🌸Capítulo 13🌸

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"¡Ukaku! ¡Rinkaku!"

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"¡Ukaku! ¡Rinkaku!"

Narrador omnisciente

Al cabo de unos días de aquello, Touka estaba casi segura de que estaba embarazada nuevamente.
Los mismos síntomas que había tenido en su anterior embarazo estaban comenzando a aparecer, pero un poco más intensos. Y más por la noche. No dejaba ni dormir a Kaneki.
Todas y cada una de las noches se levantaba a vomitar la carne que había digerido en el día, y a la mañana siguiente despertaba fatal.

— ¿Deberíamos ir con Kimi? —Preguntó Kaneki sobando su espalda sutilmente— No recuerdo que haya sido asi con Kenta y Kazuki..

—Oh si claro, voy a ir a que me inyecten semejante jeringa del culo por unos síntomas. —Menciono con cierto sarcasmo mientras lo miraba con un aura molesta.

Kaneki estaba a punto de protestar por ello, pero un sonido proveniente de la habitación de los dos menores impidió que pudiera tratar de convencerla.
Inmediatamente y sin importarle mucho, Touka corrió seguido de Kaneki a la habitación de al lado. Podían escucharse como ligeros objetos caían al suelo, rompiéndose en mil pedazos.

Al entrar, se llevaron la pequeña sorpresa de que no había nadie más que sus hijos allí.
Kenta estaba medio colgado del techo, con su cabeza despeinada y un ligero tentáculo escamoso saliendo de su pequeña cintura. Un Rinkaku.

— ¿Qué mier…? —Se preguntó Touka dando unos pasos hasta Kenta, no obstante, se hizo para atrás al escuchar un ruido proveniente del pequeño baño a su derecha.

Kaneki se acercó a la puerta, y pudo divisar a un pequeño pelinegro en la bañera. Estaba de espaldas, casi baboseando  un par de alas cortas y brillantes, como las de Touka. Sin duda era un Ukaku.

Estaban sorprendidos, ninguno de los dos podía decir nada, los gemelos eran muy pequeños como para demostrar sus Kagunes aún… Kimi les había dicho que probablemente comenzarían a mostrarlos a la edad promedio de 4 años como mínimo.

—Ahora si que iremos con Kimi… —Comentó Kaneki sacando de la tina a Kazuki.

Este pequeño reía y sonreía angelicalmente mientras chupaba sus alas, al parecer no le hacían daño alguno.
Mientras que, Kenta se había quedado dormido colgado del techo, fue un verdadero problema bajarlo de allí. Es más, cuando trataban de acercarse para bajarlo, su Rinkaku los atacaba débilmente.

—Dicen que de tal palo tal astilla ¿no? —Se burló Kaneki cuando pudieron alcanzar a Kenta.

Touka le dirigió una mirada asesina, no era tiempo de hacer bromas.

—Cállate, Ken.

A la mañana siguiente, sin falta, fueron al hospital donde Kimi trabajaba

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A la mañana siguiente, sin falta, fueron al hospital donde Kimi trabajaba.

—¿Por qué Kimi tarda tanto? —Preguntó Touka cargando a Kenta.

El pequeño estaba envuelto en una manta amarilla que tapaba su Kagune. No querían que los humanos los descubrieran. Aunque a esa hora el hospital no estuviera tan transcurrido.

Mientras tanto, Kaneki paseaba de un lado a otro con Kazuki en brazos, también cubierto con una manta amarilla.
Miraba por una pared que tenía un ventanal, mostraban a los bebés que habían nacido recientemente.
Todos dormidos en una cuna de plástico uno al lado del otro.

Por un minuto, Kaneki se sumergió en el mundo de los recuerdos. Recordaba el día en que sus hijos nacieron.

Touka protestaba por estar en el hospital y había intentado tirarse por la ventana varias veces.
Eso le resultó gracioso, no pudo evitar soltar una risita.

La peliazul lo miró de reojo, creyendo que estaba loco por reirse solo. Pero Kimi había aparecido, llevándose la mirada de Touka.

—Pueden pasar ya —Les sonrió.

Touka se apresuró a hacerlo, no sin antes pegar un grito a Kaneki para que dejara de soñar despierto.

En cuanto entraron charlaron un poco acerca de lo ocurrido, y Kimi posó a los dos niños sobre una camilla para empezar a examinarlos bien.
No había nada raro según Kimi. Todo estaba en perfecto orden. Pero le extrañaba que sus Kagunes salieran así como así.

Mientras Kimi trataba de que los niños escondieran sus Kagunes. Kaneki le susurró algo al oído que Touka no pudo escuchar.

Tal vez solo era un asunto en el cual ella no quería ser involucrada. Eso le molestaba. Más tarde, su puño y la cara de Kaneki, "Hablarían"
Sin embargo, se asustó un poco al escuchar su nombre.

—Touka —La llamó Kimi— ¿Quisieras hacer algo por mi?

—¿Qué cosa? —Preguntó no muy confiada.

—¿Podrías traerme esa silla aquí? —Le sonrió.

Touka asintió con la cabeza. Pensó que le iba a preguntar algo o hacer algo. Pero solo quería la silla.
La tomó y se la acercó hasta donde ellos estaban.

Pero de un momento a otro ella estaba atada a esa silla. Todo había pasado tan rápido que ni siquiera le dio tiempo a reaccionar.

—¡S-Suélteme! —Gritó Touka muy segura de lo que se veía venir.

—Touka-chan solo será un poco de sangre... —Trató de calmarla Kaneki. Más eso no sucedió, porque al acercarse esta le pateó la pierna.

Ya sabía que Kaneki le contaría del supuesto embarazo. Pero no contaba con que la atarían a una silla para saber si estaba o no.

Esa misma tarde, al salir con los resultados, Touka no le habló a Kaneki en una semana.
Puesto que la había obligado a sacarse sangre, lo que más odiaba.

Al menos, tendrían los resultados esa misma semana.

Sabrían si realmente Touka estaba embarazada. O podrían seguir intentando.

Aunque con la actitud que tenía Touka hacía Kaneki, no lo harían en un año.


"Te necesito" [Kaneki y Touka]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora