Todo Está Bien.

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Eran las 2:30 de la madrugada cuando V.I.E.R.N.E.S abrió la puerta de la habitación de Tony Stark para dejar pasar a un desesperado Steve quien hace un momento estaba dormido cuando la IA le informó la situación del millonario.

Se acercó rápidamente a la figura de Tony que estaba removiéndose en la cama. Se hizo a un lado de éste y empezó a zarandearlo un poco.

—¿Tony? Tony, amor, despierta. Es sólo un sueño, vamos, despierta —le hablaba Rogers con la esperanza de despertarlo de la horrible pesadilla que notablemente tenía el castaño.

Tony abrió los ojos de repente, sintiendo su corazón latir a mil por hora. Cuando su vista se enfocó en unos profundos ojos azules que lo miraban con preocupación se levantó rápidamente y se tiró en los brazos del rubio quien se sorprendió por el repentino abrazo.

Sólo le bastó un segundo para reaccionar y envolver a su castaño en brazos.

—Tranquilo, estoy aquí. Estarás bien. No te voy a dejar. Estoy contigo —acariciaba el cabello de su pareja y lo apretaba más contra su cuerpo, sintiendo que así podía alejar las pesadillas que lo atormentaban.

Tony respiraba agitadamente. Después de unos minutos en los que poco a poco de daba cuenta que estaba en la vida real logró calmarse. Se separó lentamente del rubio y volvió a mirarlo a los ojos. Extendió sus manos para tocar su cara y acariciar sus facciones. Rogers sólo cerró sus ojos por un momento y se dejó hacer.

«Sí, es Steve. Mi Steve. Está bien». Se dijo a sí mismo.

Después de eso ambos se acomodaron en la cama y Steve pasó un brazo por el cuerpo del castaño para tenerlo abrazado. Esperó pacientemente a que éste decidiera contarle su pesadilla.

—Soñé que te morías —soltó de repente el millonario y el rubio abrió los ojos notándose un poco sorprendido—. Me dejabas, Steve. Estaba perdido sin ti y se sentía tan real que incluso ahora tengo miedo de que esto sea un sueño y la pesadilla sea la realidad.

Ninguno dijo nada por unos momentos hasta que Steve se volvió a sentar en la cama y levantó a Tony y lo abrazó, controlando su fuerza para no hacerle daño. El menor le iba a preguntar qué pasaba, pero el cálido aliento del Capitán en su oreja lo hizo callar.

—Nunca vas a estar solo, si alguna vez te sientes perdido, di mi nombre y correré hacia ti para encontrarte.

El castaño no dijo nada hasta que una que otra lágrima corría por sus mejillas.

—Mira, lágrimas de macho.

Y solo bastó eso para que ambos soltaran una carcajada.

—Tú no cambias —deposita un casto beso en los labios de Tony—. Así te amo.

—Yo también te amo, tonto Capipaleta sentimental.

El rubio volvió a reírse y se inclinó para besar a su pareja, pero éste hizo su cabeza a un lado y no se dejó besar. Steve alzó una ceja mirando a Tony.

—¿Por qué no estabas conmigo cuando empecé a tener la pesadilla? ¿Dónde estabas? —le cuestionó.

—Amor, estaba durmiendo en el sofá, donde me mandaste a dormir.

El castaño lo miró y se acordó que hace unas horas había discutido con él, la verdad es que no fue algo muy serio, pero siempre había querido mandar a alguien a dormir en el sofá como en las películas. Ahora que lo piensa fue mala idea.

Tony lo mira y le sonríe inocente.

—Vamos a dormir, cielo. —le dice el rubio a su esposo.

Volvieron a acomodarse en la cama y después de unos minutos de total silencio Steve se acerca al oído de Tony y le susurra unas tiernas palabras.

Y así juntaron sus labios en un beso lento y tierno. Durmieron abrazados de cucharita y Tony pensó en las palabras de su Steve:

Ya lo sabes, amor, correré hacia ti.

Correr A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora