Una noche mientras dormía sintió mucho miedo, uno que jamás había sentido, era un gran temor que le provocaba llorar sin consuelo. Se acordó de aquella biblia que se le entregó en la escuela y la buscó, la puso en su pecho y comenzó a orar para que tuviera paz, mientras lo hacía sentía como su corazón cada ves dejaba de latir menos y con sus ojos cerrados comenzó a sentir una gran paz. Esa noche durmió como nunca, con una alegría y un gozo enorme y lo más curioso es que ella no sabía de donde provenía. A la mañana siguiente se preparó y se fue para la escuela y mientras entraba a la escuela un grupito de muchachos estaba riéndose de Simón por traer un sombreo "feo" Era finales se noviembre y ese día se celebraba el inicio de la navidad en la escuela. Cuando Anelle se iba acercando hacía el portón de la escuela, Simón gritó: "Al menos mi sombrero no es tan feo como los zapatos de Anelle" Ella se miro y no vio nada feo, eran unos tenis con escarcha súper bonitos, pero ellos se reían sin parar y Simón logró sentirse mejor humillándola. Siguió caminando con pena, cuando una niña como de unos 6 años puso su mano en su espalda y le dijo: "Yo tengo los mismos zapatos, mi mamá me los compró ayer." Le dijo la niñita con un tono muy alegre. Anelle se quedó sorprendida y pensó: "¡Esa niña escucho lo que me dijeron de mis zapatos (Qué eran iguales a los de ella) y estaba normal, se veía feliz! Ahí fue cuando entendió que no debía darle importancia a esos comentarios. La niña se fue corriendo con su mamá dejándola a Anelle pensativa. Caminó a la biblioteca y sacó su biblia y comenzó a leer y sus dudas se compensaban a aclarar. Decidió ir en la noche a la iglesia, sola, sin ni siquiera sus padres. Cuando llegó todos le recibieron con amor. Se sintió muy bien y a pesar de que estaba sola no se sentía así. El pastor se le acercó y le comentó que si era nueva y acertó con la cabeza. Él se presentó amablemente y le ofreció venir más a menudo a la iglesia. Y así fue, Anelle iba los Domingos, Martes y Jueves y se llenaba de conocimiento. En uno de los estudios bíblicos que tomó le hablaron sobre hablar de Dios a las otras personas, que no debíamos sentir temor por hablar de ello y le citaron a 2Timoteo: 7-8 donde decía que no nos avergonzáramos de dar testimonio de nuestro señor. Algo que ella no logro olvidar. Pasó una semana, dos, un mes, dos meses y cada vez seguía más firme en el señor, comenzó a entender que Dios tenía un plan, un propósito para ella. Aunque no todo fue color de rosa, a medida que más iba a la iglesia, sus problemas aumentaban, tanto familiares como en al escuela, pero La Paz que sentía no quería dejar de sentirla. Llegó a sentir rechazo del grupo de jóvenes de la iglesia, pero igual iba porque se dejó llevar de una prédica que realizó la pastora en donde decía que nosotros debemos congregarnos por y para Cristo, no por los demás.
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Cuando decidí crecer
EspiritualCuando eres adolescente la vida suele ser muy complicada y más aún si te refugias en la tristeza y soledad. Este libro busca inspirar a cada lector con el propósito de quererse, amarse y cuidarse a sí mismo. Cuenta con el personaje de "Anelle" una...