En Busca De Un Valhalla En La Tierra *Escribiendo*

Capítulo 1

En mi hogar siempre fue mencionado el Valhalla, un lugar en el que el Dios Odin te estaría esperando en una gran mesa llena de comida, en una sala donde las hermosas valquirias estarían a tu espera para llenarte de halagos y cariños... Claro, eso suena a un maravilloso sueño ¿cual es el secreto?, debes morir como un guerrero, debes morir defendiendo tu pueblo. No es algo muy fácil de hacer, si me lo preguntas. En este lugar las guerras son constantes y si no tienes la fuerza, agilidad y puntería con el arco o, en el mejor de los casos, poderes, no puedes hacer nada y perderías el privilegio de ir al Valhalla, o sea... El cielo.
Aún después de saber eso, no es como que me interese demasiado, no me molestaría pasarmela en mi casa haciendo nada, lo que en realidad me molesta es que a pesar de las guerras mis padres aún insisten en mandarme a la escuela, escuela en la que no encajo para nada. Todos en ese lugar son musculosos y musculosas, algunos son increíbles con el arco y flecha, otros con la magia ni se diga... En fin, no voy a nada a ese lugar.
Los días pasan, nuevas batallas son llevadas a acabo y yo, simplemente estoy esperando a que sea escogido para la guerra y morir sin hacer algo, no me molestaría ir al Folkvangr es lo mismo que el Valhalla, pero sin tanto lujo.
En fin... Esas son algunas cosas principales que deben saber de este lugar, por cierto, mi nombre es Allard Waser y estoy listo para ir a la escuela.

-Hey, hola Allard.-saludó mi gran amigo, con el que me conozco desde hace mucho tiempo, prácticamente desde que somos bebés.

-Hola, Brishen, ¿Que tal va todo?.

-Ya sabes, estudios y esas cosas... Tareas y practicas para algún dia ser un buen guerrero.

Brishen se especializaba en el combate cuerpo a cuerpo, no es el típico chico músculos que tiene el ego tan grande como sus músculos, de hecho... Ni siquiera es tan grande, me atrevería a decir que somos prácticamente iguales.

-Supongo que de verdad tienes ganas de algún día ayudar en una batalla, ¿no?.

-¡Por supuesto que sí! -Me dijo notoriamente animado.-

-Sinceramente no entiendo las ganas que tienes de morir, como si no tuvieras una vida plena y agradable. -Dije un poco molesto por como deseaba derrochar si vida-

-Allard, no son ganas de morir. Son ganas de detener estas guerras de... ¡Hacer un gran cambio!. -Se notaba un brillo en sus ojos, de verdad quería hacer algo por este pueblo, pero... Solo sería alguien más entre tantos muertos.-

-Brishen, ¿sabes cuantos han dicho eso y han regresado muertos en los carruajes?, el cuerpo de algunos ni siquiera regresa.-Me enfadaba escuchar como muchos deseaban morir de esa forma.-

-Tu no lo entiendes, Allard...-Me dijo entre un largo suspiro.-

Intente responderle, pero corrió a clases en cuanto escucho las campanadas. Le seguí el paso y dejé que las cosas fueran como cualquier otro día.
Me encontraba más distraído de lo normal, estaba pensando en todo lo que Brishen me había dicho... Ciertamente tenía razón en lo último que dijo, no entendía porqué tenía esas ganas de hacer eso, aún conociendo las historias y lo que solía pasarle a los guerros, más a los de su clase... A los guerreros de cuerpo a cuerpo.
Sin darme cuenta entre tantos pensamientos, la hora de los entrenamientos había llegado, las peores clases que podían existir sin duda alguna. Si quieres detener las guerras, ¿para que entrenas a más guerreros?.

-¡Allard!, ¡Allard, pase a la arena!.-me gritaba la entrenadora para que fuera el siguiente en la batalla.-

Fui empujado al frente por todos los demás para que me apurara en ofrecer una batalla, desde luego... Ellos ya sabían que no era el mejor, sin embargo sabía defenderme mas o menos.
Sin más, empecé a ponerme las protecciones necesaria que constaban de un escudo, un traje muy lastimado y una espada. Entonces empezó la batalla con uno de los más dotados para eso, Trea Ferragud, conocida por acabar hasta con el más fornido de la escuela, por suerte era mi amiga.