Siempre amigos

prologo

XXXX: ¿QUE QUIERES que haga qué? - sorprendida Anahí puente cayó sorprendida de golpe en el sofá y el teléfono se le escurrió de las manos

XXXX: ¿Anahí? – se oyó una voz masculina al otro lado del hilo -. Anahí, ¿sigues ahí? - debía haber entendido mal, pensó ella, agachándose para recuperar el auricular.

Anahí: sigo aquí

XXXX: ¿Qué pasa?

Anahí: ¿Qué?, ¿qué pasa? Que estoy sorprendida, eso es lo que pasa. Me has pedido que... me has pedido – empezó a decir, apartándose un mechón de pelo rubio de la cara -, lo has dicho de broma, ¿no?

XXXX: no he hablado más enserio en toda mi vida.

Anahí abrió la boca, pero ningún sonido salió de ella. Le faltaba la voz. Carraspeando, volvió a intentarlo

Anahí: a ver si lo entiendo, ¿me estas pidiendo que me case contigo?

XXXX: ¿Qué? ¡Por supuesto que no! – replico el hombre, riendo -. Eres mi mejor amiga. Lo has sido desde hace veinticuatro años. ¡yo no quiero casarme contigo!

Anahí: pero has dicho...

XXX: no he dicho nada de casarnos – la interrumpió él -. Venga, Anahí. Tú ya sabes lo que pienso del matrimonio

Lo sabía. A Alfonso lo del matrimonio no le hacía ninguna gracia. Había hablado sobre el asunto muchas veces, como habían hablado de sus sueños y sus esperanzas. Entonces, ¿Por qué sugería...?

Anahí: Alfonso, ¿has bebido?

Alfonso: son las siete de la mañana, cielo – replico él. Anahí miro su reloj, bostezando. Las siete de la mañana, efectivamente. Solo Alfonso llamaría a esas horas.

Anahí: pues si no es bajo la influencia del alcohol, no sé por qué me pides que me case contigo.

Alfonso: no te estoy pidiendo que te cases conmigo – replicó él impaciente -. Despiértate, anda. No he dicho nada de casarnos, he dicho "prometernos"

Anahí: ¡es los mismo! – exclamó Anahí, estirando el diminuto camisón que apenas cubría sus piernas-. Alfonso Herrera, tú eres el último hombre en la tierra con quien yo querría casarme. No eres mi tipo

Alfonso: ¿Cómo que no soy tu tipo? ¡se supone que soy tu mejor amigo!

Anahí: eres mi mejor amigo. Pero eso no significa que quiera casarme contigo. No aparentar que estamos prometidos.

Alfon.so: venga Anahí ¿Por qué no?

Anahí: Alfonso la gente no "aparenta" estar prometida. O lo está o no.

Alfonso: lo hacíamos cuando éramos pequeño...

Anahí: ¿Qué jugar a los médicos? – rio ella -. Yo tenía cuatro años y tu seis, si no recuerdo mal. Y hemos crecido un poco desde entonces - Pero no demasiado. Su vida amorosa, al contrario que la de Alfonso, era inexistente.

Aunque no le importaba. Tenía buenos amigos y, sobre todo, tenia salud. Después de lo que había pasado unos meses antes, empezaba a apreciar lo que era realmente importante en la vida. El amor, o más bien la falta de él, era el último de sus problemas.

Alfonso: no entiendo porque te sorprende tanto – insistió Alfonso -. No sería tan difícil.

Anahí: imposible. No funcionaria

Alfonso: dame una buena razón

Anahí: para empezar, tu vives en Cornwall y yo, en Londres. No creo que así se pueda mantener un romance