ＣＯＬＤ ＤＡＹＳ

Cinco.

DÍA FRÍO.

Nieve. Eso fue lo primero que divisó Hwang al abrir sus ojos y mirar hacia la ventana por la cual entraba una suave corriente de aire. Incluso podía jurar ver su aliento.

Y eso que se encontraba dentro de su casa, no quería imaginarse cómo se encontraba el clima fuera de esta. Sin embargo, el ambiente le pareció una excusa perfecta para pasar tiempo junto a su querido novio.

Se levantó con cierta holgazanería y camino encorvado hacia el área de baño para cepillar sus dientes y lavar su cara. Cuando ya se encontraba listo y había cambiado su pijama por una ropa más casual. Solo le faltaba tomar un abrigo, sus guantes y su gorro.

En esos instantes, el sobre que había encontrado en su puerta el día anterior vino a su mente.

Se acercó a la mesita de noche y abriendo una gaveta que está tenía, saco el frágil sobre. Rompió la envoltura y dentro de él, se encontraba doblado por la mitad un pedazo de hoja de papel.

— ¿Qué?— HyunJin frunció su ceño. ¿Quien habría dejado aquello?

Desdobló el papel.

Para mi querido novio HyunJin.

Probablemente estés leyendo esto y ya sea muy tarde.

Lo siento, de verdad no sabes cuánto lo siento, no podía verte porque de lo contrario no querría irme, no podía siquiera mirarte a los ojos y decirte "adiós".

Hay muchas cosas de las cuales huí y tú estás entre ellas, lo más seguro es que en estos momentos me odies y a decir verdad, no te culpo. Nunca lo haré. El único que ha cometido el error aquí he sido yo.

Mis padres... No me lo dijeron.
Si ellos me hubieran dicho mucho más antes el día que nos tendríamos que mudar, tal vez habría tenido el valor para despedirme de ti.

Lo siento, lo digo una vez más.
No estoy seguro si regresaré o si algún día nos volveremos a encontrar, no estoy seguro si veré tu rostro una vez más o si mi castigo será perder tu luz.

Y si soy sincero, eso sería lo que más me dolería, no volver a verte. Porque me recordaría todo el tiempo, cada día, cada hora, cada segundo que pasará, lo cobarde que fui.

Recordaría que te lastime con mi partida, que te deje solo cuando comenzaba a algo maravilloso entre ambos.

Se feliz HyunJin, vive tu vida y olvídate de mí.

Tú novio, Han Jisung–

El papel comenzó a humedecer se, las lágrimas de HyunJin salían cada vez en mayor cantidad.

No, su Jisung no. El nunca le haría algo así.

Sin importar que su piel estuviera expuesta a el frío, corrió hacia la casa del menor sintiendo como su cuerpo perdía cada vez movilidad a medida que avanzaba.

La nieve golpeaba su cara, sus brazos que estaban al descubierto y también se introducía dentro de sus zapatos. Le era difícil correr debido a lo resbaloso que se encontraba tanto la calle como la acera.

Cayó golpeando su cabeza y haciendo que un hilo de sangre brotará de esta. Su labio también resultó afectado y sus manos con leves raspones. Sus pantalones se habían rasgado de las rodillas y las lágrimas que aún salían y corrían por sus mejillas parecían congelarse en cualquier momento con el hielo.

Sin embargo, HyunJin no se detuvo.

Se levantó haciendo un gran esfuerzo y volvió a correr esforzando su cuerpo al máximo. A medida que el tiempo pasaba su vista se volvía cada vez más y más borrosa.

Después de varios minutos que parecieron años, divisó la casa de su novio, corrió hasta ella lo más rápido que sus piernas le permitieron y como un loco desesperado, se dispuso a tocar fuertemente.

— ¡Jisung! ¡Sé que estás ahí! ¡Abre la puerta!— gritaba, rogaba entre lágrimas.

No podía ser que lo había abandonado de esa forma, el mayor conocía a Jisung perfectamente y sabía que no era ese tipo de persona.

El no pudo...

... haberme hecho esto.

Con su corazón rompiéndose cada vez más en millones de pedazos que eran imposibles de volver a unir, se dejó caer al lado de la puerta donde anteriormente Jisung vivía. Apoyo su cabeza en esta.

Se había ido.

Y él no pudo hacer nada para detenerlo.

No pudo siquiera abrazarlo o besarlo por última vez, no pudo decirle cuánto lo amaba y todos los planes que tenía para su futuro, no pudo decirle nada.

Sintió el frío hasta en sus huesos, una pequeña sonrisa débil se formó en su cara, si seguía ahí lo más seguro es que moriría congelado. Pero no tenía fuerzas para levantarse, de hecho las había perdido al forzar su cuerpo para ir a encontrarse con una casa vacía.

Tampoco odiaba a Jisung, odiar era un sentimiento negativo y Hwang no podía sentir nada como eso sí se trataba de él. Del chico que amaba.

Mucho menos iba a olvidarlo, simplemente no podía hacerlo y no quería hacerlo.

— Jisung—. Sus labios estaban tan pálidos como el color de su piel, sentía sus huesos congelarse y sus latidos disminuir el ritmo que normalmente tenían.

Sus ojos estaban cerrando se, lo último que alcanzo a ver fue a cierto chico pelirrojo que se posó frente suyo. En esos instantes, perdió el conocimiento.