Capítulo XIX

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Parecía que las palabras de la tía Taeyeon habían surtido su efecto deseado, puesto que se podía apreciar a su sobrino y al barón mucho más unidos.

Por supuesto, ella no tenía ni la menor idea del beso que la parejita había compartido esa noche en el balcón de SeokJin a la luz de la luna.

Pero, a alguien tan perspicaz como la Marquesa Kwon, esa idea no se le escapaba, aún si no estuviese confirmado.

—¿No lucen adorables?— a la sombra de un parasol blanco, la marquesa le preguntó a su dama de compañía.

—El amor jóven siempre es el más bonito— respondió una sonriente Seohyun mientras servía una taza de té para su señora diligentemente.

Las dos se encontraban sobre la terraza decorada con rosas trepadoras detrás del palacio, mientras Taeyeon observaba con sus binoculares.

—Sin embargo— la marquesa de pronto sonó ensombrecida al guardar sus lentes.

—¿Qué es, Su Excelencia?— la dama de compañía preguntó, curiosa sobre el cambio.

—Me preocupa mucho qué es lo que pueda decir la gente, y sabes que pueden ser crueles, cuando mucho— la marquesa mordió su labio inferior.

Si la relación entre ambos era tan fuerte, lo suficiente como para dar el siguiente paso, ese paso natural para esas parejas así de enamoradas, ella temía la reacción de la sociedad.

—Su Excelencia no debería de preocuparse, de seguro, nadie podría ser cruel con personas tan dulces— Seohyun, con esa misma sonrisa, aseguró.

—Seohyun, por favor, no seas tan ingenua— la reprendió la marquesa suavemente, con el rostro casi inexpresivo —Has estado lo suficiente a mi lado para entender cómo piensan los aristócratas.

Seohyun asintió lentamente y dedicó una triste mirada a los enamorados —Su Excelencia tiene toda la razón.

—Lamentablemente, si— con pesar, la marquesa secundó.

La nobleza de la corte era una sociedad distinta de la misma sociedad, y no era algo aislado que un miembro de esta clase caiga en desgracia por ciertas cosas que serían tomadas por  naturales por el resto.

En resumidas palabras, nada digno de la sanción moral que ya le había sido impuesta a su querido sobrino menor.

—Me temo que a mi Jinchi no le sea posible vivir este amor por miedo al qué dirán— con los labios fruncidos, aseguró la marquesa suavemente.

—No se desanime... es posible que todo cambie para cuando tome una decisión— Seohyun sonrió, recordando como una sociedad como la coreana era lenta, pero segura al cambiar mirando hacia el futuro.

Taeyeon sonrió a su dama de compañía, antes de tomar su mano cariñosamente.

Mientras tanto, los dos chicos enamorados se hallaban en el rosedal a un lado del cenador, comiendo fresas con miel.

—¿No que no le gustaban las fresas?— preguntó burlón el de cabello plateado al bonito castaño, reposando sobre su regazo, mientras posaba una fresa entre sus bellos labios.

La miel que cubría a la fruta hacía destellar esos belfos de manera tan deseable.

—Cállese— sonrió sonrosado, mientras aceptaba la fresa de la que había renegado.

Taehyung lo observaba, como si estuviera en un trance.

—Usted es tan hermoso— con sus sentimientos a flor de piel confesó el de cabello plateado

El Affair | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora