Capítulo 4

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Era el curandero de la manada quien saludo a Nicolás con un apretón de mano firme.

— Nicolás ¿Quién es el herido?

— Ella

El doctor me observo de arriba abajo y miro a Nicolás con el ceño fruncido

— Es una Red...¿La secuestro? Eso es totalmente considerado un acto de guerra alfa.

— No la secuestre, Moon me dio a cuidar de ella, no queda nadie de donde viene.

— Oh...

— Tiene unos rasguños en los brazos, hombros y abdomen

— Sí, gracias Nicolás yo me encargaré de sus heridas.

Y Nicolás sale y quedo sola

(...)

Nicolás

Estoy nervioso y preocupado, pues no tengo ni idea lo que me dirá el doctor, uniendo los puntos seguramente se los hizo cuando venía para acá. O tal vez fue...¿Hale?

Salí y espere unos minutos pero me llamaron

— Nicolás

— ¿Sí?

— Observa.

Tenía unos rasguños, parecían profundos, cuando llego eso no estaba así, se veían mejor, debería estar sanando

— Corrijame si estoy mal, pero no deberia haber sanado ya.

— Es una niña aún no puede curarse del todo pero, lo que más me perturba es— señala el antebrazo de Adrienne y hay una clara mordida

— ¿Vampiro? — pregunto asustado

— Canibalismo tal vez

— ¿Cómo?

— Hale

— ¿Su padre? ¿Porqué Hale le haría eso a su hija? Digo es...¡Una locura! Nadie esta lo suficientemente desquiciado como para hacerle eso y menos a un cachorro.

— Tal vez supervivencia

— ¿Supervivencia? ¡¿En qué jodida situación morder a tu cachorro es supervivencia?!

— En una que solo los presentes pueden entender Nicolás.— recoge sus cosas y sale por la puerta

— ¿A dónde carajo cree que va? ¡No puede dejarla así! ¡Tiene que volver carajo!

— Alfa yo no puedo hacer nada, ella tiene que empezar a curar sus heridas

— ¿Cuánto se supone que tardara esa mierda?

— Días, semanas tal vez...

— ¿Tal vez? ¡¿Tal vez?! ¡No me joda! ¡¿Cómo que semanas?!— cuando quiero seguirlo me detienen Jósuf y Amét.— ¿Y si no sana nunca? — Pregunto y me siento impotente e inútil por primera vez en décadas.

— Si no sana puedes tener una orgia con toda las mujeres de la manada — me sueltan mientras Amét dice lo más estúpido que pudo decir y Jósuf lo sabe por lo que le da un puño en la quijada haciendo que caiga al suelo— ¿Muy pronto? — grita mientras Jósuf y yo entramos.

Vemos a la pequeña parada debajo del marco de la puerta bloqueando la entrada

— No sé porque te importa tanto mi bienestar cuando a mi me importa menos que Amét y sus pulgas — dice y es todo.

Volteo y voy directo al árbol de gran tallo y empiezo a golpear por la ira que siento, no soy para ella, ella no es mía y nunca lo será, nunca me amara como yo a ella, nunca

Amét me sostiene y tengo los nudillos hecho sangre, las heridas duelen menos lo que significa que empiezan a sanar.

— No puedes dejar que esa mocosa acabe contigo Nicolás, tienes una manada que cuidar. — dice Amét en mi oído

— Pero yo la amo...— digo sollozando como un cachorro recién nacido

— Pues creo que llegó la hora

— ¿Hora de que?

— De odiarla y aceptar que nunca te amará.

¿Odiarla? ¿Cómo odiarla si es mi mate?


























MI MATE ES UNA NIÑA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora