Carta 20

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Ugh:

Llegué a la escuela, no estabas. Otra vez te desapareciste. Lo usual, en verdad no se como todavía te sigo esperando. Debería acercarme y decírtelo en la cara, pero no quiero que las putas esas barran en piso con mi dignidad.

La única vez que te vi hoy fue en el salon de musica...haz vuelto a tocar. Pero ya no es lo mismo, la ilusión se fue...ya no está. Lo que me dio fue tristeza, me sentí molesta, frustrada. Así que me levante y me fui a casa. Donde estoy ahora mismo escribiendo estas cartas. Básicamente "Un diario de locos" como yo escribiendo mis sentimientos a la verga.
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*Deja de escribir y va a la cocina*

Luis: Estas bien? Te noto rara...
Angela: ...Si estoy bien
Bryan: Mentira
Alberto: Anda SUELTA la sopa
Angela: De verdad, no es nada

*Los tres hermanos la miran con miradas amenazadoras*

Angela: BASTAAAA!
Alberto: Ven conmigo...
Angela: A donde me vas a llevar?
Alberto: Ven y lo sabras *sonríe retadoramente*

  +Alberto toma las llaves de su auto de la mesa larga del comedor y se dirige hacia la puerta de entrada. Angela toma su bolso negro, su telefono y lo sigue. Ambos ya en el auto y dirigiéndose a un rumbo desconocido estaban en un silencio calmado. No había nada incómodo entre ellos. Eso hizo que Ángela estuviera en sus pensamientos por mucho tiempo y la hizo llorar. Alberto sin decir nada sólo le sobo el hombro.

Alberto: Ya llegamos...

Ambos bajaron del auto y entraron a este lugar que parecía de juegos. Ambos entran y Alberto paga por algo el cual Ángela no pudo escuchar y no quería escuchar nada. Sólo quería estar en su cuarto sola, llorando y escribiendo en sus tontas cartas las cosas que sentía.

Angela: Me quiero ir
Alberto: Pero si ni siquiera sabes lo que vamos a hacer!
Angela: No quiero saberlo
Alberto: Vamos! Dame una oportunidad
Angela: BIEN

Alberto sonríe, la toma de la mano y la lleva a esta sala llena de artefactos que ya no sirven, algunos rotos otros esperando a ser rotos.

Angela: Ya lo vi, ya nos vamos
Alberto: Sabes, cuando rompí con ya sabes quién...yo andaba algo depresivo, y parecía un zombi en la vida. Luego de eso estuve mucho tiempo fuera de casa y regresaba como si nada hubiera pasado y ya estaba mejor. Cada día tenía una mejor cara, y me sentía mejor. Yo sabía que en tu cara tu te preguntabas, como y porque y cuando. Y este mismo lugar es donde se contestan esas preguntas.

Alberto señala unas gafas protectoras, un bate y un martillo algo...grande. Angela y Alberto se colocan las gafas mientras...

Alberto: Lo único que me hace más feliz es destruir. Y mayormente me destruía a mi mismo. Hasta que encontré esto...

Alberto toma una silla con una pata floja y le mete fuertemente con el bate. Y cada vez la rompía más. Luego le dio a una pila de platos que les faltaban piezas y tazas rotas e inservibles. Angela encantada con el sonido que hacían los platos tomo el martillo y le pegó al cristal de un televisor antiguo. Y luego le empezó a dar por todas partes hasta dejarlo completamente destruido. Y con una sonrisa en la cara mira a Alberto y se ríe.

Así estuvieron por una media hora y salieron exhaustos. Alberto guió de vuelta a la casa y en el camino Ángela quedó total y profundamente dormida. Al llegar el la despierta para que se pueda dar un baño y se valla a dormir. Angela luego de estar lista para ir a dormir, se acercó a la ventana de su cuarto y miro hacia el mar.

Esperando que algo se le ocurriera para terminar su carta. Y luego apareció el. Caminando descalzo por la arena, solo, pensativo. Y lo único que se le ocurría a Ángela era bajar y hacerle compañía, pero ella nunca se atrevería a hacer una cosa asi. Esta despegó la mirada de su ventana y miro al papel en sus manos y empezó a llorar...
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Quisiera eliminarte de mi mente y corazón, pero se que eso será imposible. Al menos tengo televisores antiguos y un gran martillo para desahogarme si no logro escribirte...

Vete al infierno Daniel

~~Angela

Que fuerte ;-; bai!
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~~Osiris se despide

Las Cartas Que Nunca RecibisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora