Siempre, en cada novela, libro, película, la protagonista tiene miles de secretos, cosas que uno jamás se entera. Así como sucede también en la vida real, no siempre puedes andar contando tu segunda parte, la gente siempre sabrá la que tú quieras y dejes ver. Suena algo así como tener dos vidas, pero créanme es algo más complicado que ello.
La vida fue un poco, quizás bastante injusta conmigo. Cuando tenía 10 años mis padres biológicos me abandonaron en un hogar, así es como le llamo para no tener que llamarlo "orfanato", esa palabra es repugnante.
Cuando cumplí los 13 años conseguí ingresar a primer año de secundaria, por supuesto que con esfuerzos de parte mía. Trabaje de mañana y tarde, hasta a veces tenía que hacerlo de noche. Aquello nunca nadie lo supo, solo el director del instituto claro está, pero él tampoco podía saberlo todo, ¿una niña de 13 años trabajando? Por favor estaba prohibido, por lo tanto omití ese detalle, dejándole pensar que el orfanato se estaba encargando de pagar mis estudios.
Durante mis años académicos, como toda chica, tuve mi primer amor platónico, mi primer enamoramiento, Kian Patterson, el cliché, el chico perfecto, capitán del equipo de futbol, típico niño rico. Claro estaba que siempre lo tuve como imposible, alguien a quien solo podía ver desde lejos. Su hermana Brenda Patterson, quien retomo en quinto año habiéndose ido por un intercambio en tercero. Me odiaba desde su regreso, en lo que a mi concierne sin razón alguna.
Lo loco, raro, y lindo para mí. Fue que en sexto año, misteriosamente Kian se fijó en mi, a principios de año para ser exacta comenzó a hablarme, hasta que, hasta ahora no puedo creerlo, me pidió ser su novia, claro no sin antes habernos conocido, haber salido a citas y todo lo que conlleva. El ya estaba cursando su primer año de universidad.
Él fue mi primera vez en absolutamente todo, primer amor, primer beso, primera vez. Era la única persona que para mi valía la pena, era mi centro, mi todo. Me enamore de él, bajando todas mis barreras, aún sabiendo que tarde o temprano se aburriría de mí y me lastimaría. A pesar que todo era increíble, era demasiado bueno para ser real, un chico como él jamás saldría con una chica como yo.
Y como lo veía venir, en las vacaciones de verano luego de que volviera de sus vacaciones en Europa, fue justo al día siguiente de su regreso que me vi en la necesidad de decirles esas dos palabras que llevaba guardando desde ya un tiempo. Necesitaba que él lo supiera, porque ¿Quién dice? Y él sentía lo mismo, o eso era lo que me dejaba pensar.
Flashback
Como lo había extrañado, después de varios meses lo tenía aquí conmigo.
-Te extrañe tanto –murmure besando su hombro desnudo-
-Y yo a ti nena –dijo en un suspiro mientras dejaba un dulce beso en mi frente- como no tienes idea
-No vuelvas a irte así
Me acomodé mejor quedando sobre su pecho mirándolo a los ojos
-Jamás, la próxima te irás conmigo –bromeo, aunque lucia bástate serio- No estoy bromeando Abbie
-Sabes que eso no sería posible –murmure dejando caer mi cabeza en el hueco de entre su hombro y cuello, dejando un suspiro cansado pero satisfactorio- necesito decirte algo importante
Y ahí comencé, con esas palabras, estaba tan nerviosa pero ya no había marcha atrás.
-¿Qué sucede princesa? –lo imagine arrugando sus cejas confundido.- Dime
Tome aire alejándome de su hombro, dejando un dulce y largo beso en sus labios. Sobre ellos tome valor y las solté
-Te amo Kian –susurre en sus labios volviendo a besarlo, pero esta vez no hubo respuesta de su parte.
Lo sentía tenso, lo que me llevo a alejarme para poder saber que le sucedía. Él no se movía y yo comenzaba a preocuparme, no pensé que se pondría de este modo, estaba algo pálido y sus ojos un poco rojos. Iba a preguntarle que le sucedía, hasta que por fin habló
-No puedo –murmuro sentándose en el borde de la cama de forma brusca mientras pasaba sus manos por su rostro- No puedo continuar con esto
-¿De qué hablas? –Pregunté confundida por su comportamiento- no tienes que sentir lo mismo, solo necesitaba decírtelo
-Necesito que te vayas – Se levantó y camino donde había quedado su bóxer, colocándoselo- vístete y vete Abbie
-¿Por qué? ¿Qué te sucede? Pensé que pasaríamos el día juntos
No entendía su actitud, jamás debí haberle dicho que lo amaba.
-¿¡No lo entiendes!? Joder, no quiero volver a verte –gritó de repente haciendo que salte de donde estaba y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos-
-¿Quieres decir que..? ¿Estás terminando conmigo? –Pregunté en un susurro ya sabiendo la respuesta.
-Hasta que lo captas –contestó bruscamente- recoge tus cosas y vete
Recogí mis cosas sollozando, una vez vestida, y con el corazón roto me acerque a la puerta pero antes volteé a verlo por última vez
-Te dije que te aburrirías de mi –comencé con un nudo en la garganta- pensé que estabas asustado por mis palabras pero, ahora veo que estabas buscando la excusa para terminar conmigo.
Kian mantenía sus manos en puños mientras apretaba y soltaba. Sus ojos duros mirándome esperando que salga de una vez por todas. Jure ver sus ojos queriendo soltar lágrimas, aunque quizás solo eran las mías.
-Solo me hubieras ahorrado un poco de dolor y haberlo hecho antes, y no haberme tenido lastima –dije sonriendo mientras miraba a mis pies.
-Lo siento –murmuró y por primera vez desde que empezó a gritarme, vi un poco de tristeza en sus ojos, o quizá era lastima, no lo sé-
-No –negué con mi cabeza mientras agarraba el pomo de la puerta sin dejar de mirarlo- no es tu culpa, sabía lo que me esperaba al enamorarme de ti
Suspire, secando un poco mis lágrimas ya que me impedían ver bien. Abrí la puerta y di un paso hacia fuera, en el mismo momento que él inconscientemente dio un paso hacia adelante, quizás ansioso por qué me valla-
-Espero seas feliz –sonreí verdaderamente por primera vez desde la gran bomba- y no te preocupes por mí, estaré bien.
Y sin nada más que decir, salí de allí sollozando y con el corazón latiendo demasiado, algo no tan bueno en mi condición.
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Love Behind Of A Favor
Teen Fiction-Lo siento -murmuró y por primera vez desde que empezó a gritarme, vi un poco de tristeza en sus ojos, o quizá lastima, no lo sé- -No -negué con mi cabeza mientras agarraba el pomo de la puerta sin dejar de mirarlo- no es tu culpa, sabía lo que me e...