OUTSIDE [In-Out 3ra temporada]

Todo Gran Esfuerzo Tiene Su Recompensa (I)

Aún escuchaba la música en mi cabeza, aquellas canciones de momento hacían eco en mi mente, mi cuerpo se sintió algo gastado y aun así estiré mi brazo al lado derecho de la cama... Estaba solo, así que giré un poco, enredándome en las cobijas que me mantenían refugiado del invierno y que me devolvían la pereza para dormitar con calma a pesar de que quería saber dónde estaba Hongbin. Tal vez... En el baño.

Me sentí muy, pero muy ligeramente mareado... Tal vez haber bebido la noche anterior no había sido algo muy bueno, pero la graduación de él era algo que simplemente debía festejarse, después de años de esfuerzos, Hongbin podía presumir que había culminado la universidad en tiempo récord, dos años y medio, y aunque estuvo a punto de haber logrado los honores, no lo hizo, pero eso a todos nos valió un carajo, porque se había graduado al fin, tenía un mérito académico admirable para mí, el señor Bo relucía como un padre orgulloso en su ceremonia de graduación y no había nadie mejor que él para presumirse como una figura que le había hecho tanta falta a Binnie...

Las imágenes que venían a mi memoria eran del festejo, pero no el de la universidad, sino el propio, el privado, el que realizamos en casa con el señor Bo, Jihoon junto a su ahora esposa Soyoung, Wonsik, Jaehwan, Heeyeon, Hongbin y yo. En determinado momento nos visitó mi hermana con su prometido, sí, aquél desastroso doctor encargado del departamento de cirugías al que me encantaba hacerle bromas y para sorpresa nuestra, llegaron con un obsequio por parte de mis padres, quienes se lamentaban por no poder estar con nosotros debido a unas vacaciones que tenían casi un año planeando por su aniversario de bodas.

Y sonreí como idiota, a pesar de marearme, porque a mi mente llegaron los recuerdos que nadie más conoció, aquellos besos que nadie presenció porque nos habíamos comido la boca en cuanto nos quedamos solos en nuestra... Ah~... Nuestra casa.

Nos costó bastante trabajo encontrar un lugar bonito, decente y a buen precio, una casa que era algo pequeña pero muy linda que rentábamos por el momento aunque... Ya llevábamos año y medio en rentas, lo mejor era buscar hacer un trato directo con Cha Hakyeon, el dueño de la vivienda y quien parecía importarle poco si decidíamos hacer la compra del inmueble, incluso, en los últimos cuatro meses nos vimos en la tarea de buscarlo y contactarlo para que corroborara la transacción del pago mensual y aparecía cerca de quince días después diciendo que "el pago está bien, chicos, dejen de preocuparse"... Lo cual era extraño, pero eso nos hacía caer en la idea de que confiaba en nosotros por ser, hasta el momento, los mejores renteros que había tenido... O eso nos dijo en algún momento.

Como fuera... Al estar solos la noche anterior, ya a eso de la una o dos de la mañana, claramente no pudimos resistirnos en devorarnos a besos que se transformaron en una noche maravillosa. Y no quería pensar en ello demasiado pronto, no quería despertarme erecto, pero los gemidos de Hongbin se revolvían en mi cabeza, así como la imagen de sus muecas de placer y el modo en que nos desvelamos en la cama, haciéndole el amor... Porque sí... Era ya la... ¿Quinta? O sexta vez que intercambiábamos nuestros roles al momento de intimar, aunque como fuera, lo que lo hacía maravilloso era saber que lo hacía con él.

-Bin~. –Berreé por un momento, estaba tardándose más de lo que creí, y apenas me senté en medio de la cama, brinqué asustado, pues la puerta de la habitación se abrió de golpe y la luz del pasillo me dejó completamente perdido, ya que nos gustaba tener cortinas gruesas que nos dejaran a oscuras por completo.

-Hyuk. –Abrí los ojos cuando escuché la mortificación en su voz, me tallé la cara brevemente con ambas manos y me incorporé lo mejor que pude. –Hyukkie... –Y su voz tembló, como si quisiera llorar.

-¿Qué ocurre?

-H-Hyukkie, Byulbit no está respirando bien, ¿q-qué hago? –El corazón se me agitó cuando lo escuché, y salí de la habitación lo más pronto posible, después de vestirme con la primera ropa que encontré regada por la habitación.