Pasaron cinco días y por fin llegó el mes de Agosto. Katheryn y Thorsten seguían disfrutando de Hawái.
Después de haber nadado hasta quedar como pasas, decidieron repetirlo los siguientes días.
Ninguno de los dos quería irse y decidieron quedarse tres días más.
Thorsten sonreía a cada segundo y Katheryn perdía el aliento al verlo. Era como si él se hubiese transformado.
Un día antes de partir, ambos estaban sentados a la orilla del mar observando a las personas nadar y comían mariscos deliciosos.
-¿Por qué los mejores días suelen pasar rápido?—Katheryn extendió sus brazos y crujieron sus articulaciones.
-De seguro es porque se disfrutan mucho cuando estás con las personas adecuadas—respondió él con los ojos fijos en su té helado.
Los dos tenían el bañador puesto y parecían ser modelos listos para posar a una revista llena de glamur.
Incluso una mujer muy guapa con una cámara profesional colgando de su cuello se acercó a ellos preguntándoles si podía sacarles una foto. Katheryn vio a Thorsten asentir con una sonrisa y posaron para la foto, que seguramente la mujer recortaría para quedarse solo con él.
-Es para un collage que tengo en mi estudio—dijo la mujer al irse—deberían pensar en el modelaje, mis niños.
Comiéndose el último camarón, Thorsten miró a Katheryn con ternura.
-Pensándolo bien, creo que le tomaré la palabra a esa mujer—dijo.
-¿Piensas meterte a modelar?—se sorprendió.
-No, tontuela—aclaró—voy a comprarme una cámara como la que tenía y te voy a sacar miles de fotografías.
-Ni se te ocurra—lo amenazó con un tenedor.
-No sabrás en qué momento te sacaré una foto—se burló.
-Vaya. Serás oficialmente un acosador—rodó los ojos con diversión—entonces conseguiré dinero para comprarme una también y te sacaré fotos incluso cuando estés en el baño haciendo tus necesidades.
-¿Incluso duchándome?—elevó una ceja con picardía.
-Incluso duchándote—sentenció sonrojada.
-Entonces también te sacaré fotos duchándote.
-¡No!
-Estaremos a mano.
Se ruborizó el doble cuando él fingió tener una cámara en las manos e hizo el sonido del “clic”
-Podría vender a un buen precio una foto tuya en paños menores—bromeó.
-A mi me darían un millón de dólares con una sola foto de tu trasero—se partió de la risa y él se unió segundos después.
Regresaron al hotel para darse una ducha y ver un rato la televisión. Por muy absurda que le pareciera la idea, Katheryn estuvo muy alerta cuando se duchó. Sabía que Thorsten no tenía una cámara a la mano pero podría conseguirla. Así que cuando salió del baño, lo echó enseguida para vestirse.
-Me daré una ducha—le avisó él—y suelo hacerlo rápido. Así que no tardes en vestirte o no querrás que te mire.
-Fuera.
Cuando lo vio desaparecer por la puerta del baño, se apresuró a ponerse su ropa interior, luego unos pans suaves y cómodos y una blusa de tirantes muy fresca.
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Raíces.
FantasyKatheryn Levis está más confundida que nunca. Al haber aceptado irse a vivir bajo el mismo techo del sensual y amenazante Thorsten Staggs, el mismísimo dios del trueno, ella comienza a sentir un extraño sentimiento hacia él. Y cuando pensó que el p...