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Su corazón había dejado de latir.

Sentía una sensación extraña, tranquilidad, calma.

Y temor.

Siempre lo había tenido y ahora se manifestaba más que nunca. La doncella le tenia demasiado miedo a ese destino inalterable al que ahora estaba a un paso de alcanzar. Ese final, el cual era desconocido, le infundía más terror que cualquier cosa. Pero esa sensación...Esa sensación de paz tan embriagadora...

–Tu nombre es Roselha, no?–

Escucho una voz, no podía identificar su procedencia y no parecía ni de hombre ni de mujer, tampoco de niño, aunque quizás habría sido la más acertada de las tres opciones. Hablaba con pesar y tristeza, como si soportara una carga y...con piedad, o más bien dicho lastima, lo cual era extraño.

Roselha Intento decir algo, responderle pero era incapaz, las palabras no salían de su boca y aunque lo hicieran no lograría decir algo comprensible. Así que observo con sus azulados ojos su alrededor aterrorizada. Sus facciones eran dulces y delicadas y su rostro seguía viéndose hermoso a pesar de su expresión, que mostraba pánico y serenidad al mismo tiempo. Su piel era pálida y ahora más que nunca, como la de un muerto.

–No quiero verte en la tierra de los muertos. Usala.–

A pesar de la aparente frialdad del ser. Algo lo cautivó. No era un ser que pudiera permitirse compasión pero no pudo llevarse a Roselha consigo. Quizás se enamoró de ella, puede debido a su belleza o puede que simplemente quiso experimentar y fingir amor. Tomo las manos de la doncella y le dio un regalo. Dejó a la Chica sola en el bosque agarrando una flor con sus manos, la doncella de la que procedía su nombre, aunque no parecía ni viva ni muerta. Y el corazón de la muchacha había dejado de latir aunque podía seguir respirando.


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✥†ஓ R o s e l h a ஓ† ✥Where stories live. Discover now