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Aquel parecía un día normal, tenía todas las expectativas de serlo. Ese día tenía algunos planes para desarrollar y, según ella, ser mejor. Ese día llegó un texto suyo pero al ella leerlo, en lugar de sentir esas lindas mariposas en la boca de su estómago, solo sintió un vacío y una mala sensación.

"Necesitamos hablar"

Ese texto no tenía nada bueno ni normal. Él solia ser más cariñoso y expresivo, él decía cosas como: "Buenos días linda" y no un "Necesitamos hablar" tan directo y, ciertamente, frío.

Probablemente tenía alguna sospecha de lo que podía significar y se negaba rotundamente a ello, siempre lo hacía.

Eligió un traje y sin darse cuenta se había arreglado de más solo para él. Porque solo se sentía de esa forma con él, solo de él creía cuando le decía que era importante. El maquillaje tocó por primera vez en su rostro. Algo de color a sus mejillas y un poco de máscara para que se noten sus pestañas. El decía que tenía unos lindos ojos, así que debía lucirlos muy bien.

Estuvo parada frente al espejo alrededor de una hora luchando con su rebelde cabello hasta que finalmente logró atar decentemente este.

Perfume con un dulce olor lo haría retractarse de lo que sea que quiera significar ese "Necesitamos hablar".

Por primera vez le agrado su imagen en el angosto espejo cuerpo completo al costado de su cama.
Se veía más femenina de lo que nunca antes se había visto. Decirselo a si misma era un gran halago pero debía admitir que estaba bonita.

Esperaba con ansias que esa fuera la impresión del chico también.
Porque si había algo que ella deseaba con todas sus fuerzas era permanecer a su lado sin importar qué.

Salió de casa con una amplia sonrisa, orgullosa de si misma. La invadía esa sensación de seguridad que escasas veces había tenido, extrañamente estaba segura de lo que sentía y de lo que haría, por lo tanto todo le parecía bueno y positivo.

Desde lejos logró divisar su figura y como era de costumbre, una sensación de felicidad y esas típicas mariposas estomacales la volvieron todo un manojo de sentimientos.

Daba las espaldas y tenía sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón. El viento mecia suavemente su cabello negro y, como siempre, toda la ropa que se ponía le quedaba demasiado bien.

Avanzó sigilosamente por sus espaldas y cuando estuvo lo suficientemente cerca rodeo todos sus brazos en el dorso masculino dando un suave apretón.

Para ella abrazarlo abarcaba todo lo bueno que la vida podía darle, pero para él, solo era una eterna incomodidad.

El tacto frío del chico deshizo bruscamente el agarre de la chica por su delante.

La mirada confusa de la chica chocó con las espaldas de muchacho.

—Esto no puede seguír. —habló con rigidez sosteniendo con algo de brusquedad las muñecas femeninas.

Sus palabras le cayeron como un balde de agua helada, su corazón dolió y su garganta se hizo un nudo.

—¿Q-que quieres decir? —musito a punto de llorar.

—Que no te quiero.

Pobrecita, su corazón se acaba de hacer añicos.

Hablaba tan fríamente que era casi irreconocible, ese no era el dulce chico que ella tanto amaba.

¿Por qué decía esas cosas? ¿Acaso ella había hecho algo mal?

—P-pero...

—No —la interrumpió—no hay "peros" no puedo seguir de esta forma. Yoonhe, yo solo acepté esta relación porque no tenia salida, no me gustas y nunca lo hiciste.

SMITHEREENS ➤ Mark LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora