El vampiro de la perdición.

3 Él.

A las 06:00 de la mañana sonó mi alarma, pero   no me sentía bien, -no puedo  asistir a clases en ese estado pensé- ,  creo que  hoy no iré, además voy adelantada en mis materias, ya que amo lo que estudio, que por cierto es  literatura, me apasiona leer. 

Me levanté de la cama, me dirigí  al baño como todos los días, seguí mi rutina, lavar mi rostro y vestirme  con ropa deportiva para salir a trotar y despejar mi mente, bajé a desayunar, luego de unos  20 minutos ya me encontraba afuera de mi casa con mis audífonos lista para  comenzar.

iba de lo más tranquila trotando para poder despejar mi mente y olvidar  lo ocurrido el día de ayer. Es un día radiante, los rayos del sol sobre mi piel y la suave brisa que me refresca el rostro, al cabo de un tiempo, diría  que unos treinta minutos, detuve mí trote para descansar, fuí a sentarme a una pequeña banca junto a un gran sauce  con vista  hacia una pileta donde habían unos pequeños jugando. comencé a pensar en lo que a sido mi vida este último tiempo y la verdad es que la he pasado fatal ya que estoy sola en Londres, de pronto sentí lágrimas caer por mis ojos las cuales sequé rápidamente con las yemas de mis dedos, pero a quién engaño, me puse a llorar en silencio, ya que me sentía observada y no quería dar un espectáculo del cual la gente se pondría a cuchichear, nada agradable.

cerré mis ojos un minuto y respiré el fresco viento que golpeaba mi pelo, y en ese instante sentí una presencia frente a mí, comencé a sentir ese delicioso aroma de esta mañana, abrí mis ojos, había un hombre frente a mi, se me paró el corazón por un momento pero conserve la calma, él se veía de unos veintitrés años al juzgar por su rostro,  me comencé a urgir ya que me miraba fijamente, mi rostro comenzó a arder,  ninguno de los dos articuló ni una sola palabra, su mirada es muy intensa de un color gris muy muy claro, hacía que me perdiera en ellos de lo extravagantes y hermosos que eran, pero no me iba a dejar intimidar, así comenzó una guerra de miradas, unas miradas penetrantes e inquietantes; de pronto escucho su voz preguntándome...

—¿Por qué lloras por él?—me dijo—. quedé en shock por su pregunta. 

No alcance a contestar, ya que comenzó a sonar mí teléfono, en  pantalla salía el nombre de mi ex, Alex;  mierda  olvide bloquearle las llamadas, pero cuando miré  aquel hombre de ojos grises, para responderle  su pregunta, él ya no estaba, ni siquiera se como se pudo ir tan rápido, un poco confundida por todo esto, me levanté de la banca y me fui rápido a mi casa  no quería quedarme allí, todo fue muy extraño.

llegue a casa, fui a mi habitación para dejar  tomar una ducha pero sobre la  cama había una rosa roja muy muy hermosa, no tengo ni la menor idea de cómo llegó esto aquí, si deje con llave antes de salir, estoy segura,   primero el hombre misterioso y ahora esto, estoy confundida.