna

—No te preocupes, lo se muy bien -agarré sus bracitos y los puse en mis hombros, abrazándola

—Hijo, creo que esta es la despedida. —dijo mi madre con lágrimas en los ojos

Eran las 3:17 y mi vuelo estaba apunto de partir, primero fui donde mamá, la abrazé controlando las lágrimas que caían sobre sus mejillas. Seguidamente me separé de ella y fui donde mis hermanos, estar lejos de sus travesuras será difícil, sin que Luna me reclame por las bromas que le hize.

—¿Vendrás en Navidad? —preguntó Luna

—Hija —interrumpió mamá. Tu hermano no se está tomándose unas vacaciones si no un duro trabajo y estudio, no hay que interrumpirlo.

—Lamentablemente no podré estar, yo les prometo que los llamaré vía Skype para que no olviden este hermoso rostro —alargué mi cuello y luego reí.

—Si como no -rió. Oye bro, si haces una amiguita por ahí, me pasas su número, ¿oks? —sugirió Marcus.

—No te pases —lo golpeé suavemente en su hombro

Ahora era turno de Katie, sentí como mi corazón palpitaba de la angustia, serían como 3 años sin verla, 3 malditos años sin sus besos, caricias, abrazos y sus dulces palabras.

—Katie, yo... -me interrumpió la voz de la señorita de los avisos-

-A los pasajeros del avión B rumbo a la ciudad de New York porfavor pasar al pasadizo 5 para el vuelo asignado —comunicó

-No te preocupes —sobó mi cabello. Siempre mantendremos comunicación todos los días si quieres, ¿Esta bien? —preguntó ella


—Si, siempre comunicados, siempre unidos, siempre en mi corazón.

BillieDean🎬

Viviendo en lo Prohibido [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora